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Opinión > Ensayo

Maradona, … mas “allá de los limites”

Estas líneas no pretenden un obituario, tampoco un reconto de la vida deportiva, personal y pública de Maradona, menos aún una crítica sobre los escritos recientes. La finalidad es abordar la relación entre la práctica deportiva, el fútbol y la adhesión de millones; la elaboración en la psicología de masas del ídolo, héroe. No hubo lugar en el planeta que no sintiera dolor y pena por la muerte de Maradona.

Un jugador que obtuvo 11 títulos, de ellos, uno con la selección nacional, cinco con el Napoli, estuvo entre los goleadores más importantes del fútbol y dirigió, como DT, a 7 equipos profesionales, entre ellos a la selección argentina. Su vida pública fue pródiga de vínculos con los poderosos que los alagó y crítico; amistades como Fidel Castro, Chávez, entre otros. Se codeo con las figuras del mundo empresarial, comercial, deportivo, cultural, artístico, político, militar, etc. Sus opiniones públicas obligaron a no permanecer neutral, había en él una fuerza que estimulaba las oposiciones. Considerar esta riquísima vida trasciende con creces estas líneas.

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La desaparición física de Diego Maradona ha motivado distintos comentarios, análisis y ensayos. Han oscilado entre los que exageran sus posiciones sociales, culturales, políticas y lo exponen como un héroe que redimió a las masas del país ante los ingleses y a los napolitanos ante los ricos y poderosos del norte de Italia. Otros, el eje su vida privada, abundante de excesos es lo determinante para la consideración de su personalidad. Otros, el ejemplo individual que logra superar la pobreza a fuerza de voluntad y fue capaz de abonar la calle y labrarse un futuro, es el premio al esfuerzo individual, es la coronación del individualismo. Finalmente, Maradona es el pathos de los argentinos y llevó la argentinidad a los rincones más remotos del mundo.

El fenómeno Maradona no se acalla con su muerte; se han iniciado una investigación acerca de las condiciones en la que murió, además, se ha desatado un batalla de fuste por su herencia millonaria.

El suceso maradoniano es una expresión inequívoca y compleja de las tensiones socio históricos de nuestra época. Es su dinámica la que transforma en un ídolo para las clases subalternas que influidas por sus conciencias construye la relación mística, la pasión, el héroe heroico que logró sintetiza de manera contradictoria.

 

 

I

 

“El fútbol es cultura, el fútbol es reivindicación social,

es el deporte más básico y popular del mundo”.

A. Millan Valencia

 

La particularidad del jugador y sus vínculos con el contexto social epocal, interesa y comprender los mecanismos sociales de adhesión que provocó a nivel nacional y mundial, también. La intencionalidad del poder político y económico de apropiarse del mito emergente de las masas populares que lo reivindica como hacedor mágico de superación de sus propia pobreza y expoliación.

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La ausencia de dirigentes que responda a las demanda populares, a las batallas antiimperialistas y el carácter de clase que detentaba, alimentaban aquellas tendencias.

El poder pretende vaciarla de su acción revulsiva e insuflarle el carácter nacionalista y de unidad de todos los argentinos que agrupó en torno a su muerte.

Diego transformó la práctica del fútbol en un verdadero arte. Consolidó una ruptura que es parte de la continuidad futbolera. Es el mundial de 1970, el “Brasil del 70, jugaba fútbol de poesía. Pocas veces ha habido mayor sentido del ritmo con el que prodigaban Carlos Alberto, Tostao, Pelé, Jair y Revelino. En cambio, en México 86, Argentina era Maradona” (2). El 86 es un cambio drástico de la forma de jugarlo, del equipo al jugador estrella, al solitario, donde el equipo dependía de su genialidad.

A los cambios dentro del campo de juego, se agregó el vínculo de la práctica futbolera a la lógica del capitalismo globalizado que inundó la vida de los deportistas, disciplinándolos a la dinámica de la ganancia.

A pesar de ello y con sus contradicción Maradona trascendió el ámbito deportivo y se transformó en una figura mundial que generó las más ricas pasiones populares.

