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Provinciales > Tienen 29 años

Son penitenciarios, pero nos los dejan trabajar por su edad

Según la ley, pueden ingresar aspirantes de hasta 30 años, pero los rechazaron de todas formas. 

07 de enero de 2021

Sacrificio. Esta es la palabra que suena al unísono en boca de tres jóvenes agentes penitenciarios al ser entrevistados. El haber pasado por un duro entrenamiento, el madrugar cada día para cumplir el sueño de vestir un uniforme o tener un ingreso extra para cumplir sus sueños y llevar una vida digna.

Así dicho podría parecer que estos tres jóvenes lo han logrado y esa palabra, “sacrificio”, les enorgullece. Sin embargo, no es así. Esta palabra ahora significa para ellos, un lamento luego de que les informaran, por medio de mensaje de WhatsApp, que por ser mayores de 27 años han quedado fuera del Servicio Penitenciario.

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Uno de los tantos recuerdos de María: su promoción de penitenciarios. Foto: Gentileza.

María Pedroza tiene 29 y cinco hijos de 10, 8 y 2 años y dos mellizos de 6 meses. Vive en Chimbas con su pareja y padre de sus hijos. Aún no cae en la cuenta cómo es posible que tan dura noticia le haya llegado por un mensaje de texto. Pero más aún le duele el hecho debe haber perdido el trabajo por el que tanto invirtió por el hecho natural de haber cumplido 29 años.

“Por problemas familiares tuve que recursar dos veces y finalmente me recibí en 2020. Presenté todos los papeles y las cartillas para armar el expediente de mi nombramiento y nos agregaron a un grupo de WhatsApp. Días después me eliminaron y me dijeron que no podía pertenecer a la fuerza porque tenía 29 años”, cuenta amargada. Aún recuerda dolorida todo el sacrificio que hizo para poder pagar su carrera como agente penitenciario y que terminó truncada. “Trabaje en la limpieza, cuidando ancianos en casas y en el hospital, en tiendas de ropa y hasta una verdulería. Mi pareja me ayudaba en lo que podía”, recuerda tristemente.

A la izquierda, María posa con una de sus compañeras de clase. Foto: Gentileza.

Gisel Cuello vive en 9 de Julio y seguramente aún le quedaran grabadas las frías mañana de invierno en las que se levantaba a las 4 de la mañana para llegar a hasta la Escuela de Policía, donde se encuentra también la escuela del Servicio Penitenciario, sólo para ser rechazada por primera vez por algo casi inverosímil para ella: sobrepeso. “Nunca he sido una persona delgada, pero no me parece que discriminen a la gente por no tener un cuerpo perfecto. Hay varios compañeros con sobrepeso que ingresaron. Duele saber que estás a punto de perder algo por lo que trabajaste tanto”, dice indignada.

Como todos sus compañeros, Gisel armó su expediente por primera vez en 2019 y lo presentó para su nombramiento. Ahí fue rechazada por sobrepeso. Pero ahora que volvió a presentarlo, al igual que María, quedó excluida por su edad y de la misma manera: por mensaje de WhatsApp. “Me dijeron que quedaba afuera porque había pasado el límite de edad, cuando la ley dice que se puede ingresar hasta los 30 años”, reclama.

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Gisel posa orgullosa con su uniforme de gala. Foto: Gentileza.

Con el sacrificio de sus padres y el propio, vendiendo cosméticos y realizando algún que otro trabajo, logró pagar su carrera ahora terminada. “Me siento muy mal. Terminan destruyendo un montón de sueños e ilusiones desde cambiar una vida a poder ayudar a muchas personas que me rodean y pensar que todo lo que soñaste y lo que te costó llegar a algo se te esté esfumando en las manos de nadie porque nadie nos da una respuesta concreta”, cuenta entre lágrimas.

Daniel Olivares también tiene 29 y viven Angaco. Se las rebusca como puede: cortando pasto, cuidando fincas, todo lo que sume a pasar el día a día y ayudar a sus pequeñas hijas de 9 y 14 años. Al igual que Gisel y María, recibió el duro mensaje de WhatsApp que le informaba que no podía pertenecer a las fuerzas por su edad. Y todos sus proyectos se derrumbaron. “Yo me levantaba a las 4.30 y me iba en moto desde Angaco, con frío, viento, lluvia, lo que sea para estar a horario. Y que ahora nos hagan esto me parece injusto”, se queja. Como la mayoría de los aspirantes, fue de trabajo en trabajo para poder mantener sus estudios en la Escuela de Policía.

Daniel viste su uniforme de penitenciario, el que no sabe si podrá vestir algún día. Foto: Gentileza.

Ingresado al servicio en el 2016, las idas y vueltas de la vida lo llevaron a trabajar fuera de la provincia, en Mendoza específicamente, en fincas de vid y otras. Cuando por fin se decidió a buscar algo más estable para mantener a sus hijas recibió la terrible noticia: quedó afuera del servicio y no podrá ser nombrado. “Me dijeron que son cuestiones internas del servicio, pero la ley estipula que es hasta los 30 años. Si la ley estipula una cosa por qué nos hacen esto, por qué se les ocurre bajar la edad (a 27 años) cuando la ley dice otra cosa. Eso indigna tanto. Nos parece muy duro porque no tenemos nada que ver con esto”, dice indignado.

Ahora los jóvenes buscan una respuesta de parte del secretario de Seguridad, Carlos Munisaga, y del propio gobernador Uñac para poder hallar una solución a su situación y ya han enviado incluso una carta las autoridades. De momento, sólo podrán consolarse con la fortaleza de haber egresado del servicio, después y a pesar de todo.

¿Qué dice la ley? 

Según el artículo 4 de la ley 257-R, los requisitos para ingresar al Servicio Penitenciario son ser mayor de edad y no tener más de 30 años para personal subalterno y no tener más de 35 para el Escalafón Auxiliar Personal Subalterno.

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