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Provinciales > Buscan respuestas

Denuncian maltrato en el Hospital Mental de Zonda

Se trata de una mujer que internó a su sobrino el pasado jueves y cuando lo fue a visitar este lunes se encontró con el joven golpeado e inconsciente. Realizaron la denuncia y lo trasladaron al hospital Rawson donde ingresó descompensado.

POR REDACCIÓN

16 de julio de 2019

Una difícil situación le tocó atravesar a una familia sanjuanina en estos últimos días. La “odisea” comenzó el pasado jueves cuando Jesica G. llevó a internar a su sobrino de 26 años al Hospital Julieta Lanteri, popularmente conocido como el Mental de Zonda, porque el joven estaba atravesando una crisis por problemas con las adicciones.

Al no tener obra social, sus familiares decidieron internarlo allí pensando que los profesionales encontrarían una solución para él, sin saber que luego se vendría la peor parte de la historia. Jesica decidió junto a su hermana ir ayer lunes a visitarlo para ver cómo estaba adaptándose a las condiciones de la internación. Una vez que llegaron, se dirigieron al pabellón A dónde estaba alojado el joven. Ellas se acercaron al enfermero que estaba de custodia y le preguntaron por el muchacho, “eran las 17 horas y el enfermero parecía que estaba durmiendo, nos dijo que era imposible verlo porque estaba descansando. Nosotros insistimos ya que le llevábamos ropa y queríamos hablar con él para ver cómo se sentía, el ingresó de nuevo y al salir nos repitió que ‘estaba en un sueño profundo’”, relató la mujer a DIARIO HUARPE.

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Fue tanta la angustia que sintieron que siguieron preguntando por él, ya que estaban en el horario de visita estipulado. Al asomarse por la puerta, Jesica pudo ver a su sobrino en un estado “deplorable”, cuenta. Dice que estaba boca abajo, envuelto con una frazada, con los ojos para atrás y la boca sellada, además de estar completamente desnudo.

Al observar esa situación decidieron entrar e ir por él. Comenzaron a buscar explicaciones que según relata estaban ausentes en el hospital. Ningún directivo del lugar se acercó a hablarles. Cuando quisieron entablar una comunicación con el joven, se encontraba inconsciente, “no podía hilar ninguna respuesta”, sostuvo Jesica.  

Asegura que al rato se hizo presente el psiquiatra y le dijo que “eso era normal y formaba parte del tratamiento”, al escuchar esa respuesta Jesica le replicó que “eran personas y no merecían ser tratadas así”, a lo que el médico de apellido Gómez sonrió y trataba de doblarle las orejas para que vuelva en sí. “Me dijo que estaba sedado, le levanté los brazos le lavé la cara y no reaccionaba, nosotros comenzamos a desesperarnos”, comentó la tía.

Ante este panorama, la mujer decidió radicar la denuncia en la Central de Policía quien instruyó a la Comisaría 34ºta para que retiraran al joven del lugar. “Nosotros lo queríamos sacar de ese calvario que estaba viviendo”, relató. Entre dos personas lograron llevarlo a Enfermería con el “alivio” de que el joven solo pudo decir “me han pegado”.

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Entre lágrimas e indignación, Jesica con su hermana logran sacarlo de ahí, dicen que el médico se “burlaba y al salir les dijo fue un placer”. Al joven lo trasladaron al Hospital Rawson, donde llegó con 8 de presión arterial, “estaba pálido, con la lengua trabada, prácticamente sin vida”, dijo la tía.

Además constataron la “pesadilla” que tuvo que atravesar, según lo que comentó Jesica, su sobrino “tiene la cabeza y la nuca llena de moretones, las costillas golpeadas y la espalda con sarpullidos”.

Ahora esto no queda ahí. La familia puso dos abogados para buscar explicaciones por parte de los directivos del Julieta Lanteri. Actualmente, el hombre se encuentra internado en el Rawson, está totalmente sedado, no coordina, está perdido y tiembla. “Si no hubiésemos ido ayer, nos hubiesen entregado a mi sobrino muerto. Maldigo la hora de haber ido a buscar una solución allí, fue peor”, finalizó la mujer.

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