Su arte, su pasión futbolera, su vida pública deja lecciones, entre ellas, la capacidad individual de superar lo límites, de “estirarle el límite a lo posible” (1), reaccionar ante las características alienantes que impone el capitalismo.

 

 

II

 

El fútbol es una poderosa palanca para superar la pobreza, marginalidad, violencia que abundan en las barriadas pobres, marginadas y expoliadas. Obviamente nada es mecánico. Ni todos los pibes y jóvenes pueden superarla solo con la práctica deportiva, hay excepciones, entre ella, sin duda, Maradona. La combinación de destreza física, habilidad, arte, control y oportunidad, juegan su lugar, bajo determinados momentos, que facilitan el salto soñado: del barrio pobre al oro, a la gloria.

Esta habilidad y destreza es apropiada rápidamente por la la lógica del capital que se adueña del deporte y del cuerpo hasta doblegarlo, usarlo, descartarlo y destruirlo.

La mercantilización y privatización del deporte, en este caso el fútbol, es parte de la estructura de la sociedad que está dividida en intereses económicos y políticos concretos que utilizan la vida del deportista, para incrementar sus riquezas y su poder. Esto combinado con su fama, riqueza y su vida disoluta fue la fragua que facilitó la emergencia de sus contradicciones de vida.

Maradona reflejó el sentimiento de clase. Se liga su figura con los pobres marginados que solo deben llevar en sus espaldas la opresión, la marginación y la explotación laboral; Diego es la expresión de lo marginal, lo explotado, lo subalterno.

El fenómeno Maradona como individuo contextualizado en un mundo globalizado facilita su acercamiento objetivo.

Implica considerar la “empatía o la identificación popular con el espíritu plebeyo de reivindicar al pibe criado en la pobreza de Fiorito que se impuso a golpes de pura gambeta en el mundo de los ricos” (3). A esta dimensión se asocia el “papel del agente humano en la historia” (4), Diego ha dejado una impronta en la dinámica del proceso socio histórico debido a la estrecha relación entre el comportamiento individual y el contexto social. El “comportamiento humano parece impredecible, no es porque no haya determinaciones, sino por que hay demasiadas” (5) impuestos por la dinámica del contexto. Las determinaciones se manifiestan a través de procesos complejos implicados en las mediaciones sociales.

El barrio, el potrero, el club ofrece una “sociabilidad protegida”. El niño o adolescente pobre se enfrentan a la disyuntiva: o abandonarse a marginalidad del barrio; o buscar un escape. El club se “transforma en un islote de estabilidad y donde son posibles sus relaciones sociales prohibidas del exterior”: el barrio donde la “pobreza y la marginación no deja lugar más que para la humillación y la frustración”. La práctica deportiva es un “lugar de sociabilidad protegida” (7) ante la calle, la marginación y expulsión de la vida.

La lógica del capital la destruye ante la necesidad de la ganancia, aquella sociabilidad se diluye en el mundo de la competencia y la apropiación de la vida total del deportista y facilita el salto a la fama y la riqueza y de allí al extrañamiento y humillación impuesta por la sociedad altamente competitiva, en el terreno de la profesionalización. La mercantilización de la práctica del “fútbol profesionalizada” empuja al jugador a una alienación extrema y  “llega a sus límites” consume todo tipo de “antiinflamatorios y analgésicos para paliar sus dolores”, además, utiliza “antidepresivos y estimulantes para su propia salud mental” (6).

 

 

 

 

III

 

“Las determinaciones abstractas conducen a la

reproducción concreta por el camino del  pensamiento”

K. Marx

 

La sociología indaga la comprensión causal de los procesos sociales. Toma en consideración, en este caso, las relaciones que se establecen entre el individuo y la sociedad; entre la conducta personal y el contexto sociohistórico. Subraya que la sociedad humana está históricamente determinada mediante una trama de leyes que se estructuran en un todo. Leyes históricas, objetivas que marcan su derrotero y contextualizan los intereses individuales por muy poderosos que éstos emerjan.

