POR REDACCIÓN
12 de octubre de 2019
El periodista Gerardo "Tato" Young, autor del libro "Los Horribles" en el que relata el accionar de los operadores políticos, judiciales y empresariales desde los '90 en el país, advirtió hoy que en Argentina "hay una relación promiscua entre los servicios de inteligencia y la justicia". "Mientras no cambie el sistema de la justicia, los cambios de nombre no van a servir de nada", afirmó en una entrevista con Télam y dijo que "los perseguidores de antes pasan a ser perseguidos y los perseguidos de ahora, pasan a ser perseguidores". En ese sentido, expresó que en su libro, publicado por Editorial Planeta, "lo que intento es entender la lógica de por qué hay impunidad en la Argentina y una relación promiscua entre los servicios de inteligencia y la justicia". "El rol de la justicia federal está muy subestimado por el poder. La justicia tiene la función de dar certezas a la sociedad y el mensaje que baja es que no importa lo que está bien o mal, sino que le va mejor a los tramposos y a los que tienen mejor relación con los horribles", manifestó. Young explicó que "Los Horribles es el nombre con el que yo englobo a los operadores políticos, judiciales y empresariales del poder que domina el mundo de lo oculto en la política" y sostuvo que "en el libro hago un recorrido desde los '90 para acá". "Son fuentes de información vital para los periodistas, por eso la recorrida desde (Rodolfo) Galimberti a (Daniel) Angelici, el último de los horribles", afirmó y recordó que su "jefe en el diario Clarín, Julio Blank, cuando había un tema para investigar, me decía: 'averiguá qué dicen los horribles'". El periodista, que en su investigación revela el accionar de los operadores desde los gobiernos de Raúl Alfonsín hasta la actualidad, afirmó que Alberto Fernández "fue un horrible. De hecho, en los primeros años de gobierno de Néstor Kirchner fue uno de los armadores de los vínculos del kirchnerismo con la justicia, con los jueces federales de hoy". "Por eso él mantiene hoy una fuerte relación con el juez de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, y algunos jueces federales, como Ariel Lijo", afirmó. En ese sentido, manifestó que "ahora está reapareciendo en escena el horrible principal de Kirchner en la justicia, que tiene cargo como auditor General de la Nación, nombrado por el peronismo, que le aseguró gran impunidad al kirchnerismo en la justicia: Javier Fernández, es un personaje clave de la trama del libro". "Cuento una escena en la que arregla con (Víctor) Manzanares y (el ex juez federal, Norberto) Oyarbide el cierre de la causa en la que se investigaba a los Kirchner por enriquecimiento ilícito. Eso ocurrió en el quincho del señor Javier, como lo llamo yo, con un póster de (el ex futbolista Román) Riquelme y (el personaje de la película) El Padrino, mientras tomaban champán bien frío, durante el primer mandato de Cristina (Fernández)", relató. Young dijo que "hay que ver qué va a pasar con la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), que es una usina perpetua de horribles y tiene la misión de controlar a la justicia federal, de hecho". Asimismo, advirtió que le "preocupa" la situación que pueda atravesar el periodismo en un eventual gobierno de Fernández al afirmar que "los antecedentes no son buenos, me preocupa sobre todo el ánimo de venganza de ciertos sectores muy duros del kirchnerismo". "Alberto cuando era jefe de Gabinete subestimaba y siguiendo las órdenes de Kirchner estaba demasiado atento a lo que decíamos los periodistas. Y es muy probable que ahora pase lo mismo, que intenten controlar lo que decimos y lo que pensamos", afirmó. Consultado sobre la decisión de la Cámara Federal, que ordenó la reapertura de una causa impulsada por la AFI en contra suya y del periodista Rodis Recalt por haber revelado el nombre de un agente de inteligencia, dijo que "es una combinación de factores". "La AFI actual no entiende el rol de la prensa y denunció a dos periodistas, a mi y Recalt, por haber difundido el nombre del nuevo director de la AFI, lo que para nosotros tenía interés público", opinó. En ese sentido, afirmó que "los únicos que tienen la obligación de guardar los secretos son los espías, no los periodistas" y recordó que "era una causa cerrada y la Sala I de la Cámara Federal, que es la que está liberando a los presos kirchneristas, nos sorpendió con la reapertura de la causa y el pedido para que nos investiguen a nosotros". "Esto se da en un contexto de cambio de clima en la justicia, donde lamentable mente los jueces hacen fallos políticos y no judiciales. Supongo que este libro, como el anterior, pudo haber pesado. No soy una persona muy querida en la justicia federal, lo que me da mucho orgullo", expresó.
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