El conductor de la línea C tuvo que interrumpir su recorrido después que el muchacho comenzó a sufrir un ataque de epilepsia en el pasillo de la unidad.

Ariel Mereles era colectivero de la línea 440, dio su última vuelta y está listo para empezar a vivir su vida de jubilado en San Juan. Familiares, vecinos y compañeros de trabajo lo despidieron con carteles, globos, abrazos y bocinazos.

Fueron algunos de los pasajeros quienes coparon las redes sociales con mensajes de despedida y buenos deseos para el chofer de colectivos.

El joven relató que el conductor aprovechó un momento donde ambos se quedaron solos y comenzó a hablarle en tono sexual, ante de intentar el acercamiento.