POR REDACCIÓN
16 de octubre de 2019
El presidente de Bolivia, Evo Morales, cerró hoy en la ciudad de El Alto, vecina a la Paz, su campaña para las elecciones del próximo domingo, con la certeza de que ganará su cuarto mandato consecutivo por "paliza" a los "vendepatrias" neoliberales, en tanto su principal adversario, Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC) cerró en Santa Cruz de la Sierra, donde la oposición es mayoritaria. "Estamos convencidos, en estas elecciones nuevamente vamos a dar paliza a los vende patrias, a los neoliberales", proclamó Morales ante miles de seguidores del Movimiento Al Socialismo (MAS) reunidos en El Alto. Morales eligió esta urbe del altiplano, que tradicionalmente ha sido uno de sus feudos electorales, para despedir la campaña en un ambiente de victoria entre sus incondicionales, de cara a la cita con las urnas del próximo domingo. "El 20 de octubre, el domingo, no me abandonen", les pidió, para continuar hasta 2025 el proceso de cambio que le llevó al poder hace trece años, y aseguró que el triunfo de cualquiera de los candidatos de la oposición implica "volver al pasado". Morales y su equipo trabajan a destajo para conseguir evitar una definición en segunda vuelta, para lo que necesita al menos 40% de los votos con 10 puntos de diferencia, mientras que Mesa centra sus esfuerzos en achicar diferencias con el oficialismo para pasar al balotaje, previsto para el 15 de diciembre, para las que las encuestas le asignan posibilidades de ganar. En la campaña la oposición cuestionó sobre todo la intención autocrática de Morales al buscar una tercera reelección, después de haber perdido en 2016 un referendo en el que la ciudadanía rechazó que volviera a postularse. Morales, que cumplirá 60 años el próximo 26 de octubre, eligió despedir su campaña en la ciudad de El Alto, donde se descontaba que volvería a acusar a los líderes cívicos y opositores de la región oriental de Santa Cruz de haber promovido los disturbios registrados en el cierre de campaña electoral de ayer. Eso hizo esta tarde en Cochabamba, en otro acto de campaña previo al de El Alto: "Hace dos, tres días atrás, algunos grupos en Santa Cruz decían 'Vamos a enfrentar la concentración'", dijo, y subrayó que "quienes están con la violencia, atentan contra la democracia". Estas acusaciones habían sido explicitadas hoy por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en una rueda de prensa con medios cruceños, en la que estuvo acompañado por varios jefes policiales e informó sobre los arrestos y decomisos de material como piedras, petardos y explosivos caseros confiscados a los detenidos antes y durante los disturbios de este pasado martes. "Esta acción planificada premeditadamente con alevosía, seguida de instigación pública a delinquir, organizada a través de una estructura predeterminada, ha involucrado prácticamente a todos los partidos de oposición", sostuvo Romero, citado por EFE. Mesa también repetiría en Santa Cruz el mensaje que ayer difundió en el cierre de La Paz, donde aseguró ante miles de seguidores que "este es un momento en el que tenemos que decidir entre el camino autoritario a la dictadura y el camino de la construcción democrática". Según observadores locales consignados por el rotativo paceño El Diario, el aumento en la intención de voto a Mesa que registran algunas encuestas, no todas, es por el impacto que tuvieron los gigantescos incendios que en agosto y septiembre quemaron en Bolivia una zona inmensa de bosques nativos. Los siniestros provocaron ira entre ambientalistas y comunidades indígenas que acusan a Morales de haber traicionado su compromiso con la Madre Tierra, en favor de ampliar territorios para la explotación de soja y ganado. Morales defiende su candidatura exhibiendo la reducción de la pobreza y las altas tasas de crecimiento, que aún en declive se sitúa en 4,2% en la actualidad, y amenaza que con cualquier otro candidato se perderán derechos sociales en este país de 11 millones de habitantes, entre los tres más pobres de la región. Ante sus seguidores en Santa Cruz, el mandatario acusó a sus rivales de pretender sumar a Bolivia al llamado "Grupo de Lima", conformado por una docena de países latinoamericanos y Canadá, en el que -según él- "están presidentes y gobiernos sumisos a Estados Unidos (y son) gobiernos privatizadores". Sin embargo, seguidores y adversarios de este ex líder cocalero de izquierdas reconocen que su modelo económico, propiciado por la época dorada de las materias primas gracias a las compras de China, abrió en este país exportador de gas natural un largo capítulo de bonanza.
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