El “carácter del individuo” -en este caso su habilidad deportiva- “constituye un factor del desarrollo social sólo allí, solo entonces y solo en el grado en que lo permiten las relaciones sociales” (8) existentes. Es la organización social la que determina en cada época concreta el papel y, por consiguiente, la importancia social que puede tocarle en suerte. Es posible que en un marco de relativa autonomía los individuos puedan ejercer una influencia en los procesos sociohistóricos, ahora bien, esta influencia está determinada por la estructura objetiva de la sociedad, sus características sociohistóricas concretas.

Las sociedades descansan en las relaciones socioeconómicas que es la base material sobre la que se yerge la sociabilidad humana. Abordar los vínculos entre la totalidad social y el rol del individuo exige el análisis del contexto, la trama social compleja de su época y la dinámica que esta impone. Entre lo global, particular e individual existe una relación desigual, compleja, dialéctica que complejiza las relaciones entre individuo y sociedad.

Entonces, ¿Es posible que las decisiones individuales, voluntarias, puedan introducir modificaciones sobresalientes en la marcha de los acontecimientos históricos?. ¿Es el individuo, su decisión, su voluntad una fuerza capaz de modificar la dinámica social?. ¿Es el deportista un ser autónomo e independiente de la dinámica social?.

Las respuestas es Sí y No. Es negativa allí donde el análisis sociológico se despega del contexto sociohistórico y la actividad individual emerge como el hacedor exclusivo y único de los derroteros históricos. Es positiva cuando se vincula contradictoriamente contexto e individuo, en esto toma forma una mediación,  en este caso, la necesidad del poder político e ideológico de transforma al individuo en mito, en leyenda. A estas categorías cognitivas que ha consolidado el saber sociológico, se añade la mediación que expresa con toda su riqueza el proceso contradictorio y desigual de las relaciones entre contexto e individuo.

 

La sociología utiliza categorías para acceder a la complejidad de las relaciones entre el contexto y el comportamiento individual, además, arroja luz sobre los vínculos de adhesión entre los ídolos heroicos y las masas. Entre ellas, las causas generales; particulares e individuales.

Las generales hacen referencia al contexto sociohistórico de largo tiempo histórico. Son las determinaciones socioeconómicas que corresponden a un determinado desarrollo de las fuerzas productiva, la productividad del trabajo humano y las relaciones sociales que se construyen objetivamente que, en nuestro época, es una forma específica de organizar la producción y la distribución de los frutos del trabajo: el capitalismo-imperialista globalizado.

Las particulares son los aspecto concretos, tangibles de la coyuntura históricas. Actualmente es una coyuntura de crisis económica y decadencia global. Allí, en los procesos coyunturales las fuerzas económicas, políticas, sociales, culturales e individuales se cambian de manera específicas que facilitan comprender la emergencia de una determinada fuerza social o individual.

El arribo de Maradona a Nápoles se dio en un momento particular, histórico del desarrollo de su estructura económica que se distinguió por un fuerte peso del proletariado y un auge cultural que se combinó para valorarse ante el norte rico y pujante; esta fuerza social se combinó con la figura de Maradona enriquecida por su habilidad, destreza y fuerza futbolera que empalmó con una necesidad histórica de masa de reivindicación social. Maradona sintetizó esa fuerza social: la urgencia de superar la marginalidad impuesta, en este caso por el norte italiano, en el terreno deportivo.

Otro tanto, sucedió con el partido ante los ingleses y los dos goles de factura inolvidable que plasmó. Las masas del país necesitaban, también, su reivindicación ante la capitulación vergonzosa de la dictadura militar criminal en la guerra de Malvina, Diego desplegó toda la heroicidad y las masas lo adoptaron como una figura sobrehumana que reivindicaba la lucha antiimperialista. Rescato el honor de cientos de jóvenes muertes por la maquinaria sanguinaria del ejército profesional inglés, de la potencia colonialista.

