POR REDACCIÓN
28 de noviembre de 2019
Vecinos y familiares de los estudiantes que viajaban en el micro que volcó esta mañana en la ruta 2, a la altura de la localidad bonaerense de Lezama, se acercaban esta tarde a la escuela 41 de Benavídez para solicitar información sobre los niños y reconfortarse entre sí. Desde temprano las familias se mantuvieron en contacto entre ellas y con los docentes a través de grupos de whatsapp, por lo que los padres que no habían podido partir rumbo al lugar del accidente por sus propios medios terminaron organizándose alrededor de las nueve de la mañana, en la puerta de la escuela, para compartir los vehículos disponibles. A lo largo de la jornada algunos padres y madres que no viajaron por estar a cargo de otros hermanos de los estudiantes que estaban en el micro también se acercaron por momentos a la escuela a conversar con los directivos. La escuela primaria 41 Rosario Vera Peñaloza ocupa una esquina sobre la calle Brasil al 2000 en la localidad tigrense de Benavídez, un barrio de casas bajas, calles mejoradas y zanjas abiertas, que esta mañana amaneció arremolinado alrededor de la cuadra del establecimiento educativo que tuvo durante toda la jornada una guardia policial en la puerta y móviles televisivos en la vereda. Roxana es tía de Morena, una de las nenas que viajaba en el micro y que sufrió un golpe en una rodilla, y le contó a Télam que cuando vimos la noticia en la televisión no la asociamos con el viaje de los chicos, pero enseguida me llamó mi hermana para avisarnos que una de las docentes que estaba en el micro había podido llamar y avisarles lo que había pasado. Tipo siete de la mañana mi hermana se fue para Lezama, porque al principio no sabíamos dónde estaba Morena o qué le había pasado, pero al rato llamó un policía a la casa para avisar que estaba en el hospital pero que lo único que tenía era un golpe en la rodilla, añadió. Algunos familiares nos vinimos para la escuela para ver si las docentes que estaban acá sabían alguna otra cosa o si venía alguna otra autoridad, y estamos esperando que le vayan dando el alta a los chicos que no resultaron heridos para poder recibirlos en sus casas, añadió Roxana. Mariano es papá de Ludmila, una de las nenas que por los fuertes golpes recibidos en el impacto se encuentra internada en terapia intensiva, él le contó a Télam que decidimos que viajara mi esposa para estar con la nena y yo me quedé para cuidar a los hermanos, pero como a ella le cuesta comunicarse desde allá y yo no tengo crédito en el teléfono me vengo de a ratos a la puerta de la escuela para enterarme cómo están los chicos. La verdad que todavía no tuvimos tiempo ni de darle el pésame a las familias de las nenas que murieron, todavía estamos viendo qué chicos van a trasladar y cuándo, agregó. Mientras los pocos familiares que estaban esta tarde en la puerta de la escuela se reconfortaban unos a otros, grupos de vecinos se reunían en las esquinas y una mujer se acercó con dos pimpollos amarillos que ató a la puerta principal en homenaje a las estudiantes fallecidas. Grupos de docentes entraban y salían de la escuela sin hacer declaraciones, hasta que, cerca de las 17, un grupo entró con bolsas de sandwichs y gaseosas y confirmó a los cronistas presentes que, para algunas de ellas, la jornada se iba a extender hasta entrada la noche.
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