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El Cronista

“Operativo milagro”: los motivos por los que Macri mira el ballottage como una utopía

La estrategia del Gobierno pasa por estas horas por trabajar en la gestión, mantener quieto el dólar y evitar un nuevo brote de la inflación, para llegar entero al 10 de diciembre. Lo electoral, en segundo plano.

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

Casi un mes transcurrió desde las elecciones PASO que dejaron al gobierno de Mauricio Macri en una cornisa y al Presidente prácticamente sin chances de revalidar un segundo mandato. En Casa Rosada todavía se sigue asimilando la categórica derrota electoral, pero en la última semana se empezó a trabajar en lo que definen como el "operativo milagro", que apunta a lograr que Macri alcance un ballottage el 24 de noviembre.

La complejidad del desafío, no obstante, obliga a pensar en otras metas mucho menos optimistas. En Balcarce 50 reconocen que los 32 puntos que sacó Macri, cuatro semanas después, son menos. La expectativa es crecer desde este piso al que se llegó producto de una suba del dólar de casi el 25%, de una inflación que, de la mano, se va a acelerar, y de un paquete de medidas que incluyó un cepo light el domingo 1.

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"Tenemos que tratar de alcanzar los 36 puntos para lograr ciertas garantías en el próximo Congreso", sostienen fuentes ejecutivas que se reunieron la semana pasada con Mauricio Macri. Lo vieron con mejor ánimo que apenas se consumó la PASO, pero a la vez, consciente de que en el contexto actual pensar en remontar la elección parece una utopía.

Las heridas por el golpazo electoral, sin embargo, todavía no cicatrizan en muchos integrantes de la mesa chica de Macri. Es el caso, por ejemplo, de la gobernadora María Eugenia Vidal y su equipo bonaerense, desde donde surgen cuestionamientos por la estrategia elaborada para las PASO y el apuntado, como ha sucedido desde el 11 de agosto, sigue siendo el jefe de Gabinete Marcos Peña.

"Lo dicen ahora, pero nunca plantearon un modelo diferente de campaña. Compraron la receta de Marcos porque siempre había funcionado", se quejan en Nación. En cambio, en La Plata deslizan que desde hace al menos tres meses, de acuerdo a sus focus group y los números que les llegaban, la catástrofe electoral era previsible y ellos habían enviado la señal de alerta a Casa Rosada.

Respecto al rol de Peña, en Gobierno hay quienes relativizan su injerencia. Sostienen que "todo lo que baja Marcos, lo decidió Mauricio antes". Y describen resoluciones que tomó el Presidente y ejecutó el jefe de Gabinete o el ex ministro de Hacienda Nicolás Dujovne. Por ejemplo, el pedido de auxilio al FMI de mayo del año pasado, o los cambios de gabinete de cuatro meses después, que exceptuaron a Peña y Dujovne, justamente, pero en el que se achicó a la mitad la cantidad de ministerios.

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"Con el diario del lunes (12 de agosto, principalmente) es más fácil hablar", es una frase bien conocida que aplica en Casa Rosada desde las PASO. Pero, más allá de saber que no se puede volver  el tiempo atrás, en el Gobierno se arrepienten de no haber cambiado el chip y tomar decisiones antes, aun con un costo político importante en ese momento, pero que hubieran permitido llevar adelante la coyuntura de mejor manera.

Hay un funcionario, economista de carrera, muy consultado por Macri en temas de organización e institucionalidad que sugirió hace un año exacto, en plena corrida del dólar de $ 30 a $ 40, que había que establecer un tipo de cambio fijo en torno a los $ 50. Entiende que suponía un riesgo grande, pero habría permitido sincerar paritarias de finales del año pasado y preverlas de mejor modo para este. En aquél momento, no se le hizo caso. Hoy hay quienes creen que esa hubiera sido una buena opción.

De cara a lo que viene, con una campaña que acaba de comenzar formalmente, pero que se hará efectiva para el oficialismo a partir de la segunda quincena del mes, la estrategia es fortalecer la gestión y poder mantener la certidumbre que pareció lograrse la semana pasada, sobre todo en torno al valor del dólar, que, cepo mediante, se estabilizó entre los $ 57 y $ 58, y a las garantías que dieron los bancos ante la masiva concurrencia de ahorristas que retiraron los depósitos en dólares.

Así, a menos de 50 días de las generales, el "operativo llegar" pesa más que el "operativo milagro". A menos que el 27 de octubre suceda una sorpresa mayúscula, exista un 24 de noviembre en el horizonte y Macri deje de ver el 10 de diciembre como una línea de llegada para pasar a ser un comienzo del segundo tramo de la carrera.

Por BERNARDO VÁZQUEZ

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