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Importadores, en pie de conflicto con el Gobierno: denuncian trabas al comercio
Acusan a la Secretaría de Industria y Gestión Comercial de postergar sin razón los permisos para introducir bienes al país, y por retener sin motivos mercaderías en el puerto. La cartera niega las dilaciones pero admite que pide "proyecciones complementarias" para tener "un marco de previsibilidad".
POR REDACCIÓN
Al menos 220 compañías de los más diversos rubros elevaron quejas al Ministerio de Desarrollo Productivo por verse impedidas de importar bienes de capital, insumos para la fabricación o productos terminados sin un claro motivo ofrecido por las autoridades del área que comanda Matías Kiulfas sobre el por qué las trabas que, en algunos casos, perduran desde marzo.
Un relevamiento de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), que agrupa aproximadamente a la mitad de los agentes económicos que introducen bienes al país -en términos de volúmen como de montos- detectó que al menos 600 posiciones arancelarias se hallan trabadas, muchas de ellas con la mercadería arribada al país, pese a haber cumplimentado los requisitos que exige la AFIP a través del Sistema Integral de Monitero de las Importaciones (SIMI).
Entre los afectados, se encuentran compañías de los más diversos rubros. Por caso, un fabricante de bebidas alcohólicas aparece con dificultades para importar refrigeradoras, repuestos críticos para reparar sus líneas de producción y algunas variedades de cerveza que no produce en el país; una decena de empresas de neumáticos intentó sin éxito introducir estos productos, para vehículos particulares y maquinaria agrícola, por millones de dólares.
Otra compañía líder del mercado de transporte espera aprobación para retirar válvulas, casquetes y motores para comercializar equipos de GNC por u$s 274.000; una automotriz que visitó el presidente Alberto Fernández acumula en el puerto repuestos por casi u$s 500.000, y una reconocida marca de zapatillas tiene más de u$s 467.000 en calzados sin poder ingresar.
Otra firma que está detrás de una de las apps de delivery más famosas invirtió cerca de u$s 1 millón para traer mochilas de reparto e indumentaria para sus contratados, pero aún no las ha podido entregar.
Estos son algunos de los casos más llamativos de un extenso listado que contempla cientos de bienes importados, con casos repetidos sobre todo, en bienes acabados: juguetes, textiles e indumentaria, muebles, artículos del hogar, tablets y electrodomésticos.
"Vivir con lo nuestro"
Los importadores aducen que las trabas se deben a la escasez de divisas que atraviesa la economía argentina y la definición política del Gobierno de imponer una política de sustitución de importaciones o bien, de "vivir con lo nuestro", como han transmitido funcionarios de las áreas intervinientes a diferentes cámaras empresarias.
Las compañías afectadas apuntan los dardos contra la AFIP, por preestablecer techos de importación mediante un cálculo no muy esclarecido acerca de la capacidad económico-financiera de cada compañía; luego, al Banco Central, que buscó impedir a comienzos de junio el giro anticipado de pagos, y más tarde flexibilizó esas medidas, y finalmente a la Secretaría de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, por no otorgar las Licencias No Automáticas (LNA) imprescindibles para retirar las mercaderías, y no atender el teléfono de los importadores.
A esta repartición, dependiente del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, acusan de impedir las LNA de cualquier bien que tenga competencia nacional, y a la vez cuentan que se les exige presentar proyecciones de importación, pese a que no hay una legislación en la materia. También se quejan porque la Secretaría les asigna cupos muy por debajo de los valores que pretenden, y de esta manera se ven obligados a trasladar mercadería a depósitos fiscales, zonas francas o el mismo puerto, con costos extra.
En ese área, oficialmente respondieron a El Cronista que "el 92% de las solicitudes de importación se autorizan en menos de 48 horas hábiles" y apenas un saldo del 8% queda pendiente al contar con "errores de carga, inconsistencias y faltantes de información solicitada", o "por no superar los controles específicos que existen para garantizar esa previsibilidad y seguridad en el mercado".
Según la Secretaría a cargo de Ariel Shale, "el objetivo es asegurar que el bien que se está importando resulte seguro para el medio ambiente y las personas, que se cumplan los reglamentos técnicos que establece la legislación nacional y que no existan indicios de actitudes desleales".
En el área comercial negaron exigir criterios adicionales a los importadores, aunque admitieron solicitar "proyecciones complementarias que apuntan a acercar la gestión comercial a las necesidades de los productores e importadores, así como también para brindar un marco de previsibilidad y de seguridad a empresas y consumidores".
Por: EZEQUIEL M. CHABAY