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Con un homenaje a Fontanarrosa, arrancó el Festival de Literatura Policial BAN!
POR REDACCIÓN
06 de noviembre de 2019
La séptima edición del BAN!, el Festival Internacional de Literatura Policial dirigido por el escritor Ernesto Mallo comenzó con un tributo a Roberto Fontanarrosa y hasta el próximo viernes ofrecerá una intensa agenda que en su nueva sede del Centro Cultural Recoleta incluye acontecimientos como la Maratón Literaria con el homenaje a María Elena Walsh o la inauguración de la Biblioteca Parque de la Estación. Durante el acto de apertura realizado anoche con la presencia del Ministro de Cultura Enrique Avogadro, se rindió homenaje a la obra de Roberto Fontanarrosa en una emotiva secuencia con contó con la participación de Gabriela Mahy, quien fue su mujer, y Daniel Divinsky, su editor, quienes contaron lo que significó trabajar a la par de él y acompañarlo. Para ilustrar los alcances de su humor, Mahy contó que se enteraron de que vivió en La Cumbrecita un personaje que les hizo creer a todos que había sido la inspiración de Boogie y fue enterrado con el nombre del personaje. Divinsky consideró que este homenaje es una "simpática anomalía cromática" porque "el Negro no era negro y tiene un solo cuento estrictamente policial, pero de todos modos es un honor estar aquí". A continuación leyó un relato sobre los intercambios de manuscritos y votos de confianza que tuvieron durante más de treinta años, la tarea de edición "ejercida a la antigua, con bolígrafo o con Rotring", viajes, amores, adaptaciones al cine y el teatro. La tertulia de la primera jornada estuvo dedicada a las reflexiones de tres mujeres, Liliana Escliar, Carolina Cobelo y Patricia Sagastizábal, sobre "El lado oscuro del alma": a través de libros, series, casos reales y ficticios, discutieron caracterizaciones que pueden hacerse en función de las historias de los criminales, contaron anécdotas, hicieron analogías entre la escritura y el asesinato y repasaron mitos de origen, tanto de sociópatas como de autores, relacionados con la humillación. "La escritura es un punto de fuga para nuestros lados oscuros, un modo de ecualizar", dijo Cobelo, en tanto que Escliar recordó que cuando se emitía "Mujeres asesinas", serie de la que fue guionista, Fontanarrosa publicó una viñeta donde se veía un hombre mirando la televisión, a su mujer detrás y el texto rezaba: "Está tomando apuntes". Luego, en la charla "Vamos por partes: descuartizadores criollos", Osvaldo Aguirre identificó factores que se reiteran en los descuartizamientos: la intención de hacer desaparecer el cuerpo como búsqueda de impunidad, el modo en que excitan la imaginación colectiva y plantean un enigma múltiple, la hipótesis de que el asesino tiene conocimientos quirúrgicos o de carnicero. Aguirre observó que aunque la referencia a Jack el destripador sea muy usual, él no descuartizó, realizó mutilaciones. Y contó que a pesar de que la justicia no logró identificar quién fue, existe la hipótesis de que era argentino. El cierre estuvo a cargo de Juan Sasturain, ganador del premio Dashiell Hammett de este año a la mejor novela negra escrita en castellano. En su ponencia "Juego sucio: crimen y fútbol", hizo cruces entre el deporte y los textos de ficción. Entre muchísimas referencias de distintas artes, nombró a los escritores futboleros Peter Handke, reciente ganador del Premio Nobel de Literatura, a Albert Camus, que según contó Juan jugaba de arquero y a Martín Kohan, autor que le pone los nombres de jugadores históricos de Boca a sus personajes.
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