Tres mujeres mayores denuncian amenazas y daños por parte de un vecino en Hualilán

El sueño de las hermanas Montenegro era adquirir tierras y poder plantar quinoa en Hualilán, una zona que queda a 30 kilómetros de Iglesia, pero es todavía parte de Ullum. Esto, aseguró una de ellas, está en riesgo por las supuestas agresiones de varios vecinos y uno en especial, a quien identificó como Daniel Putelli. Según dijo, el sujeto llegó incluso a amenazar a una sobrina de ellas con un cuchillo y decir que iba a matarlas a todas.

Blanca Montenegro, quien tiene 70 años, contó a DIARIO HUARPE que han recurrido cuatro veces a la comisaría de Ullum, a cargo de la zona, para pedir que intervengan y las protejan. “Hace un mes Putelli atacó a mi sobrina, que tiene 46 años, fue a buscarla con un cuchillo y ella filmó todo, con eso hicimos la denuncia pero nos dijeron que no tenían combustible para llegar hasta el terreno”, relató la mujer.

El problema vendría desde hace tiempo. Las hermanas Montenegro adquirieron nueve hectáreas de terreno en un loteo que hizo un privado en la zona de Hualilán. En total eran 200 hectáreas y parte de estas las habrían comprado el hombre de apellido Putelli y otro de apellido Cirelli. En total Montenegro contó que han tenido cruces con cuatro vecinos, aunque estos dos son los que dice que tienen las conductas más violentas.

“Nosotras empezamos a construir una casa en el lugar y nos han robado todo, hasta el piso que era liviano, no nos podemos quedar ahí todavía porque no hay ni luz, pero nuestra idea era dedicarnos a cultivar en el lugar, que es tierra virgen”, relató Montenegro. El problema según la mujer es que cada vez que invierten sufren daños. “Nos han cortado el alambrado, nos tiraron la tranquera y todo porque estos hombres tienen animales y quieren hacerlos pastar en nuestro terreno”, denunció.

También tienen problemas con una vertiente y un pozo de agua en la zona, que según la mujer es de todos los terrenos que componen las 200ha. “Le han puesto llave y han cerrado el paso a la vertiente, cuando es de todos, nosotras invertimos para poner un reservorio, que es lo que nos faltaba para poder sembrar ahora en enero, pero no tenemos agua ahora”, relató.

A esto se sumarían varias agresiones verbales. “Nos han dicho de todo, hasta que somos prostitutas, nosotras que tenemos entre 65 y 75 años, que nos van a desaparecer”, relató.

Ahora tienen la urgencia de poder seguir mejorando el lugar y tenerlo listo para dentro de pocas semanas, cuando empezarían con la siembra. Las Montenegro son parte de un programa del INTA de pequeños productores de quinoa y tenían todo listo para sacar su primera cosecha, pero ahora temen que el conflicto se los impida.