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Policiales > A corazón abierto

Madre de Turcumán: “Desde que Claudia mató a Alfredo jamás volví a sonreír"

Ester González, mamá del joven que murió a manos de su pareja en el año 2017, lo recordó en su segundo año de fallecido. Confesó que su hijo está presente en cada momento de su vida.

28 de junio de 2019

“Sigo devastada como el primer momento. Es muy difícil superar la muerte de un hijo y más en la circunstancia que murió Alfredo. A mí me quitaron una parte de mi vida. Sigo viva porque Dios no me ha llevado todavía, pero la angustia que siento en el pecho sólo una madre puede entenderlo”, comenzó diciendo entre lágrimas, Ester González, mamá de Alfredo Turcumán, el hombre que falleció el 23 de junio del año 2017 luego de ser apuñalado por su pareja Claudia Antonella Moya.

El dolor por un nuevo aniversario del fallecimiento de Alfredo está a la vista. Sus ojos llorosos empapan su rostro cada vez que un recuerdo aflora en su mente. Cree que la muerte de su hijo  es un ciclo que todavía no cierra, sobre todo por las agresiones que recibe de la otra parte. Para la familia Turcumán, no hay sentencia que les cure la profunda herida que les causó la partida de Alfredo.

La mujer de 57 años, en el frío de su hogar, contó que todas las semanas va a visitarlo al cementerio y pasa largas horas charlando con él. Según sostiene, le “faltó vida y tiempo para darle todo su amor”. La esencia del rol de madre y su profunda creencia en Dios, hace que su hijo esté con ella en cada momento de su vida. “Alfredo está permanente conmigo. Vivo soñando con él. No lo materializo, porque él vive en mi corazón y todo el tiempo danza en mi mente”, sostuvo. Además agregó "Claudia nos arrebató la felicidad del hogar, desde que ella mató a Alfredo yo jamás volví a sonreír". 

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Ester, recordó cuando le dio alojamiento a su hijo y a Claudia. Para ella fue una experiencia traumática porque veía como la mujer le causaba "daño" y se sentía impotente al no poder hacer nada. Asegura que no tan solo eran golpes físicos, sino también insultos desmedidos. Esa estadía no prosperó, Turcumán confiado en que las cosas cambiarían decidió mudarse junto a la joven a una casa en Trinidad donde a los meses ocurrió el fatídico episodio.  

El ataque de Moya a Turcumán se dio en la madrugada del 13 de junio del 2017. El escenario fue el interior de la vivienda alquilada que habitaban sobre calle Abrahán Tapia. Lo que contó Claudia fue que Alfredo se produjo una herida cuando arreglaba la cerradura de la puerta de ingreso. Esa “herida” fue la que luego lo llevó a estar durante diez días agonizando en el Hospital Rawson, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Durante las primeras horas del incidente, dicen que el hombre estuvo consciente y es ese el punto que le cuestiona Ester a Moya. “Ella me arrebató hasta los últimos suspiros de mi hijo”, agregó con la voz quebrada. Según cuenta que tomaron conocimiento cuando Alfredo entró en coma y jamás volvieron a escuchar su voz.

Vale aclarar que el Tribunal terminó condenando a Moya a la pena de 15 años de prisión. Si bien, desde Fiscalía pedían perpetua, se comprobó algunos hechos de violencia en la pareja y se le atenuó la pena. Aunque ahora su defensor, Carlos Reiloba presentó un Recurso de Casación para que le revisen la condena y lograr bajarla aún más. 

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Sobre la situación de violencia que declaró Moya en su alegato de defensa, González dijo que ella "no puede poner las manos en el fuego por nadie", porque esas cosas sólo la saben los dos que vivieron la situación. Aunque destacó que su hijo siempre llegaba a su casa con alguna lastimadura o se lo veía con un dejo de tristeza. “Lo importante de esto es que ella es la asesina de mi hijo, no lo digo yo, lo dijo la Justicia”, sentenció González. 

Fruto de una relación anterior, Alfredo tuvo una hija. Con su muerte, Naiara de 8 años pregunta constantemente por su padre y sabe que murió porque le “dañaron el corazón”, dijo Ester. Actualmente la menor se encuentra con su madre biológica y a menudo visita a sus abuelos paternos.

Con respecto a la bebé que dio a luz Claudia estando en prisión, la madre de Alfredo dijo que no está asentada con el apellido Turcumán por la cual ella no la reconoce aún como nieta, aunque le gustaría que cuando se demuestre la paternidad de la menor poder conocerla para que a través de ella vea la cara de su progenitor.    

Para finalizar, González hizo hincapié en la imposición que están cobrando las mujeres en la sociedad. Pidió no minimizar el debate de las muertes de hombres en manos de mujeres. Quiere que los sanjuaninos no olviden a Turcumán. A su vez, recomiendan a las personas estar atentos a situaciones que se den en el núcleo íntimo de las parejas, siempre aconsejarlos a que den un corte a esos tormentos, pero nunca llegar al punto terminal como lo hizo Claudia Moya con Alfredo Turcumán.

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