Estos ejemplos, entre otros, ocupan un lugar epistemológico de importancia, pues se refieren al proceso de mediación histórica. Estos dan cuenta del juego concreto de las relaciones entre estructura socioeconómica; estructura de clase y la superestructura institucional e ideológica que facilitan acceder objetivamente al complejo proceso de construcción social de masas del ídolo-heroico.

Las habilidades individuales pueden influir en los acontecimientos coyunturales e impactar en la forma en que se desenvuelven las tendencias generales, lo que les está prohibido es “variar su orientación general, que está determinada por otras fuerzas” (9).

Las causas singulares son las particularidades de los hombres de manera que los acontecimientos dan la impresión de alcanzar una forma sobrehumana. La conducta del individuo (su relativa autonomía) tiene su importancia en el desarrollo socio histórico. El desenvolvimiento concreto de la sociedad no se reduce mecánicamente a la acción de las causas generales, de las leyes generales del movimiento histórico. Tan solo da cuenta de que los “factores determinantes del movimiento histórico” es el “desarrollo de sus fuerzas productivas, ellas son las que condicionan el cambio de las relaciones sociales de los hombres (10). La condicionalidad en tanto proceso histórico es la clave de la relación con el individuo y el contexto sociohistórico. No se reduce lo individual a lo contextual, ni menos aún, supeditar este a aquel. Se trata de la síntesis de relaciones complejas y dialécticas que se establecen. Las causas generales, particulares e individuales que se enriquecen mutuamente.

Las causas singulares no pueden originar cambios radicales en la acciones generales y particulares, aunque pueden facilitar o entorpecer la dinámica del proceso sociohistórico, en este caso la particular adhesión de masas con el ídolo heroico y despliega una dirección positiva: el de abrir una posibilidad de superar los límites impuesto por la hegemonía del capital.

El gran hombres lo es no porque sus “particularidades individuales imprimen una fisonomía individual a los grandes acontecimientos históricos, sino porque esta dotado de particularidades que le hacen el individuo más capaz de servir a las grandes necesidades sociales de su época”. En esto reside toda su importancia y toda su fuerza. El ser social crea el mismo sus relaciones, las relaciones sociales.

Estas imponen su fuerza mientras los “hombres se encuentran en determinadas relaciones mutuas, ellos necesariamente sentirán, pensaran y obraran así y no de otro modo diferente. Influir sobre la psicología social es influir sobre los acontecimientos históricos” (11). He aquí la complejidad emergente de la relación entre contexto e individuo.

A la luz de esta dinámica compleja es factible ubicar el fenómeno Maradona y lo que irradia. Es una expresión visible de la dinámica del capitalismo, es un producto inequívoco de la profesionalización, mercantilización, privatización y explotación del fútbol; a su vez, impuso a través de su individualidad -cargada de contradicciones- una actitud que está marcada por la negativa a abjurar de su origen y estimuló la posibilidad de superar el estado de marginalidad a niños y jóvenes, condenados por esta sociedad excluyente y explotadora de las grandes mayorías.

La propaganda ideológica hegemónica insiste en que este proceso es únicamente individual y así oculta intencionalmente la fuerza estructural, las condiciones sociohistóricas que son las determinantes. El individuo, muy excepcionalmente las supera, Diego fue un ejemplo de ello.

 

 

IV

 

“Derivo de antemano esta conclusión: la vida  es

demasiado pobre para no ser también inmortal”

J.L. Borges

 

La elaboración ideológica -discurso y propaganda- hegemónica usan a los ídolos, en este caso deportivo y es un medio recurrente de los partidos políticos y, sobre todo, de quienes ejercen el control del Estado. En las últimas décadas, el ídolo se ha transformado en un referente importante para el poder político.

Variados los motivos que las impulsan. Entre ellos, la adhesión que concita el líder ante las masas, sobre todo, en los sectores más pobres y humilde. Otra, la ausencia de liderazgos que estimulen a las masas, el descreimiento en los dirigentes políticos, sociales, sindicales dado se ligazón con el poder de turno; estos son los aspectos que fortalecen la emergencia del líder heroico.

