POR REDACCIÓN
03 de febrero de 2020
El Reino Unido y la Unión Europea (UE) presentaron hoy sus primeras y encontradas condiciones para llegar a un acuerdo comercial post-Brexit, dejando en claro que cada lado prefiere no llegar a un entendimiento antes que renunciar a sus aspiraciones. En Londres, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que su gobierno quiere un "acuerdo de libre comercio" con la UE pero no a cualquier costo, en una primera salva disparada hacia Bruselas tras días después de que el Reino Unido abandonara el bloque. "No veo ninguna necesidad de atarnos a un acuerdo con la UE", dijo, e insistió en que su país, el primero en dejar el club comunitario, quiere "restaurar pleno control" sobre sus fronteras y economía. Con énfasis similar, el negociador de la UE, Michel Barnier, dijo que los otros 27 países del bloque no aceptarán cualquier acuerdo con Londres a fin de evitar un caótico escenario a principios de 2021, cuando termina el periodo de transición de 11 meses post-Brexit. "Estamos a favor de un acuerdo de libre comercio, pero no vamos a ser ingenuos", señaló Barnier. "Si la solicitud es tener un amplio acceso al mercado de 450 millones de consumidores europeos, cero aranceles, cero cuotas, eso no sucederá a cambio de nada, o sin ningún tipo de condición", agregó, citado por la agencia de noticias Europa Press. En su acuerdo de divorcio, el Reino Unido y la UE se comprometieron a entablar "un asociación ambiciosa, amplia, profunda y flexible", incluyendo un acuerdo de libre comercio y entendimientos en torno a seguridad y otras cuestiones clave. Los detalles deben ser negociados a lo largo del periodo de transición que culmina a fines de 2020, durante el cual nada cambia. Por lo que resta del año, el Reino Unido seguirá cumpliendo las reglas de la UE, aunque sin tener ya voz en la toma de decisiones del bloque. Después de eso, el acuerdo o el precipicio. En Londres, frente a un auditorio de empresarios, Johnson insistió en que la disyuntiva que enfrenta Londres no es "acuerdo o no acuerdo". "La cuestión es si acordamos una relación comercial con la UE comparable a la de Canadá, o más como la de Australia", subrayó. Australia no tiene un acuerdo de libre comercio con la UE, y una relación comercial como la que el bloque tiene con Australia significaría toda una serie de nuevos aranceles y otras barreras entre el Reino Unido y la UE, su vecino más cercano y principal socio comercial. El Reino Unido quiere un acuerdo de libre comercio como el que la UE tiene con Canadá, que implicaría la eliminación de casi todos los aranceles y que queden alcanzados tanto los bienes como los servicios. Pero mantiene que no aceptará seguir todas las reglas de la UE a cambio de un comercio sin restricciones porque quiere tener libertad para alcanzar otros nuevos acuerdos comerciales con países del mundo, en especial con Estados Unidos. El bloque insiste en que no puede haber libre comercio a menos que el Reino Unido acepte "nivelar el campo de juego" y no socavar las regulaciones de la UE, especialmente las relativas al medioambiente, los derechos laborales y los estándares de seguridad. "No existe el pasaje gratis al mercado único" de la UE, dijo la presidenta de la Comisión Europea, el Ejecutivo del bloque, Ursula von der Leyen. "Siempre se trata de derechos y obligaciones en un buen equilibrio", agregó. Johnson, sin embargo, redobló la apuesta en su discurso. Pese a presentar una visión que no excluye nuevas barreras comerciales entre Londres y Bruselas, el premier conservador dijo que el Reino Unido será un campeón del libre comercio en un mundo donde "gana terreno el proteccionismo". Johnson buscó también contrarrestar temores de la UE de que el Reino Unido recortará derechos laborales y protecciones medioambientales después del Brexit para tener ventajas competitivas. "El Reino Unido mantendrá los más altos estándares en esas áreas", afirmó. Barnier indicó que una de las cuestiones calientes será la pesca, y dijo que el nivel de acceso directo de los productos británicos al mercado estará en función del acceso que los barcos de la UE tengan a las aguas del Reino Unido. "El acuerdo sobre la pesca estará íntimamente vinculado al acuerdo de comercio", dijo. Las negociaciones formales comenzarán recién el mes que viene, una vez que su inicio haya sido aprobado por los 27 países de la UE. Los líderes de la UE han advertido repetidas veces que el cronograma para alcanzar un acuerdo es estrecho. Los acuerdos de libre comercio por lo general llevan años para sellarse. El acuerdo UE-Canadá que el gobierno británico cita como modelo insumió siete años de negociaciones. Si no hay acuerdo para fines de 2020, y el Reino Unido se niega a extender la transición, el país enfrentará un divorcio económico abrupto, con la imposición casi inmediata y cruzada de aranceles. Ese escenario alarma a muchos empresarios, especialmente de sectores como la industria automotriz, que depende de un paso fluido de autopartes a través de las fronteras.
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