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Política > Historias

Alberto Fernández en San Juan: Alejandra Baraona "la jefa" del asentamiento Pellegrini

Alejandra Baraona, la mujer es referente del asentamiento. Fue quien acompañó al presidente en su visita en 2021 y hoy estuvo al frente del operativo vecinal para el megaoperativo de erradicación.

07 de noviembre de 2022

Alejandra Baraona es la referente del asentamiento Pellegrini, ella fue una de las que se movió para contactar con el Presidente y así pedir la casa propia. Cómo empezó la gesta, cómo se vivió el día soñado y lo que se viene en palabra de su protagonista para DIARIO HUARPE.

En 2021 fue quien guió al presidente. Foto: Archivo DIARIO HUARPE

Luchar por la dignidad

Detrás de Alejandra se veían los chalecos con los cascos de los colaboradores del IPV y las boinas de los gendarmes. Los camiones estaban listos para arrancar.

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Alejandra fue una de las que, con una carta, llegó a Alberto Fernández. Ella cuenta que fue un pedido escrito desde el cansancio de vivir en un rancho, de tener miedo de no poder progresar y de que sus hijos y los niños de los asentamientos crecieran entre paredes de adobe y tachos de agua estancada.

 

“Hicimos el pedido, pero nunca esperamos que fuera tan rápido”, cuenta Alejandra. En enero del 2021 el presidente Alberto Fernández llegó a la provincia tras el terremoto, ahí dio con él. De la mano de Alejandra, el presidente recorrió el barrio. "Lo llevamos a esa casa porque no quisimos hacerlo entrar en los callejones, no era seguro para él si llegaba a haber otro sismo. Por eso le recomendamos que fuera a la casa más dañada en la calle principal del asentamiento para que pudiera salir fácilmente en caso de una emergencia", contó a DIARIO HUARPE cuando llegó en aquel 2021.

Ese mismo día se anunció la construcción de las casas, casi dos años después estaba a punto de irse a su nueva casa.

Un sueño comunitario para los que vienen

Los niños jugaban por las calles de tierra al lado de las paredes demolidas de los ranchos. Algunos tenían a sus gatos y perros entre sus brazos cuidando que no se escapen ni asusten. Otros tenían en sus tazas de plástico el desayuno antes de partir a sus nuevas casa. Las radios en los celulares sonaban de fondo, siguiendo un evento que estaban viviendo.

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Alejandra dice: “no soy una mujer de llorar, me preguntan por qué no…”, mientras hablaba su voz se empezó a romper. “Es que esto no es para nosotros. Es para los niños, es para los chiquitos. Uno no sabe las miserias que hemos pasado por acá. Ahora que tenemos una casa vamos a poder hacer un hogar”.

El asentamiento fue uno de los más afectados por el terremoto y las lluvias. Foto: Lucas López//DIARIO HUARPE

Alejandra se rompe y busca un abrazo. “Piensan que esto es solo para pedir una casa, pero no tienen idea lo que se pasa viviendo en un lugar como este”. Es que en 2019, el merendero que llevaba adelante se incendió, los casi 400 chicos que atendían estuvieron sin recibir la merienda hasta que llegaron las donaciones.

La referente se limpió las lágrimas, una mezcla de impotencia con alegría. Desde el domingo estuvo comandando a los vecinos para sacar los muebles y heladeras. Mientras hablaba le consultaban de cómo moverse o si ya podían partir. Dio el ok.

Desde que llegó el primer camión hasta que derrumbaron la primera pared todo parecía una promesa. Alejandra, de 50 años, verá cómo sus hijos y sus nietas crecerán en paredes que no son de barro.

Los trabajos empezaron a las seis de la mañana. Foto: Lucas López//DIARIO HUARPE

Ella acompañó al gobernador cuando llegó al asentamiento. Se nota que es la referente: en cada paso que da hay alguien esperándola con una consulta, un saludo, un abrazo.

“Quiero agradecer, a los vecinos, porque son ellos lo que nunca se rindieron. Siempre acompañaron. Esto es el esfuerzo de ellos”, cerró.

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