Política > Crónica de un exilio
Hermanas y abogadas, escaparon de Maduro y llegaron a San Juan
“Pena” y “mucho miedo”. Así sintetizan las venezolanas Humbis y Bella Mambel los sentimientos que les causó el largo viaje que emprendieron para poder escapar del régimen de Nicolás Maduro. Son hermanas y abogadas y tuvieron que abandonar su terruño, porque “venían por nosotras”. Desesperadas y haciendo changas para poder comer, se refugiaron primero en Colombia, pasaron por tres países más y, de casualidad, terminaron en estas tierras. Iban a Capital Federal, pero en Chile se encontraron con una sanjuanina que hoy las alberga en su casa de Santa Lucía y las ayuda a legalizar su situación.
Confiesan que nunca estuvieron de acuerdo con el líder bolivariano y su manera de hacer política. Pero hay un hecho que marcó para siempre sus vidas y las puso en la lista negra.
El fallecido presidente alentó que en ámbitos informales de su país se rezara un extraño Padre Nuestro en su homenaje, en el que se lo mencionaba a él en lugar del supremo. Grupos de independientes y opositores hicieron una presentación judicial para frenarlo y mientras algunos funcionarios judiciales hicieron la vista gorda, Humbis tomó el guante y le dio trámite.
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Ella era fiscal del Ministerio Público y esa decisión le costó caro. El régimen la declaró enemiga y en 2006 fue destituida sin muchas explicaciones jurídicas, pero con una pila de excusas. Luego vino una larga historia de persecuciones y hasta su detención: “Estuve presa tres meses… me hostigaron todo el tiempo y me amenazaron con entregarme a las presas más peligrosas que yo acusé, les pedí que antes de eso me dieran un tiro y me mataran”, le contó a DIARIO HURPE entre lágrimas.
Bella tiene 55 años, la jubilaron y en su país un hijo y tres nietos que recuerda con un dejo de tristeza. Su hermana es 6 años mayor y atrás quedó una hija y una nieta de apenas 5 años que antes de marcharse le dijo con entusiasmo: “Abuela, mañana vamos a comer arroz con huevito”.
La profesión les dio una moderna casa en un barrio privado y un buen pasar, pero no le escaparon al hambre que golpea a la inmensa mayoría.
“Mi jubilación era de 48 mil bolívares y eso alcanzaba para comprar nada más que un kilo de queso”, contó Bella, lo que ayuda a tomar dimensión del entusiasmo de la nieta de su hermana.
Vendieron algunas pertenencias y sus autos para juntar la plata necesaria para dejar Venezuela. Partieron el 22 de noviembre de 2017, viajaron días ocultas en el baúl de un vehículo hasta la frontera con Colombia y cuando cruzaron, describieron una rara sensación: “Nos dijeron que nos fuéramos porque venían por nosotras y teníamos mucho miedo de morir o desaparecer como tantos otros, así que respiramos cuando logramos salir, pero también fue pena y angustia por dejar nuestro país y sobre todo, la familia”.
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La “aventura” las llevó luego a Ecuador y Perú, donde en la calle vendieron productos de elaboración propia para comer algo y tener donde dormir. Tiempo después, les dieron trabajo en una mueblería y eso les permitió quedarse un tiempo.
Cristina les dijo que se vinieran a San Juan, que Capital Federal era muy grande para alguien que no conoce. Sin aliento ni dinero, aceptaron que les compraran un boleto y juntas salieron hacia Cuyo. “Me explicaban que eran personas de bien y me mostraban una identificación, pero no hizo falta porque las vi y me di cuenta de lo que estaban pasando…”, relató.
El 10 de abril arribaron a la provincia y Cristina les ofreció quedarse con su familia hasta conseguir un lugar definitivo. Comparten una casa de barrio, Bella y Humbis duermen en la habitación principal y ahí ahogan sus penas, con la incertidumbre de no saber cómo están sus seres queridos. El consuelo: la mujer que las ayudó. Agradecida, la más grande de las Mambel contó que “siempre le pedimos a Dios y nos puso una ángel enfrente”.
Datos
Las calles de las principales ciudades de Venezuela se reparten entre las tropas de Maduro y las manifestaciones opositoras. Para el transporte público se improvisan camiones, que reemplazan a los colectivos.
Frases
“La culpa de todo la tiene Chávez, que lavó cabezas, hizo creer algo que no era y amenazó”. Humbis Mambel
“El peor miedo que hay estando tan lejos, es lo que les pase a nuestras familias”. Bella Mambel