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Provinciales > Sanjuaninos en pandemia

Fabio Muñoz, entre el cansancio y la tarea de llevar esperanza con la vacunación

Es coordinador del vacunatorio en el Aldo Cantoni. Contó cómo viven los días entre el cansancio y la relevancia de su trabajo para inocular contra el Covid-19 en toda la provincia.

13 de junio de 2021

Cuando se propuso ser enfermero nunca se imaginó que iba a enfrentarse a una pandemia y mucho menos ser el coordinador del vacunatorio que el Ministerio de Salud Pública armó en el Estadio Aldo Cantoni. Fabio Muñoz tiene 37 años, es padre de dos niñas de 9 y 15 años, y licenciado en Enfermería.

Durante los últimos meses ha pasado más tiempo en su trabajo que en su hogar, pero a pesar del cansancio y de las horas dedicadas al plan de vacunación, sabe que junto a sus colegas en toda la provincia están cumpliendo una tarea fundamental para superar el ataque del Covid-19.

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“Estamos en un momento complicado desde el año pasado. Le ponemos muchas pilas para hacer bien las cosas. Da orgullo y placer cuando las cosas se realizan, pero somos humanos y nos frustramos cuando no salen. Creo que estamos haciendo una parte importante de esta tarea, tratamos de aplicar en cada cosa que hacemos este pensamiento para cumplir un objetivo. En cierta forma, el personal de salud tiene un compromiso que cumplir”, manifestó en diálogo con DIARIO HUARPE.

A fines de diciembre del año pasado llegaron a San Juan las primeras vacunas para combatir el coronavirus. Esto significó armar una ingeniería para darle el puntapié inicial al plan de vacunación provincial, que hasta el momento sigue cumpliéndose cada día en los 23 centros dispuestos para tal fin. Y si bien cualquiera puede imaginar el importante papel que juegan los agentes sanitarios, Fabio lo describe por todos ellos: “Cuando una persona se va vacunada es una sensación muy linda, se ha brindado en cierta forma la protección. Uno ve el agradecimiento, aun si lo manifiesta en forma oral o sólo con un gesto de alegría. Son cosas que a uno lo llenan, es como que decís 'estoy cumpliendo mi fin'. Al final del día el cansancio un poco se compensa con ese agradecimiento de los sanjuaninos”.

De por sí la tarea no es sencilla, mucho menos una rutina sin sobresaltos. A veces los vacunadores, cuenta Fabio, se enfrentan a situaciones poco felices como maltratos e insultos que parten de quienes no entienden las disculpas por posibles demoras o la disponibilidad de vacunas. “En algunos casos la gente viene y nos culpa si no hay vacunas o porque no les llegan los turnos. O simplemente vienen enojadas de su casa y se desquitan con nosotros. Son situaciones que se repiten todos los días, pero son los menos. El resto de la gente, que es la gran mayoría, nos felicita y se va contenta. Sobre todo sucede con la gente mayor, en todos los centros vacunatorios hemos notado lo mismo. El agradecimiento y la emoción, incluso con los ojos llenos de lágrimas, de las personas mayores porque después de mucho tiempo pueden ver a sus hijos y nietos. Son situaciones muy movilizantes para los vacunadores”, ilustra.

Durante la charla el vacunador nunca deja de destacar que existe un equipo que trabaja a pleno bajo el mismo objetivo y a pesar de sufrir cansancio y complicaciones propias de la tarea, “el trato dentro del grupo es excelente y así debe seguir siendo porque son muchas horas las que pasamos juntos”. Estamos cansados, en cierta forma vamos agotados, pero volvemos a reactivarnos todos los días. A las 7 de la mañana es como que apretamos el botón de reset (reiniciar) y arrancamos de nuevo. Aún nos queda una tarea larga, no podemos aflojar ahora. Mucha gente quiere vacunarse como la única salida, pero es una de todas las formas que tenemos para vencer a este enemigo invisible. La verdad que debemos continuar con el cuidado que ya traemos desde el año pasado: distancia social, uso del tapabocas y respetar las medidas preventivas”, añade Muñoz.

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Para finalizar, el profesional de la salud cuenta una historia personal que da cuenta de la vida diaria que viven tanto él como sus colegas: Me ha pasado en días difíciles de llegar llorando a casa o incluso hacerlo estando en el trabajo. Por eso cuando llego abrazo a mi familia que es mi cable a tierra para estar tranquilo y al otro día venir a trabajar sabiendo que estamos haciendo algo importante para poder recuperar la vida que tenía cada sanjuanino antes del covid”.

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