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Policiales > Denuncia penal

El calvario que pasaron una sanjuanina y sus tres hijas por el reiterado acoso de un remisero de confianza

La mujer de 29 años denunció en más de una oportunidad a su presunto acosador. La Policía detuvo al hombre este lunes. 

POR REDACCIÓN

22 de diciembre de 2020

NOTA DEL EDITOR

Importante

Si sos víctima de violencia de género podés comunicarte a la Dirección de la Mujer al 4222713; al 0800 666 6351;  a la Comisaría Para la Mujer al 4281589; al Cavig: Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género ubicado en calle Rivadavia (425 Oeste) esquina Alem, Capital. Sus teléfonos son: 264 4222321 264 4210013. Podés llamar al 144 para pedir asesoramiento o al 911 si es un hecho urgente.

Una sanjuanina de 29 años, que reside en Rivadavia, denunció por seis meses el hostigamiento constante del remisero J. Rosales, quien supo ser su chofer de confianza. La relación se quebró, comenzó el acoso y las amenazas. Lo primero fueron las llamadas, luego mensajes de texto e incluso visitas imprevistas a su departamento. Esto creció y se trasladó a sus hijas de 7, 10 y 12 años, según consta en la última denuncia realizada en Cavig. Finalmente, la Policía arrestó al acusado este lunes por la tarde, según contó la víctima a DIARIO HUARPE

"Tengo una carpeta inmensa de pruebas", dijo la mujer. Después señaló que pasó por varios juzgados, por la Comisaría 27ª y la División Seguridad Personal de la Central de Policía, inclusive llamó al 911 y al 102 para dar a conocer el hostigamiento, pero las respuestas concretas no llegaron sino hasta este lunes con la detención de Rosales.

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Los mensajes denigrantes se trasladaron de lo digital a lo material con grafitis en la pared de un monoblock. Foto redes sociales.

Según la mujer, al menos 11 veces denunció el acoso en distintas comisarías. Ahora su pensamiento sobre la Policía y la Justicia cambió un poco tras el arresto, pero el miedo continúa porque hasta temió por su vida. "Estoy tranquila, pero a su vez intranquila", expresó. "Me dijo la fiscal que puede esperar la sentencia en el penal, pero yo pienso que tal vez salga en un mes y quiera vengarse, está bastante molesto. Es una situación tremenda", añadió. "Tanto mis hijas como yo estamos pasándola mal psicológicamente", dijo después. 

La historia de calvario surgió en junio, aproximadamente. Pero antes de eso hubo una historia de remisero de confianza y clienta. La mujer, que se dedica a la pastelería, necesitaba un taxista que llevara sus tortas a domicilio. Fue a principio de la cuarentena estricta, en marzo, cuando los choferes de remis no podía trabajar, pero algunos tenían un permiso especial para circular. En este contexto, la rivadaviense de 29 años contactó mediante una amiga a Rosales para que traslade sus productos.

El revuelo por los grafitis llegó al grupo de WhatsApp de los vecinos del barrio. Foto redes sociales.

La confianza creció. La mujer no solamente le encargaba el traslado de sus productos, sino que también el de sus hijas. Además lo llamaba para viajar a casa de sus padres o de sus amigos. Pero esa confianza se quebró con unas insinuaciones primero y posteriormente con estafas. Según ella, el remisero le pidió salir más allá de lo laboral y ella le explicó que estaba de novia y que no quería nada. Después el hombre no le devolvió el dinero de unos pedidos y no le pagó dos tortas que le encargó: una para su pareja y otra para su hija. Tras varios intentos frustrados de cobro la mujer se resignó y le dijo: "Que te sirva para remedio".

Todo indicaba que terminaba con esa disputa, pero hubo un capítulo más. Esta vez largo y de terror.  De acuerdo al relato de la denunciante, el hombre se obsesionó con ella y la acosó por diferentes medios: primero con llamadas, al menos 100 por día. La mujer dijo que contestaba, pero que nadie respondía del otro lado. En paralelo señaló que le dejaban en sus mensajes de voz ruidos de películas condicionadas. A posteriori iniciaron los mensajes de textos con insultos y denigraciones. Sumado a esto, la víctima recibió amenazas de violación y fotos de las partes íntimas de su presunto acosador. 

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"Me mandó mensajes diciéndome que me iba a violar a mí y a mi hija, me dijo 'que rica está tu hija, la veo desde acá'", señaló. "Es un enfermo", agregó con bronca. La rivadaviense indicó que no podía salir de su departamento, tampoco sus hijas para ir a jugar a la plaza. "Mi hija me dijo que lo vio una vez dar vueltas en su auto y ella se escondió para que no la viera, regresó traumada", contó. 

Los mensajes llegaron mediante diferentes números. Foto redes sociales.

Como los acosos continuaron, la mujer no solamente recurrió a la Policía y a la Justicia, sino que también fue hasta el lugar de trabajo del hombre: una reconocida remisería. Ahí se enteró que Rosales frecuentaba su barrio todos los días, según el circuito de ruta registrado por la compañía. El dueño le aseguró que lo dejarían fuera de circulación por unos días, pero volvió a trabajar. Según la mujer, el chofer acusado de acoso buscó un abogado y logró estar nuevamente en los recorridos.

Por otra parte, la supuesta víctima empezó a recibir la visita de la Policía. No sabía por qué, pero luego se dio cuenta de que Rosales la denunció varias veces por maltrato a sus hijas o por fiestas clandestinas. "Fueron acusaciones falsas", dijo la repostera. 

Las llamadas del presunto acosador continuaron hasta hace poco días. Foto redes sociales.

La gota que rebalsó el vaso y que hizo que la mujer se decidiera por hacer pública su situación fue en un escrache en el monoblock que ella vive. El domingo pasado aparecieron grafitis en las paredes del edificio. Tenía su nombre, junto a ello una leyenda que decía "p... prepago" y además estaba su número de teléfono. La publicación en Facebook se hizo viral y llegó a los medios de comunicación. "Estoy convencida que lo metieron preso por lo que salió en redes sociales". "Lo hice porque no quiero que haya más víctimas de este tipo y para que se conozca mi caso", expresó. "Me arruinó mi vida y las de mis hijas, si alguna chica pasó por lo mismo que yo, que hable conmigo o que vaya al centro Cavig", cerró. 

El hombre está alojado en los calabozos de la Central de Policía, acusado de los delitos de acoso y amenazas. El Quinto Juzgado Correccional investiga el hecho y determinará su futuro procesal.

La publicación completa en Facebook

Captura 1 de publicación. Foto redes sociales.

Captura 2 de publicación. Foto redes sociales.

Captura 3 de publicación. Foto redes sociales.

Captura 4 de publicación. Foto redes sociales.

Captura 5 de publicación. Foto redes sociales.

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