POR REDACCIÓN
09 de noviembre de 2019
Desde una moderna casa racionalista en el barrio de Núñez, hasta un complejo de viviendas en Coghlan que permite llegar en bicicleta hasta la puerta del departamento o el Edificio Maure, en Chacarita, donde los vecinos comparten asado y se saludan de ventana a ventana, son algunos de los inmuebles que se pueden visitar este fin de semana en el marco de la séptima edición del festival de arquitectura y urbanismo Open House Buenos Aires. Con el lema ¿Nunca sentiste curiosidad por conocer la casa de otro? la edición 2019 de este evento ofrece como novedad, además de la visita gratuita a edificios de gran valor arquitectónico y emblemáticos de la Ciudad, la posibilidad de visitar más de 40 casas particulares. "Abrir una casa que no se ve ni en una revista ni Internet es algo que se valora mucho, es la posibilidad de transitar los interiores de la ciudad, algo inaccesible en otro momento y ese es el fuerte este año, con unas 30 nuevas viviendas para recorrer por prácticamente todos los barrios de la ciudad, explicó a Télam el arquitecto Santiago Chibán, uno de los organizadores de la iniciativa. La vivienda es el espacio en el cual encontramos descanso, nos sentimos seguros, de ahí que transformar ese rincón en el mundo en el lugar donde construimos una familia o un hogar propiamente dicho sea tan importante. Así lo pensaron Nicolás Pinto da Mota y Victoria María Falcón, un matrimonio de jóvenes arquitectos que construyeron su casa en una esquina en el llamado barrio River, en tres plantas, donde suplieron la falta de jardín con grandes aberturas hacia el parque de enfrente, para que la luz y el verde formara parte de su casa, donde sus tres hijos de 1, 3 y 4 años juegan en la planta baja, mientras los adultos tienen su espacio de trabajo, en la planta superior. En el mismo barrio, la casa Betbeder, muestra una realidad totalmente distintas, para el matrimonio de Candela Casado Sastre y Daniel Falcón, los hijos empezaron a volar y el nido quedó vacío, lejos de deprimirse decidieron reformar la casa y acomodarla de acuerdo a sus necesidades. Candela es artista y sus cuadros dan color a casi todos los rincones. En otra parte de la ciudad, en el barrio Coghlan, un complejo de viviendas en la calle Holmberg, consiguió la forma que sus vecinos -jóvenes en su mayoría- accedan con su bicicleta hasta la puerta de su propia casa, ya que todos los departamentos están conectados con una rampa. A mi me gusta mucho la bicicleta, cuenta a Télam Gonzalo, de 35 años, y la idea de la rampa me lo facilita mucho. El edificio cuenta además con una huerta urbana en cada unidad. Hay muchas plantas y animales en el edificio y a mí me gusta mucho eso, agregó Gonzalo. Tomar mate, compartir asados, saludarse de ventana a ventana, son algunas de las posibilidades que ofrece por su parte la Casa Maure, ubicada en Chacarita. Un edificio multifamiliar pensado para favorecer el intercambio entre los vecinos", explicó el arquitecto Agustín Melillo a esta agencia. Con este fin el edificio cuenta con un patio, un jardín y hasta una parrilla de uso común. Podés vivir en un monoambiente pero podés tomar mate, festejar un cumpleaños y cruzarte con tus vecinos, recuperando esa tradición de las casas chorizo, agregó Melillo. Celina, de 60 años, que vive en el cuarto piso de la Casa Maure corroboró la visión del arquitecto. Al abrirnos la puerta de su casa, nos contó que se mudó hace una año y que entre los vecinos se dan gestos de solidaridad y vecindad. Nos saludamos de ventana a ventana, hemos hecho algunos asados y aunque no nos conocemos todavía tanto, compartimos un grupo de whatsapp y nos ayudamos mutuamente en gestos cotidianos, contó Celina. La misma buena vecindad se vive en el edificio de la calle Malabia al 900, en Villa Crespo, donde las 20 unidades están ocupadas por familias chicas, de dos o tres personas, que viven desde el principio de la construcción del edificio, cuando sólo eran parejas y con el tiempo empezaron a tener hijos y el ambiente fue multiplicando, contó a Télam la arquitecta Rosario Murúa, Fuimos viendo como fueron evolucionando estas familias, que comparte los espacios comunes, este amplio pasillo y la pileta, acotó. En total son 145 los edificios y viviendas seleccionadas por su valor arquitectónico y patrimonial que presenta este año la propuesta de OpenHouse, ampliando la disponibilidad de la edición anterior, cuando se abrieron 109 edificios y hubo 42.000 visitantes.
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