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La tragedia sucedió en Dinamarca. El relato de los sobrevivientes 8 años después de ocurrido el hundimiento del bote.

POR REDACCIÓN

05 de diciembre de 2019

En 2011, trece niños paseaban en un bote en Dinamarca, cuando inesperadamente se dio vuelta. Los niños cayeron al agua, entre gritos de desesperación y pánico. Fue entonces cuando empezó la pesadilla. El feliz paseo se convirtió en una tragedia que sus protagonistas nunca olvidarán.

"Estaba tan helado, tan frío, había hielo en el agua. Yo quedé debajo del bote; todos gritaban, era como irreal", recuerda ocho años después Katrina, una de las alumnas víctimas del accidente.

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En ese momento, el profesor dio una orden: tenían que nadar porque, de lo contrario, morirían. La orilla, sin embargo, estaba a cientos de metros de distancia y la temperatura del agua no superaba los 2ºC.

Y así, siete de los trece niños no lograron salir, quedando sumergidos en el agua y sufriendo hipotermia. Uno de ellos fue Casper, a quien sus amigos intentaron animar para que nadara, pero fue imposible.

Cómo los resucitaron?

Cuando los trasladaron al hospital Rigshospitalet, en la ciudad de Copenhagen, los atendió el doctor Michael Jaeger. "Estaban fríos como el hielo. Y sabemos que, cuando llegan personas tan frías como ellos, podemos resucitarlas", recuerda el médico.

Ellos estaban muertos pero no realmente muertos. Todavía teníamos una opción", agrega. La extrema hipotermia que paró el corazón de los niños, también disminuyó el ritmo de su metabolismo. Esto hizo que sus órganos pudieranempezar a trabajar de nuevo cuando aumentó la temperatura de su cuerpo.

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Y así, comenzó el objetivo de calentar la sangre de los menores un grado por cada 10 minutos. Seis horas después del accidente, el corazón de los niños volvió a latir. El foco principal, ahora, era el cerebro. La gran pregunta era si los pacientes quedarían con daños cerebrales pues, sin oxígeno, dos millones de células mueren cada minuto.

Pero, a medida en que se fueron despertando, los niños no mostraron secuelas importantes. Sus familiares, entonces, comenzaron a saltar y gritar de felicidad. "Pude ver una sonrisa y supe que él me reconoció. Estaba tan feliz", relata un cercano a Casper.

"No pudimos ver anormalidades en los escaneos. Y eso es increíble. Este es el mayor número de víctimas de accidentes por hipotermia que han sido resucitados, todos de una vez y con un porcentaje del 100% de supervivencia", afirma el doctor Jaeger.

Ocho años después, la vida de los sobrevivientes ha cambiado. "Cuando has estado a punto de morir, es diferente", dice Katrine.

"Mentalmente, a veces sufro algunos colapsos. He aprendido qué es lo importante y qué no es importante. He aprendido a diferenciar las cosas por las que vale la pena luchar. Estoy muy feliz de estar viva", concluye la joven.

Fuente: BBC

 

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