POR REDACCIÓN
01 de noviembre de 2019
Una de las tres fiscales que investigan el asesinato de la concejala de izquierda de Río de Janeiro Marielle Franco y su conductor Anderson Gomes se apartó hoy del caso, luego de que fuera cuestionada por sus vínculos con el oficialismo del presidente Jair Bolsonaro, la misma semana que había desestimado a un testigo que involucró al mandatario. "Debido a los desafortunados intentos de empañar mi desempeño serio e imparcial y en medio de una verdadera ofensiva de inspiración ideológica flagrante, que afectan negativamente en mi familia y entorno laboral, decidí voluntariamente no actuar en el caso Marielle-Anderson", explicó la fiscal Carmen Eliza Bastos de Carvalho en una carta que publicó hoy el diario O Globo. Ayer comenzaron a circular en los medios y las redes sociales una imagen de ella con una remera con la cara del presidente Bolsonaro y otra de ella abrazada al diputado oficialista. Rodrigo Amorim, conocido en Brasil y en el mundo por haber roto una placa colocada en honor a Marielle Franco durante un acto bolsonarista y sacarse una foto haciéndolo. Además, de estas imágenes, la investigación del caso venía siendo cuestionada no solo por la familia de las víctimas, sino por la oposición de izquierda y por un amplio espectro de los medios de comunicación. Esta semana, estos cuestionamientos alcanzaron un nuevo momento de tensión cuando otra de las fiscales a cargo, Simone Sibilio, descartó el testimonio del portero del edificio donde vivía el mandatario, quien había asegurado que uno de los sospechosos de los asesinatos había entrado esa misma noche de marzo de 2018 y había dicho que se dirigía al departamento de Bolsonaro. Sibilio aseguró que la Fiscalía había concluido que el testigo mintió y ratificó que el presidente no está siendo investigado. Bastos de Carvalho defendió todo su trabajo en la investigación de los asesinatos y sostuvo que solo se retira del caso por "el profundo respeto que siente por los padres de la víctima".
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