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Los que menos tienen

Cuando alguien habla de los que menos tienen, y que se habla con frecuencia, ¿qué dice ese alguien de los que habla? Están los que, durante el mes, tienen menos dinero que el que necesitan para satisfacer sus necesidades básicas: alimento, abrigo, vivienda y formación en el conocer.
El individuo debe ser Sujeto Social, y esto es la intersección de tres Sujetos, el Deseante, el Cognoscente y el Productivo. El Sujeto en el desarrollo de su Sociabilidad para la producción de su Subjetividad, debe: Amar, Conocer y Producir. Yo asimilo el “producir” a “crear”.
Entre estos “que menos tienen”, están los hombres y mujeres que habitan en las Villas, en los asentamientos, los que tienen trabajo y los que no tienen trabajo, los que se manifiestan en las calles. Los de condiciones similares de sobrevivencia y que viven en zonas rurales y los hombres y mujeres que viven en las calles. Todos son habitantes de un territorio de abandono, de la no consideración de los gobiernos, lejos de la atención de los Estados. Este abandono, esta desconsideración, esta indiferencia, indigna, entristece y provoca rebelión. Es la condición de hombres y mujeres visibilizada. Los gobernantes y los que conforman los estados son los que entre aquellos van y vienen, como si fuesen no-videntes, por estas miserias pasan a ciegas. Claro, gobernantes y miembros de los Estados cegados por su propia miseria.
Estos individuos deben ser Sujetos de las Políticas Públicas del Estado.
De los que menos tienen, que no se habla, es de los ignorantes que ignoran su ignorancia. ¿Será porque se ocultan, en nichos que los simula? O ¿será porque le son idiotas útiles al poder político y al poder económico?
El “ignorante” no es el “hombre que ignora”. Estos “que menos tienen”, pueden haber terminado la escuela primaria, la escuela secundaria y haber concluido la adquisición de un oficio en la Universidad…….sólo eso, en la Universidad. De estos “que menos tienen” hay una variedad extensa.
El “que menos tiene”, poseedor de la ignorancia que me subleva, ignora lo que constituye su cotidianeidad. O tienen reducido al mínimo-mínimum el contexto de su cotidianeidad.

La ignorancia ignorada, de hombres y mujeres del tipo “los que menos tienen”, suele ser sutil, simulada en el palabrerío o puede ser exultante, vanidosa, soberbia, irreverente, agresiva (con este carácter busca ocultarse, se oculta). Nunca está asociada al silencio, ni a la amabilidad. 
Su presencia y su tránsito por la Sociabilidad provoca un daño que tiene una multiplicidad de componentes, que conforman-conformando una resistencia al cambio, muda, oculta. Que deja de ser pasiva en cuanto es resistente.  Y se adhiere a la comunicación a modo de tejido protector de lo instituido y de las propuestas del poder político y del poder económico. Son serviles a cambio de que sean “tenidos en cuenta”. Son proclives a la fascinación. La Fascinación es del dominio de la enajenación. La fascinación es pasividad.  En cambio, la Seducción es del dominio de la Conciencia. La Seducción es activa.

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Esta “clase” de hombres y mujeres reposa en la aparente simplicidad del Dogma.
Se mueve con confianza en la “tranquilidad” de la servidumbre.
Se asocia inmediatamente a la participación de las responsabilidades.
Su lenguaje, que no es más que un artificio sonoro, es multiplicador del bullicio que dificulta escuchar la apelación de lo esencial, que tiene el Hombre. Esto es, un individuo “de los que menos tienen”.
Reafirma sentencias puestas por los dispositivos ocultos del poder, como: “Hay que tener sentido común”.
Y de ahí, a decir:
“Hay que cuidar el planeta, porque es la única casa que tenemos”
“vivimos de renta”
“todos somos culpables”
“el Estado somos nosotros”
“vale la pena”
“mientras matamos el tiempo”
“lo último que se pierde es la esperanza”
“la fe mueve montañas”
“el país que nos merecemos”

Se pueden ocultar detrás de un título universitario, o en algún nicho de la posmoderna “sociabilidad” virtual, pero hablan en público o por la televisión, abundan en las redes sociales donde son “protagonistas” de su “medio de comunicación”, se mueven opinando al servicio de quienes los fascinan, comentando sobre algún documento publicado, comentando sobre alguna entrevista, participando de algún “cacerolazo” sin que “el por qué” sea un objeto de su convencimiento, aun, sin que sea un objeto de su entendimiento. Exponiendo en esos comentarios y en esa “aparente” participación, su pertenencia a este tipo de “los que menos tienen”. Estos “que menos tienen” constituyen una franja, gris, volátil, sin pertenencia.  Fastidian no influyen, estorban, no modifican. Son el sector grotesco del rebaño. Aun, son una deficiencia del “hombre medio”, ya que ellos suponen que salen de esa condición. No son militantes, porque la militancia en una organización va formando a sus miembros. Y estos individuos, sólo son débiles a-gentes de la política partidaria y de las migajas del capital.
A estos individuos no los puede socorrer, alguna Política Publica del Estado.

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