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Sociedad > Caso Brenda

Desaparición y muerte, a un mes del trágico hecho que conmocionó a los sanjuaninos

Se cumplen treinta días de la última vez que vieron a la joven madre albardonera. Una supuesta infidelidad, el marido ante las cámaras de televisión y restos óseos envueltos en membrana, las claves del brutal asesinato.  

12 de agosto de 2019

NOTA DEL EDITOR

Importante

Si vos o alguien que conocés vive alguna situación de violencia, llamá gratis al 144 o buscá algún centro de atención cercano.

"Esto viene desde hace rato, no sé cómo explicarlo. Desde ayer que no sé dónde está", decía Diego Álvarez, ante las cámaras de televisión. Su mirada dispersa en medio del Villicum, lo hacía ver preocupado por la desaparición de su mujer, Brenda Requena Montaña. "Compungido" y pensando en sus dos hijos, todo giraba en torno a su relato. Él sostenía que había ingresado a la casa que compartía con su esposa y la había encontrado junto a otro hombre, José Guajardo. A pesar que había pasado casi un día sin saber nada de ella, focalizaba todo su relato en el supuesto engaño. "De un momento a otro empezó a cambiar, desde mayo se veían. Una cosa es escucharlo y la otra es verlo", sostenía en pantalla.

La Policía montó el operativo. El reloj para la familia Requena Montaña se detuvo a la espera de noticias de su paradero. Su marido, manteniendo su postura, decía que ella iba a pasar unos días en el departamento de Rawson.

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En el campo de investigación había Canes, Montada y el Grupo Geras que junto a la Policía de San Juan monitoreaban la zona buscando rastros de la mujer. En el pueblo, nadie sabía nada. El silencio comenzaba a imperar y acrecentaba el misterio.   

El martes 16 de julio las alarmas se encendieron. La esperanza se detuvo. Se conoció la peor noticia, Brenda era hallada muerta enterrada en un pozo envuelta en membrana. Su cuerpo carbonizado, producto de la combustión con gomas y restos de animales era el pero corolario para los sanjuaninos que habían seguido minuto a minuto su búsqueda.

Todo era producto de un plan macabro realizado para ocultar el cuerpo y borrar huellas. Durante esos cinco días, los efectivos policiales buscaron en la dirección que Álvarez señalaba. Sin encontrar respuestas, decidieron desoírlo. Dicen que su relato no cuadraba. Al parecer quería sacar el foco de atención en la zona del crimen. En todo momento las autoridades creyeron que la mujer estaba en algún lugar escondida, hasta que en su nuevo rumbo encontraron a Brenda desmembrada.

Luego del hallazgo, la familia no bajaba los brazos, tenían la fe puesta en que los restos no eran los de la joven de 24 años. Álvarez era detenido al igual que Guajardo, pero el último fue liberado a las horas. La semana en la que demoró el cotejo del cuerpo, la mirada se centraba en los pocos tejidos blandos que quedaron sin ser alcanzados por el fuego. Un pie encontrado en la cercanía de ese hueco mortal sirvió para tomar la muestra de ADN. Todo comenzaba a cambiar. Ya no era una desaparición como cualquier otra. Los peritos entendían que alguien era el responsable de la tragedia. El marido encabezaba la lista de los apuntados por la Justicia.  

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Una cadenita de Brenda en la escena del hallazgo, daba cuenta de que se trataba de ella. La confirmación lamentablemente llegó a la semana. Los resultados de la autopsia determinaron que el 99,99% coincidía con la mujer que había desaparecido. Una nueva mujer se sumaba a la lista negra de los femicidios en Argentina. La familia jaqueada por el dolor no encontraba consuelo. Sobraban las palabras, abundaban los hechos y faltaban los abrazos para contener el inconmensurable dolor de sus padres.   

Álvarez, es ahora el principal apuntado por el hecho. Actualmente se encuentra alojado en el Servicio Penitenciario hasta que brinde su declaración indagatoria. Desde la defensa dicen que está triste y piensa en sus hijos, quienes ahora están con sus abuelos paternos, desde Tribunales lo señalan como el único responsable de atroz crimen.

La clave

La declaración de dos jóvenes  

Se trata de dos personas de 17 y 14 años quienes estaban cazando pájaros la jornada en que supuestamente vieron a Diego Álvarez quemar gomas en el pozo donde luego encontraron a Brenda. Dijeron que el hombre los quería espantar y que lo notaron nervioso. Su testimonio será clave. Ellos llegarán este lunes hasta el Centro Anivi, ya que son menores, y prestarán declaración frente al equipo técnico del organismo y la Justicia. Cada palabra que puedan decir será determinante para encuadrar el modus operandi del marido de Requena.

Dolor y recuerdo

Marcharán pidiendo justicia

Este lunes a las 10 de la mañana está prevista una marcha en recuerdo de Brenda. Será en la plaza departamental de Albardón, tierra de la cual ella era oriunda. Sus familiares quieren que la Justicia sea rápida a la hora de condenar al culpable. Saben que Brenda no volverá a estar junto a ellos, pero quieren que al menos descanse en paz.

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