El poder político busca arrancarle al ídolo aquello que las masas depositan en él como posibilidad de realización para superar el estado de cosas concretos en las cuales se desenvuelven. El líder heroico genera pasión. De aquella mística el poder político se presenta como el garante y continuador legítimo.

El ídolo impacta positiva o negativamente en la conciencia de los trabajadores en las masas humildes para legitimar o no, más allá de sus deseos y voluntad personal, los intereses políticos hegemónicos, presentándolos como procesos naturales, vaciados de todo contenido histórico de clase. Uno u otro dependerá de las tensiones de la lucha social de clase.

Maradona se lo vinculó como un gran luchador antiimperialista, un fuerte nacionalista y un defensor de las causas populares. La redención de masas fue lo suficientemente fuerte como para olvidar su apego al poder, a los ricos y poderosos, a su vida privada cargada de contradicciones.

La vinculación de la política está presente desde los orígenes del fútbol en el país. No es extraño el aprovechamiento político de la figura de Maradona.

La mediación utiliza, en cuanto proceso material e ideológico, al joven pobre que alcanzó el cielo a fuerza de su esfuerzo personal y logra superar la marginación social que aún hoy permanece y se agrava.

El gobierno de  FdeT, pretende una apropiación de las aspiraciones populares y mostrarse como el hacedor de las mismas. Maradona, con sus contradicciones, sus malos modales es la reivindicación de los humildes y necesitados que buscan el rescate, allí, emana el héroe y el poder político se ufana en su continuador necesario. La salvación es una tarea a continuar, en el imaginario humilde, por el poder político de discurso popular.

Las paradojas de la dinámica histórica, anota, en su derrotero, las batalla críticas de los anarquistas y socialistas sobre el uso de este deporte por parte del poder político y la iglesia que le quitaba el tiempo necesario a los trabajadores para asistir a las asambleas. Los anarquista lo entendieron y se inmiscuyen en la creación de las asociaciones de fútbol y los primeros clubes surgen por su impulso; el Club los Mártires de Chicago, luego Argentinos Junior, donde se inicio Maradona. Estos surgieron al calor de las asambleas obreras, donde el nombre, como el color de la camiseta, debía reflejar las luchas de los trabajadores a nivel nacional y mundial (12)

 

 

V

 

La desaparición física de Maradona ha generado un fuerte dolor, una tristeza de masas, ha desaparecido el ídolo heroico. La categoría de pueblo, es errónea para identificar la riqueza del vínculo entre el individuo y el contexto, la sociedad argentina. Esta es una sociedad dividida, polarizada, no hay intereses comunes entre los dueños del país y las trabajadores pauperizados, pobres y marginados que se perciben los destinatarios reales del ídolo y de sus acciones heroicas.

Desde la sociedad de clases realmente existente, Maradona, es parte de la profesionalización del fútbol, asimismo, inaugura una nueva forma de jugar: el jugador individual y habilidoso que despliega su destreza física, todos juegan para él y es su genialidad la que coronará el triunfo.

Su vida pública no hizo gala de la corrección de clase, fue contestatario, aunque fue amigo de los poderosos. Su vida privada, estuvo rodeada de abusos y de abandono de su progenie, no ocultó sus rasgos machistas y de atropello a la mujer.

Se enfrentó a la Fifa, se peleó con el Papa y denunció el oro del Vaticano, mientras rezan por los pobres. Se acercó a Cuba y fue amigo de Fidel Castro, llevó el tatuaje del Che que es un símbolo de la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos. Maradona acarreo en su cuerpo -tatuajes- dos atributos del siglo XX, de la historia de América Latina. La burocratización de la revolución cubana, bajo la dirección de los Castro y la necesidad de la revolución socialista mundial, en la figura del Che, la batalla contra la caricatura de revolución que expresaba el “socialismo real” stalinista y la revolución permanente expresada en la figura del Che.

Desafío el poder político de los EEUU. Se integró a la lucha contra el Alca y fue un actor central que aseguro la visibilidad mediática y masiva de los movimientos sociales que organizaron la Contracumbre. Estuvo junto a Chávez, Morales, Kirchner, entre otros.

