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Opinión > Hablemos en serio

Elecciones: la lucha de la simpatía contra la gestión

En las elecciones se pone a prueba una antinomia de carisma versus inteligencia. En muy pocos casos se dan ambas y cuando esto ocurre llegan los líderes, pero son los menos. Miremos algunos ejemplos de unos y otros.

En el 2007 cuando llegué como asesor a la Cámara de Diputados, aprendí muchas cosas, pero fundamentalmente aprendí a conocer el trabajo interno, el entramado, la negociación, y todo lo que envolvía la sanción de una Ley.

En aquella gestión, los diputados con algunos asesores se reunían una vez por mes en una cena, fútbol por medio y se hablaban muchas cosas, estaban casi todos, y era bueno. Había respeto, pero también oposición. Entonces golpearon fuerte dos pedidos de interpelación del diputado Castro al entonces ministro de gobierno, Fenandez. En la cena de eso no se hablaba.

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En esa Cámara había tres intelectuales que me llamaban la atención, Leonardelli, Bustelo y Clarisa Botto. Sentarse con ellos a explicar o tratar un tema en particular, era como escuchar una clase de un posgrado académico.

Del otro lado también estaban los simpáticos, los bonachones, esos que te abrazaban y te decían “Qué hacés Hermano”, que generalmente se identificaban como los que venían de los departamentos.

Allí pensé que este sistema de proporcionales y departamentales es bueno. En la lista sábana no perdemos a los grandes intelectuales, caso contrario no llegarían nunca, y en los departamentales metemos a los que solo se preocupan por su departamento con algún pedido de informes o algún proyecto pidiendo “que vería con agrado el pavimento de la calle x ….”.

De esto es la mayoría, aunque hay excepciones.

Una década luego, miro las elecciones del domingo y veo que las simpatías, las caras sonrientes y los abrazos abundan; pero en realidad ¿es esto lo mejor?

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En aquella Cámara en la que estuve, llegó como Secretario Legislativo el hoy Ministro de Gobierno y precandidato a Intendente de la Capital, Emilio Baistrocchi. Joven, flaco, canillas duras para el fútbol, serio, poco sonriente, pero muy educado, amable y sobre todo leal.

El otro día miraba un spot publicitario y observaba al mismo Baistrocchi, de la sonrisa simple a la casi risa provocada; porque la simpatía no es su virtud; su virtud pasa por el trabajo planificado, la búsqueda de la perfección y el trabajo en equipo.

Con Baistrocchi la Cámara de Diputados tuvo un vuelco interesante con el trabajo del Digesto y la biblioteca; pero en gestión de Ministro de Gobierno, puso primera a fondo y las revoluciones llegaron a romper algunos mitos.

Con el ímpetu juvenil pero con más de diez años de experiencia, Emilio arrancó rápidamente y le metió con el Ministerio Móvil, con un claro mensaje a sus funcionarios “Nada de quedarse encerrado en las oficinas!”; algo impensado en gestiones anteriores.

En materia de seguridad metió mano firme. Muchos ingresos de policías, gran cantidad de patrulleros de calidad y no esos “corsitas” que duran dos años y no pueden perseguir una bicicleta. No obstante lo Muy Bueno en materia de seguridad, allí le pongo algo en el “Debe”: la comunicación interna con la Policía, alguien que nadie se anima a profesionalizar, y retomar el orden cerrado o al menos mixto en la educación de los cuadros policiales.

Pero hubo algo que marcó historia de gestión; FLAGRANCIA.

Al principio una gran lucha, por supuesto con una composición de Corte de Justicia, arcaica, lo más parecido al Senado Romano o una Corte de los Dinosaurios.

Luchó y ganó. El bien de la sociedad debía ganarle a la decisión de los cortistas que según parece, le temían al trabajo y a mejorar, bue…., así está la Justicia Sanjuanina.

Ganada la “Gran Pulseada”, Baistrocchi se puso al frente e implementó Flagrancia, aunque creo que con una gran ayuda de “Yimi” Quatroppani y por supuesto, después de la llegada de De Sanctis y García Nieto, ya todo cambió en este tema.

Lo de Flagrancia es el ejemplo de excelente gestión, que nunca es perfecta, y por eso tuvo algunas modificaciones en el proceso a posteriori, pero el start up fue oportuno y eficiente.

Desde entonces hasta el viernes pasado hubo 1647 detenidos y sometidos al proceso de flagrancia, de los cuales a 1497 se les concluyó el proceso en la primera audiencia. De estos, 91 fueron condenados, o sea, ya cuentas con antecedentes y para la próxima la excarcelación ya estará cada vez más lejos.

Pero déjenme poner resalto en el tiempo, que habla de EFICIENCIA. La duración promedio de cada procedimiento hasta la condena es de 2,54 días. Felicitaciones al principio y a la ejecución.

Dicho esto, el domingo próximo aparecerán los Baistrocchi, quien tal como Leonardelli, Bustelo y Botto, le ponen intelectualidad, gestión y eficiencia; con errores pero con la virtud del hacer.

En otro rincón de la provincia estarán las caras bonitas, la buena sonrisa natural, pero a la hora de la gestión, el agua les llegará al cuello, o al menos sólo harán un paseo de cuatro años que si es inocuo para el departamento, para la sociedad significa pérdida de tiempo que es irrecuperable.

Gestión versus Simpatía. Se viene el debate. Yo apoyo la gestión, la intelectualidad social y la eficiencia.

 

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