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Los grandes partidos españoles en busca del voto útil contra el bloqueo político
POR REDACCIÓN
02 de noviembre de 2019
Los dos grandes partidos españoles, el socialista PSOE y el conservador Partido Popular (PP), se afanan en reclamar la concentración del voto de la izquierda y la derecha en las elecciones del 10 de noviembre para acabar con el bloqueo que impidió formar un gobierno después de los comicios del 28 de abril. La entrada en el Parlamento español de dos nuevos partidos en las elecciones de diciembre de 2015, el izquierdista Unidas Podemos (UP) y el liberal Ciudadanos (Cs), abrió un período de inestabilidad política de cuatro años, con cuatro elecciones generales debido la imposibilidad de articular mayorías estables. Tanto la izquierda como la derecha españolas están fragmentadas en varios partidos parlamentarios, lo que dificulta que un candidato consiga los apoyos suficientes para que el Congreso de los Diputados le otorgue su confianza para ser presidente del Gobierno. Es lo que le ocurrió al líder socialista, Pedro Sánchez, que sigue gobernando en funciones tras las elecciones de abril. Ganó entonces con mayoría simple (123 de los 350 diputados del Congreso), pero no pudo cerrar un acuerdo con la coalición UP (42 parlamentarios), que le exigía formar un gobierno de coalición. Pero la fragmentación parlamentaria española es tal que no habría bastado con ese acuerdo, sino que Sánchez habría necesitado, al menos, la abstención de los nacionalistas vascos e independentistas catalanes para revalidar el cargo de jefe del Ejecutivo español. Otra posibilidad habría sido una abstención de los partidos de centro derecha pero éstos se encastillaron en el "no" a Sánchez y, cumplidos los plazos legales, hubo que convocar nuevas elecciones. A una semana de la elección, la mayoría de las encuestas auguran un resultado electoral que tampoco despejaría ni rápida ni fácilmente la situación, pues serían necesarias negociaciones y combinaciones políticas que se antojan complejas, reveló la agencia de noticias EFE. El gobernante PSOE y el opositor PP perdieron, con altibajos, una gran cantidad de votantes y diputados durante los últimos cuatro años, pero se mantienen como primeras fuerzas de la izquierda y la derecha, respectivamente. Así, ambos partidos aprovechan la incertidumbre del resultado para llamar al voto útil y evitar unas terceras elecciones, que una buena parte de la sociedad española, harta de la política y los políticos, no entendería. La mayoría de las encuestas auguran que el PSOE sacaría unos resultados similares a los de abril pasado (123 diputados de 350 escaños), bastante alejado de la mayoría absoluta del Congreso (176). "Todos contra el PSOE y el PSOE contra el bloqueo de todos, de eso va esta campaña" electoral, resumió hoy el líder socialista Sánchez en un acto en la esteña localidad valenciana de Mislata. En el lado de la derecha, los conservadores del PP ganan terreno en los pronósticos electorales. Pasarían de los 66 diputados obtenidos en abril (el peor resultado de su historia) a rondar el centenar. De esta manera recuperaría buena parte de su antiguo electorado que se había pasado a Ciudadanos, el partido liberal que obtuvo 57 escaños en abril, pero que ahora se desploma en las encuestas. Por eso, el líder del PP, Pablo Casado, se ve en condiciones de disputarle la victoria electoral a Sánchez. En la localidad de Lalín, en el noroeste de España, Casado aseguró hoy que tiene "las mismas opciones para gobernar" que Sánchez porque puede "dialogar, negociar y pactar" con otras fuerzas políticas, como ya ha hecho el PP con Cs y el ultraderechista Vox para poder presidir varios ejecutivos regionales. Con las encuestas en la mano, Casado indicó que el PP está en "empate técnico" electoral con los socialistas, así que reclamó un "impulso final" uniendo los esfuerzos de todo el centro derecha.
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