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El Mito de Eva Perón

El presente año está signado por el centenario del natalicio de Eva Duarte, luego Eva Duarte de Perón, o simplemente Evita.

El presente año está signado por el centenario del natalicio de Eva Duarte, luego Eva Duarte de Perón, o simplemente Evita. El nacimiento fue en el pueblo bonaerense de Los Toldos -actualmente cabecera del Partido de General Viamonte- en la madrugada del 7 de mayo de 1919.

Sin duda alguna mucho se ha escrito sobre ella, con amor y con odio, pero con pasión, como también es indudable que su rol en favor de los pobres y los desposeídos no tiene parangón en nuestra historia. Hasta Ernesto Sabato, antiperonista, reconoce su obra en cuanto a las medidas sociales que ella propicio y puso en marcha.

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A cien años de su nacimiento, su figura de luchadora, que se encumbró de sus humildes inicios hasta primera dama de la Nación, continúa siendo la intérprete de la golpeada clase trabajadora, que la elevó a categoría de “santa informal”. Su accionar en la corta vida que tuvo, sumado a la perversa actitud de sus enemigos, que desperonizaron el país y profanaron su cadáver llegando a la necrofilia, la elevaron a categoría de mito, condición que tiene que ver con el ámbito de lo sagrado, según explican los antropólogos que realizaron estudios sobre ella.

En este punto nos detenemos, es decir, su mito. Un estudiosa estadounidense, Julie Taylor, realizó en la década del '70 un significativo trabajo desde esta óptica. Luego de un acabado trabajo etnográfico, es decir de entrevistas a diferentes informantes, observación participante y lectura de diferentes trabajos, logró valiosos testimonios acerca de lo que Eva Duarte representó o encarnó. Así surgieron variantes de su figura, tales como “La Dama de la Esperanza”, “Hada Buena” y el más conocido “Santa Evita”.

Los hechos que los forjaron fueron varios. Uno es su origen desdichado. Ser hija natural o bastarda, como cruelmente y despectivamente la denominó la oligarquía; es el inicio de su rango mítico. A posterior sobrevendría aquel encuentro en el Luna Park, que cambió la historia teniendo como triste trasfondo la tragedia sanjuanina.

Eva descubrió en aquel “sonriente coronel”, preocupado por los trabajadores, rasgos de su futura identidad. Luego, cuando Perón fue encarcelado, salió al paso para tutelar su retorno a ella, pero sobre todo al pueblo, sucediendo el legendario 17 de octubre de 1945. Pronto sería la esposa de Perón. A su lado encontró roles para plasmarlos en trabajos sociales, un espacio donde se encumbró su figura femenina y su vida emocional, dedicándose con tesón a trabajar por los niños, ancianos, mujeres discriminadas etc. 

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No disfrutó de sus propios hijos, pero fue la madre de los chicos menesterosos. “La posición de Eva Perón en la Nación ejemplificaba la posición de la mujer ideal en el hogar…como ama de casa en lo suyo, asumía un rol como principal agente responsable de la trasmisión de valores que sostienen a la sociedad en su conjunto”. Más tarde su renuncia a la vicepresidencia acentuó el proceso en la conformación del mito. En la gigantesca manifestación del Cabildo Abierto, “el pueblo de Eva y su partido le ofrecieron el honor más alto que podían otorgar”. Cuando ella rehusó a este cargo -más allá de las causas- sus decepcionados partidarios le dedicaron el próximo aniversario del 17 de octubre, reconociendo su renunciamiento.

Por último, y con fuerza, contribuyeron a su mitificación dos sucesos: su temprana muerte y lo que decíamos al comenzar el escrito; la increíble y lúgubre historia de su cuerpo embalsamado. De este modo su estampa memorable, como protectora de los marginados, se insertó en el sentimiento popular, alcanzando las dimensiones de mito.

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