POR REDACCIÓN
30 de noviembre de 2019
China detuvo hoy a dos extranjeros acusados de conspirar para apoyar los disturbios en Hong Kong, mientras en la isla cientos de personas de la tercera edad se unieron a una manifestación de estudiantes y prometieron seguir en las calles hasta conseguir una mayor democracia para el territorio especial. El diario oficialista Global Times informó que Lee Meng-chu, residente de Taiwán, fue detenido por las autoridades de seguridad nacional en Shenzen, en la frontera con Hong Kong, por presuntamente espiar y filtrar secretos nacionales de China. "Lee participó activamente en actividades secesionistas en la isla de Taiwán y fue a Hong Kong en agosto para apoyar las protestas antigubernamentales que se han intensificado en caos y violencia" y además "se escabulló al continente y espió secretos militares", informó el diario. En una operación similar, Lee Henley, un ciudadano de Belice, fue detenido por las autoridades de Cantón, una ciudad cercana a la ex colonia británica, por "ser sospechoso de financiar actividades que amenazan la seguridad nacional de China, incluida la supuesta conspiración con fuerzas extranjeras para apoyar los disturbios", informó la agencia de noticias EFE. Las detenciones llegan dos días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara dos leyes para proteger los derechos humanos en Hong Kong, algo que fue rechazado por China por considerarla una intromisión en sus asuntos internos. Hong Kong vive desde hace seis meses una ola de protestas prodemocráticas que han sumergido a la urbe en la crisis más grave en décadas y que han llamado fuertemente la atención de la comunidad internacional. Los manifestantes son, en su mayoría, jóvenes y estudiantes; aunque a la manifestación de hoy se sumaron miles de hombres y mujeres de la tercera edad y aseguraron que el movimiento no se desvanecerá hasta que haya una mayor democracia para el territorio especial chino. Quienes protestan intentan mantener el pulso en las calles con manifestaciones pacíficas, después de las elecciones del domingo pasado, en las que los partidos pro democracia se impusieron con contundencia y después de recibir el apoyo de Estados Unidos para su causa. Los activistas rechazan la interferencia China en Hong Kong y aseguran que Beijing ha ido erosionando sus derechos desde que la ex colonia británica volvió al control chino en 1997. El organizador de la manifestación, Tam Kwok-sun, de 64 años, prometió apoyar a los manifestantes aunque "a veces sus acciones son violentas o agresivas". "Estamos más descontentos con el comportamiento del gobierno", zanjó. Desde que estallaron las protestas, hace seis meses, los manifestantes han interrumpido el tránsito, destrozado instalaciones públicas y negocios chinos, han lanzado bombas molotov y han sido reprimidos por la Policía con gases lacrimógenos y camiones hidrantes. Uno de los capítulos más violentos fue la toma de varias universidades, que permanecieron sitiadas durante varios días y fueron liberadas definitivamente esta semana. La líder de Hong Kong, Carrie Lam, llamó a mantener la calma actual, pero se ha negado a responder a las demandas de los manifestantes, que incluyen elecciones libres en el territorio y una investigación independiente de la presunta brutalidad policial. La Policía ha arrestado a 5.890 personas como resultado de las protestas. Los activistas planean reunirse mañana para protestar contra el uso desmedido de gas lacrimógeno y para marchar hacia el Consulado de Estados Unidos en agradecimiento por la ley aprobada esta semana.
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