El egoísmo ofensivo privó a San Martín del triunfo

Lejos del equipo goleador y contundente de los fechas anteriores. Lejos del equipo que ganó los últimos cuatro partidos en San Juan. Lejos de funcionar como equipo. San Martín abusó de las individualidades ofensivas y equivocó el camino cada vez que ingresó al área de Alvarado. No supo cómo romper el marcador y el 0-0 final ante Alvarado dejó un amargo sabor en lo que fue la vuelta al Hilario Sánchez luego de 41 días por el resembrado del césped.

San Martín pecó de ineficaz y dejó escapar dos puntos vitales en sus aspiraciones de meterse en zona de clasificación. Se había acostumbrado a ganar de local porque venía siendo letal, pero esta vez el egoísmo individual privó al equipo de la victoria.

Fue un golpe, porque técnicamente su rendimiento fue parejo y manejando el partido siempre, sin pasar demasiados sobresaltos, sin poner nunca en duda que el partido se le podía escapar, pero impreciso y errático en la definición por no tener solidaridad para convertir.

Dejó escapar dos puntos necesarios ante un Alvarado que llegó a San Juan con 4 derrotas consecutivas de visitante y apostó a una formación con muchos volantes para no dejar pensar a San Martín y cuidar su arco. Y en definitiva, cumplió con lo que planteó. Incluso tuvo un remate en el travesaño de Chávez en lo único que generó con claridad.

Desde el arranque del partido fue San Martín que buscó pasar al frente. Antes de los 12’ Penco y Giménez habían buscado abrir el marcador. Luego Rodríguez Puch, de tiro libre, casí la mete en el primer palo. Llegando a los 32’ Penco definió mal ante un pase perfecto y de emboquillado de Lemos.  Y en el final del parcial inicial otra vez Penco no le dio preciso, esta vez de cabeza, en las dos únicas chances que se elaboraron y buscar cerrar en función de equipo.

En el complemente perdió peso ofensivo, continuó errando en la asistencia dentro del área y sólo mostró una carta diferente con el remate, a los 16’, de Álvarez que reventó el travesaño luego del toque del arquero Fernández.

Siendo la jugada más clara del egoísmo ofensivo la que cayó a los 18’, cuando Matías Giménez quiso hacer la heroica dentro del área del conjunto marplatense entre tres defensores, sin ver a Antonio desmarcado y con el arco a su favor para convertir.

El resto fue más de lo mismo, porque Antuña movió el banco, hizo los 5 cambios, pero los que ingresaron no fueron solución alguna para un regreso a Concepción con pocas luces, malas resoluciones ofensivas y falta de coordinación en los metros finales para definirlo.