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La tragedia de Pocito reflotó el dolor de una madre a quien hace dos meses le mataron a su hija

Mariela Quevedo vive en Calle 12 antes de Ruta 40. El accidente que se cobró la vida de dos jóvenes le hizo recordar lo que ocurrió el 30 de junio cuando una camioneta embistió a Ayelén.  

06 de septiembre de 2021

El brutal accidente que se cobró la vida de dos jóvenes sanjuaninos el pasado domingo sobre Calle 12 y Ruta Nacional 40, departamento Pocito, reflotó el dolor de una madre que atravesó hace dos meses por la misma situación. Mariela Quevedo recordó a su hija, Ayelén Castro de 23 años, que fue embestida por una camioneta cuando ingresaba a su casa. “Todavía no lo superamos. A mi hija también le arrebataron la vida”, explicó a DIARIO HUARPE.

En la zona es el evento trágico más reciente que vivenciaron en este tiempo. Todos aseguran que estos siniestros se dan a menudo, pero la muerte de Ayelén los marcó porque la recuerdan como una chica trabajadora y buena vecina. Su mamá explicó que ella no estuvo durante la madrugada del domingo por lo tanto cuando llegó se enteró de lo ocurrido cerca de su casa. Eso la trasladó al 30 de junio de este año cuando a las 12:04 el destino le quitó a una de sus tres hijos.

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En aquella oportunidad, Ayelén venía por Calle 12 para ingresar a su vivienda, que queda a escasos metros de la ruta. Puso el guiñe, pero el conductor de una camioneta Renault Kangoo no la vio y terminó embistiéndola.

Fue tan grande el impacto que la joven quedó tendida en el pavimento. Mariela tendía la ropa cuando el estruendo la dejó inmutada. Tomó coraje y salió a brindar ayuda. Jamás pensó que la víctima sería su propia hija.

La mujer la vio tirada y atinó a auxiliarla. Contó que tenía el cráneo partido y varias lesiones que provocaron una gran pérdida de sangre. La ambulancia llegó, pero, según Mariela, volvió al interior de Pocito a buscar un médico para asistir a la joven. La trasladaron hasta el Hospital Guillermo Rawson, aunque a las 13:15 su vida se apagó.

“A ella le arrebataron la vida y a nosotros nos arruinaron la nuestra. Mi hija tenía varios proyectos y todo el futuro por delante”, resaltó.

El último accidente que se cobró la vida de dos jóvenes le reflotó el dolor por la pérdida de su hija. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Mariela precisó que el impacto fue fortísimo. Indicó que el hombre venía a más de 100 kilómetros. Relató que, de acuerdo a la pericia de su teléfono, había cortado un llamado tres minutos antes de protagonizar el siniestro fatal.

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“Para eso no hay justicia. Él la agarró a la mitad de la calle. Dicen que no tuvo la intención. El fiscal no nos avisó que teníamos que hacer la audiencia”, remarcó.  

¿Cómo se sigue después de esta pérdida?

-Sigo por mis dos hijos y mi marido. El más chico no quería seguir en la escuela y la mayor, que le quedan dos materias para ser policía, me dijo que no tenía fuerzas para continuar.

¿Cambió algo en ustedes?

-Después del accidente no podemos salir a la calle. El último viaje que tuvimos con Ayelén fue a Mendoza. Allí fuimos a la casa de unos parientes, pero ya no podemos volver hacia aquella provincia. Este fin de semana estuvimos en La Rioja.

¿Volviste a ver a quien mató a tu hija?

-Sí. Es vecino. Vive sobre Calle 13. Mi marido, que es albañil, le realizó algunos trabajos para construir unos salones que alquila. A veces cuando regresamos del cementerio lo vemos en su casa hablando por celular. Deseo que lo metan preso.

¿Cómo recordás a Ayelén?

-Era una chica muy especial. Era hermosa. Le gustaba vestirse bien e ir al gimnasio. El día anterior al accidente pagó $2.500 por una limpieza dental. Se sacaba fotos y hablaba con todos los familiares. Ya no está. Tenés que convencerte de que no podés cambiar nada. Todos los días, a las tres de la tarde, veo por la ventana pensando en volver a acompañarla hasta la parada de colectivos.

La joven falleció hace dos meses. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Datos sobre Ayelén Castro
-Tenía 23 años.
-Era Técnica en Gestión Agropecuaria.
-Trabajaba en una tienda de ropa de la zona.
-Era la del medio de tres hermanos. Su papá, Marcelo Castro, una gloria del fútbol sanjuanino, ya que brilló con la camiseta de Aberastain.  
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