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Provinciales > Triste recuerdo

Murió en un choque frente a su casa y hoy su familia la llora porque cumpliría 24 años

“Hace siete meses que nuestra vida no tiene sentido”, dijeron los familiares de Ayelén Castro. Piden Justicia, aunque dicen que la ausencia de la joven los marcó para siempre.

POR REDACCIÓN

19 de febrero de 2022

El 30 de junio quedará guardada como una de las fechas más dolorosas para la familia de Ayelén Castro. Ese día la joven sanjuanina, de 23 años, fue atropellada por el conductor de una camioneta justo cuando ingresaba a su vivienda sobre calle 12 a metros de llegar a Ruta Nacional 40, departamento Pocito.

Este sábado el pesar se reaviva entre los allegados a la víctima porque esta vez Ayelén cumpliría 24 años. “Es el primer cumpleaños sin ella”, contó su mamá Mariela Quevedo a DIARIO HUARPE.

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La mujer comentó que a su hija le encantaba festejarlo porque estaba en contacto con sus familiares y amigos.

“El dolor es no poder darle un beso o siquiera cantarle el feliz cumpleaños como tanto le gustaba”, recordó.

Quevedo señaló que su hija era una chica sana que tenía toda la vida por delante, pero por la imprudencia de un conductor todo eso terminó en tragedia.

“Es muy injusto no tenerla entre nosotros porque todo eso se podría haber evitado. Hoy no tendríamos este dolor tan grande que sentimos”, precisó.

La joven murió atropellada el 30 de junio. Foto: gentileza.

La familia pide Justicia para que condenen a Marcelo Kappes el hombre que iba a bordo de una Renault Kangoo. Este no vio a la joven que circulaba en una moto 150 centímetros cúbicos. La chica falleció cerca del mediodía en el interior del Hospital Guillermo Rawson.

En diciembre pasado, el hombre asistió a Tribunales en donde le comunicaron su vinculación con esta causa, aunque quedó en libertad a la espera del juicio.

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El fiscal interviniente de la UFI Delitos Especiales, Adrián Riveros, informó ante la magistrada Verónica Chicón que pidió 4 años para el conductor implicado por el delito de homicidio culposo. Los investigadores determinaron que la víctima puso la luz de guiñe para girar a su casa, pero el imputado no la vio.

“El tiempo no curará la herida que tenemos. Siempre la vamos a extrañar por más que pasen los años”, sentenció su mamá.

El último recuerdo que tiene Quevedo es cuando ella tendía la ropa en el fondo de su casa y escuchó el fortísimo estruendo. Cuando salió a ver lo que pasaba, encontró a su hija prácticamente sin vida.  

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