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Juan Belvis: "Me interesa hacer un pop que libere, no que dome"
POR REDACCIÓN
27 de octubre de 2019
Dueño de un fuerte linaje musical, por ser hijo de Liliana Vitale y el recordado Nono Belvis, y con un frondoso currículum que lo define como compositor, productor, arreglador y técnico, Juan Belvis afirmó que con 8, su actual formación, alcanzó el objetivo de ofrecer una propuesta pop que libere. Me interesa que tenga una impronta rítmica muy fuerte, que movilice. Hacer música que libere, que genere apertura sensorial. Me gusta que sea un pop, pero no un pop que te doma, sino al contrario, que te libera. Que sea pop, diría, como para bajar un poco la agresividad rockera, definió el músico en diálogo con Télam. Una primera escucha de 8 II, segundo registro de este numeroso combo, tras su debut de hace cuatro años, confirma las palabras de Belvis a partir de su fuerte impronta bailable y sus melodías simples; contrastado con el barroquismo de los arreglos, con contrapuntos de vientos y complejos entramados rítmicos, que aporta la mencionada cuota de libertad creativa. La posibilidad de constatar en vivo el efecto hipnótico de esta interesante propuesta se dará el jueves 7 de noviembre, a las 21, en La Tangente, ubicado en Honduras 5317, en el barrio porteño de Palermo. Sin embargo, el camino de Belvis para encontrar su rumbo artístico no fue sencillo e incluyó una etapa de fuertes replanteos personales, que derivó en la disolución de La Sed, una de las bandas más prometedoras de la década del 2000. Fue una gran crisis de replantearme el lenguaje y el concepto. Me metí en reflexiones que me bloquearon. Venía en una cultura de lenguaje rock y me tuve que poner a replantear todo de vuelta. Fue una etapa rara porque yo hago canciones desde que tengo memoria y, en ese momento, quise bloquear ese flujo creativo porque estaba muy perdido en el discurso letrístrico, cuando para mí la música es la que manda, recordó Belvis. Fue la decisión de llevarle el segundo disco de La Sed a Luis Alberto Spinetta para que brinde su opinión, quien detectó el particular momento que atravesaba Belvis y le brindó algunos consejos, lo que le dio al músico la clave para su futuro. Estaba manejándome con un montón de paradigmas con los que no me sentía cómodo, en los que no tenía ninguna convicción. Estaba muy influenciado por una cuestión contestataria. Hasta que me di cuenta que me interesaba más hacer música que estar bardeando, amplió. - ¿Siente que la búsqueda terminó con la llegada de 8 o, en todo caso, que la búsqueda ya está bien orientada hacia un objetivo artístico? - Sí. Ya editamos dos trabajos con los que me sigo sintiendo convencido y feliz. Pero también siento que tengo que resolver algunas cosas. Por ejemplo, soy muy estructurado y siempre hago todo de manera muy esquemática. Siento que tengo que liberarme de algunas cosas. Por ejemplo, que todos los temas impliquen vientos o esas cosas tan definidas. Este es un espacio de libertad y hay cosas que tengo que evitar para que no me bloqueen. - ¿Puede decirse que está totalmente desencantado con el rock? - El otro día escuchaba a Rage Against the Machine y me preguntaba por qué no tenía una banda así. Cuando estaba en La Sed estaba en esa pero metía pianos y cosas así. El riff ahora lo veo como algo muy machirulo, pero cuando escucho a Rage con ese discurso contestatario, veo que funciona como una herramienta guerra. No odio el rock ni lo rechazo. Vibro con eso. - ¿Cómo operó en usted el mandato familiar de M.I.A., con propuestas tan ligadas a un preciosismo musical, teniendo en cuenta la importancia que le da a lo rítmico en 8? JB: Creo que llegué a estos conceptos desde el mismo origen solemne que había en ese preciosismo y la discusión musical permanente de M.I.A. Para mí, lo musical va más a lo sensorial que a lo intelectual. Llegué a esa conclusión afrooriginal que es lo que me gusta. Hay algunas rebeliones que pueden darse de manera cíclica, en algunos parámetros musicales. Pero la influencia por lo bailable viene más del lado de mi viejo, que me hacía escuchar música negra y no despreciaba para nada el baile. - Con el nivel de eclecticismo que maneja y la dinámica lograda, ¿qué cosas limitarían a 8? - Tal vez deje de ser 8 si se va Luciano Vitale, con quien definimos todo. Mi planteo fue generar un espacio que no esté ligado a la tradición de grupo de rock, con instrumentos e integrantes que hay que mantener, con personalidades; sino que sea la música la que mande.
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