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Un colapso en las cloacas dejó tres cuadras de olor y vecinos aislados por materia fecal
Las aguas servidas corren por Paula Albarracín de Sarmiento entre calles Laprida y Dominguito. Una treintena de negocios sufrió una caída en las ventas. El líquido ingresó a varias viviendas.
Por Facundo Merenda
Son días complicados para los vecinos de calle Paula Albarracín de Sarmiento entre Laprida y Dominguito. El sistema cloacal colapsó y dejó a más de cien familias aisladas por materia fecal. Las aguas servidas surcaron el pavimento desde el viernes pasado y llegaron hasta las veredas. En muchos casos, entraron a las viviendas o salieron directamente por los pozos negros.
Roque Valenzuela es uno de los vecinos más antiguos del lugar. El hombre relató a DIARIO HUARPE que ya no se puede vivir de esta manera. “Tenemos toda el agua servida en la puerta de la casa, es imposible seguir así”, comentó indignado. Aseguró que hace años están conectados al sistema cloacal, aunque en el último tiempo notaron deficiencias.
El caño que va por debajo del pavimento fue reemplazado hace un tiempo, de acuerdo a lo que dijeron los vecinos. Sostienen que desde Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) cambiaron uno que era de fibra de cemento por otro de PVC. Fue este, al parecer, el que colapsó y desde el lunes la situación se volvió insostenible.
Ese ramal arrastra la materia fecal que viene desde el oeste, puntualmente de los barrios Rivadavia Norte y Huazihul, hasta desembocar en Paula Albarracín de Sarmiento. Una de las cámaras que está por calle Virgen de Fátima fue la que colapsó e imposibilitó que el líquido corriera por el caño matriz. El agua servida debería transitar por ahí, pasar por el barrio Smata, para luego llegar a un pozo central que está pasando Avenida de Circunvalación, según lo que explicaron.
Una cuadrilla de OSSE arribó al sector y trabaja desde el lunes, aunque dicen que las obras se extenderían por algunas semanas. Notaron que el caño central presentaba serias complicaciones por lo que intervinieron el pozo de calle Virgen de Fátima. Con un sistema improvisado sobre la superficie, hicieron una especie de bombeo para evitar que las aguas subieran a la superficie.
En la calle hay bancos de agua servida, sobre todo en las esquinas lo que imposibilita que los vecinos salgan de sus casas. Hubo otras realidades peores debido a que la materia fecal salió por los pozos negros e incluso por los inodoros dejando anegados algunos domicilios. Otro vecino, de apellido Ortiz, relató que en su casa estuvieron tres días con el líquido en el fondo. Temen por los niños debido a que el olor es nauseabundo.
Impacto comercial
En esta arteria hay una treintena de negocios. La gran mayoría notó una reducción en las ventas debido a que la calle está cortada. Sostienen que más allá de la ganancia que generan con la comercialización entre los vecinos del barrio, la mayor fuente de ingreso proviene de la gente que anda de paso por la zona. Celia tiene un pequeño almacén y comentó que tuvo una reducción del 90% en sus ganancias.
Por su parte, Hugo Cortez es peluquero y está desde la semana pasada sin atender. “Necesitamos una solución urgente”, precisó. En promedio realiza diez cortes por día y ahora solamente alcanza a un cliente por jornada, si es que pueden llegar hasta su negocio.