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Provinciales > Concepción

El paso de la Inmaculada llenó de fe las calles del Pueblo Viejo

A 200 años de la creación del templo que la cobija, miles de fieles se congregaron para acompañarla en su peregrinar. Entre flores y pañuelos blancos la comunidad vivió una verdadera fiesta religiosa.

02 de septiembre de 2019

A las 10.30 el sonido de las campanas y el redoblante de la Banda de Música de la Policía de San Juan marcaron el inicio de la procesión. Miles de sanjuaninos formaron la escuadra que acompañó el paso de la Inmaculada Concepción por las calles del Pueblo Viejo. Entre flores y pañuelos blancos la gente saludaba a la Virgen mientras coreaba las canciones que avivaban su peregrinar. La celebración estuvo enmarcada en los 200 años que cumplió el templo que la alberga y cobija. Esa forma esférica que representa al mundo en el cual María se apoya para ver a los fieles es el mismo que ayer domingo fue testigo del amor de los promesantes.

El sol acompañaba como abrigo cálido para los corazones que estaban regocijados en la fe de la Inmaculada. Portada en los hombros de los alumnos del 3º año de Cadetes de la Escuela Antonino Aberastain, la Virgen recorrió desde Juan Jufré por Tucumán al Norte hasta llegar a San Lorenzo y de ahí por Mendoza volvió a retomar el rumbo hasta la parroquia.

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Fueron más de cinco cuadras de fieles. Participaron cerca de veinte establecimientos educativos. Algunos presididos por la Bandera Nacional y otros por la Papal. Los centros de jubilados tampoco se quedaron afuera de la procesión quienes decidieron participar mostrando su agradecimiento a la Santa. Ataviados con sus trajes típicos la comunidad boliviana dijo presente, ellos mostraron la idea de igualdad cultural bajo una misma creencia.

En la zona se respiraba fiesta. Las casas aledañas con globos y gallardetes blancos con amarillo daban esa sensación. Los vecinos más adultos decidieron sacar una mesa y recrear un gruta improvisaba con la imagen de la patrona para ver de cerca su paso. Nadie se quería perder ningún detalle. Muchos de ellos más allá de la fe fueron testigos fieles del proceso arquitectónico del templo. Algunos miraban con nostalgia esos bloques de ladrillos ya que a su memoria se les venía el recuerdo de algún bautismo, una boda o incluso la fuerza de la comunidad que tuvo que construirla siete veces después de los terremotos del pasado.

Historias de fieles

Abuelos devotos 

“La Virgen es la que nos ilumina y nos da fuerza todas las mañanas para que nosotros cumplamos con nuestras tareas. Yo soy devota al igual que toda mi familia, siempre le pido por mi salud y la de mis seres queridos”, dijo Lidia Peña, presidente del Centro de Jubilado Juan Jufré. La institución la conforman más de 300 abuelos.

Fe y tradición 

“Son 200 años y nos sentimos parte de la historia”, dijo Dora Elizondo, vecina de la zona e integrante de la Agrupación Encuentro de los Cuyanos. Ella y sus 25 compañeros lucieron los clásicos ponchos sanjuaninos y acompañaron el paso de la Inmaculada.

Religión e igualdad

“Aceptamos participar porque es importante esta reunión de cultura y fe. Somos representantes de la comunidad boliviana Simón Bolivar”, contó Paula Monte. El grupo se llama La Morenada y está conformado por personas mayores y niños. Más allá de la alegría de sus trajes, la simbología representa la ruptura del yugo de la esclavitud que por mucho tiempo vivieron. Dicen que la fe es el “motor para lograr la igualdad en la sociedad”.

Testigo fiel 

Casi escondida, en un rincón estaba sentada Máxima Ochoa, una mujer de 89 años que llegó para agradecer. Con su andador pudo acompañar la salida de la Inmaculada. Contó que desde los años ’50 vive en la zona y vio de cerca la reconstrucción del templo luego del terremoto de 1944. “Para mi es una emoción muy grande. Miro la iglesia y me acuerdo de cuando era una niña y mis padres me traían a rezar. Yo estoy muy agradecida porque es ella (por la Virgen), la que me da ánimo todos los días para vivir”, finalizó. 

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