Maradona, ante la comercialización del fútbol, de las exigencias y condiciones impuestas por las empresas multinacionales televisivas se les enfrento. Habría que buscar allí las razones de la expulsión del mundial del 90, bajo la excusa de la efedrina, de estímulo físico, en la denuncia de los horarios inhumanos para facilitar su transmisión global. Se opuso e impulsó la necesidad de organizar a los jugadores profesionales, acudiendo a los métodos propios de la clase obrera, para enfrentar estas exigencias de superexplotación a los deportistas.

Maradona dibujo grandes jugadas; una fue la derrota de los ingleses en el mundial de 1986, ante la opresora y criminal potencia en la guerra de Malvinas, se ergio como el vengador simbólico de los pueblos oprimidos por el imperio; otra fue la reivindicación del proletariado napolitano, la vindicación ante el norte rico y poderoso; allí está la fuerza del humilde que puede contra el poderoso, la enfrenta y lo vence.

El mito exige la reivindicación que reclaman las masas; luego la necesidad de borrar todo vestigio de clases e insiste en la armonía y unidad; luego la apropiación obscena del poder político para vaciar de la conciencia de las masas su impulso revulsivo con que se distinguió en su vida deportiva.

Diego Maradona nos deja entre otras la siguiente enseñanza: la posibilidad de estirar lo límites. La posibilidad de romper creativamente los límites impuestos por la sociedad capitalista; es una enseñanza a la clase obrera: se puede romper los límites propia y específico de la sociedad capitalista-imperialistas que día a día hunde en la miseria, pobreza y desesperanza a la clase obrera y sus hijos. Estirar los límites es la posibilidad de la realización de la revolución socialista. La adhesión despertada por Maradona debe ser tomado y superado por la dirección política de la clase obrera, sólo ella materializará la ruptura de los límites que impone la sociedad burguesa en pos de la construcción de una sociedad igualitaria, humana, digna y socialista.

Notas

1.        Entrevista. Mario Hernandez a J. Gambina. RedEco. Nov. 2020

2.        Villoro, J. Obituario a Maradona. 2020

3.        Rosso, F: Maradona, el corazón y la cabeza. Izq. Diario. 2020.

4.        Plejanov, J. “El papel del individuo en la historia. Ed. Grijalbo. Bs. As. 1969

5.        Anderson, P. “Teoría, política e historia”. Ed. Siglo XXI, Bs. As.

6.        Peinado, Q. El ultimo marxista. RedEco. 2020

7.        Wacquant, L. Entre las cuerdas. Cuadernos de un aprendiz de boxeador. Ed. Siglo XXI. 2006

8.        Plejanov, J. Op. Cit.

9.        Plejanov, J. Op. Cit

10.     Plejanov, J. Op. Cit

11.     Plejanov, J. Op. Cit

12.     Lencina, D. : “El futbol entre Osvaldo Bayer y Diego Maradona. Ed. Izquierda Diario

Bibliografía Consultadas

-    Aguirre, F “Mitos plebeyos y peronismo: los usos de Maradona. Ed. Izquierda Diario.

-    Mendez, N. : “Osvaldo Bayer, el futbol llego con los ingleses. Ed. Izquierda Diario.

-    Millan Valencia, A. “El día que Maradona se arriesgó a jugar en el barro para salvar la vida de un niño. Ed. Otras Voces.

-    Millan Valencia, A. : Diego fue todo lo que era Nápoles y le devolvió la dignidad a la ciudad. Ed. Otras Voces.

-    Cueto, Jose C. : “Negocio el fichaje de Maradona con una pistola sobre la mesa”. Ed. Otras Voces.

-    Angilleta, F. : Maradona y los Feminismos. Nva Sociedad.

-    Seselovsky, A. : “De la trampa a la redención”. Nva Sociedad.

-    Adamovsky, E. : “Un fragmento de lo que somos”. Nva Sociedad.

-    Lencina, D. : “El futbol entre Osvaldo Bayer y Diego Maradona. Ed. Izquierda Diario.

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