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Folletos polémicos de Morón: el tratamiento para personas con consumo de drogas, desde la perspectiva de especialistas sanjuaninos

La pieza gráfica, dirigida a personas con drogodependencia, daba recomendaciones destinadas a la reducción de daños en lugar de disuadir el consumo y levantó todo tipo de opiniones. 

03 de mayo de 2022

La Municipalidad de Morón, provincia de Buenos Aires, realizó la semana pasada una campaña de prevención de consumo problemático de drogas o, mejor dicho, de reducción de daños. “Si tomás cocaína, andá de a poco y despacio” reza el folleto que se viralizó a través de las redes sociales y que llegó a cada sector político de la Argentina. ¿Qué se intentó hacer con esa comunicación? Dos especialistas sanjuaninos comentaron a DIARIO HUARPE su opinión al respecto.

El folleto en cuestión es del Municipio de Morón, cuyo intendente es Lucas Ghi. Foto: Gentileza.

Natalia Vives, directora de Abordaje Integral de las Adicciones, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia, opinó que es importante ver el contexto en el cual fue construida esa comunicación. “Desde San Juan podemos decir que está mal, pero porque no sabemos el motivo que llevó al Municipio de Morón a hacer ese folleto. No podemos comparar nuestra provincia con Buenos Aires, ni juzgar por qué ellos decidieron que era la mejor opción de abordar el tema”, explicó.

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Conforme explicó Vives, en la provincia se lleva a cabo el abordaje de prevención de drogas, ya que la drogodependencia no es muy grande. “San Juan no está tan mal como para aplicar la política de reducción de daños”, añadió la especialista.

Sin embargo, la socióloga hizo una salvedad poniendo como ejemplo la intoxicación masiva por cocaína adulterada que tuvo lugar en Puerta 8, al norte de Buenos Aires, y que se llevó la vida de 24 personas. “Si en ese lugar se hubiera aplicado una política de reducción de daños, tal vez se hubiesen prevenido muchas de esas muertes”.

Pablo Castore es médico psiquiatra y trabajó en la Villa 1-11-14 con personas con adicciones.

Respecto a esta situación se refirió también Pablo Castore, médico psiquiatra especialista en tratamiento de adicciones, quien actualmente se desempeña en el penal de Chimbas y en Ceteg, un centro de salud mental especializado en drogodependencia, trastornos alimentarios y otros trastornos mentales.

“En ese lugar la mayoría consumían y compraban la misma droga, con el mismo dealer. Si en algún momento alguien les hubiese informado de dónde compraban, probablemente no hubiese sucedido todo esto”

Castore explicó que lo que sucedió con los folletos de Morón, tiene que ver con que están dirigidos para personas que consumen y que utilizan esos códigos lingüísticos. “Obviamente que esas palabras y esas maneras de advertencia van a chocarle a la gente que nunca consumió y a los políticos que hablan desde Recoleta, pero esos folletos están dirigidos a la gente que está acostumbrada a hablar de esa manera y eso, justamente, ayuda a interpelarlos de una mejor forma”, explicó el especialista.

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De esta manera, desde esta perspectiva, si en los casos de sobredosis o bien, de envenenamiento por consumo de cocaína adulterada, se hubiese llevado a cabo una reducción de daños, las consecuencias podrían haber sido menores.

“La viralización del folleto solo mostró una parte de él. En la parte inferior de la pieza se indicaban los números para pedir ayuda, como los del Sedronar, el del Same y el de un lugar de asistencia médica de Morón. Hay claramente una intención de encuadrar la información de manera negativa”, planteó Castore.

A pesar de esta salvedad, Vives dijo que, según su perspectiva, todo consumo es perjudicial y que el camino es acabar con él. “Así sea que tomés poco, o que sea ocasionalmente, la droga es droga y siempre es mala. Por eso, desde San Juan apuntamos a acabar con eso”, añadió.

Natalia Vives es socióloga. Foto: Gentileza.

Ambos profesionales coincidieron que el camino para terminar o, al menos, disminuir la dependencia, es tratar directamente sobre el contexto en que la persona con drogodependencia se desarrolla.

Vives planteó que hay que desarmar la situación de dolor que lo lleva a tomar drogas, porque casi siempre hay una razón emocional que incentiva esa situación.

Por su parte, Castore dijo que, más allá de prohibir el consumo, se debe atacar la problemática que coexiste con el paciente. “Hay que tratar el contexto, porque la situación contextual es lo que los lleva a depender de las drogas y, si se quita la droga, pero no se hace nada con el entorno, la persona va a volver a caer evidentemente”, explicó el médico psiquiatra.

Cómo se tratan actualmente las adicciones en la provincia y cuál es el futuro 

Vives aseguró que, desde la Dirección de Abordaje Integral de las Adicciones, aplican una metodología de trabajo que direcciona las fuerzas a trabajar en los barrios con mayor cantidad de adicción de la provincia. Allí, buscan tratar con las organizaciones no gubernamentales (ONG), con los clubes deportivos, escuelas y entidades religiosas. “Vamos generando estrategias de prevención en los barrios más vulnerables para evitar que los chicos empiecen con el consumo”, explicó la socióloga.

En relación a quienes ya consumen, Vives dijo que hay dos espacios de tratamientos residenciales, una para mujeres y otra para varones. Esto es para quienes tienen una drogodependencia mayor y necesitan asistencia todo el día. Por otra parte, en el caso de aquellos que la adicción no es tan grave, hay tres centros de día ubicados en Chimbas, Rivadavia y Capital. También existen las Unidades Municipales de Atención Ambulatoria (UMAA), donde las personas pueden pedir asesoramiento médico.

“La atención de los pacientes se decidirá según la situación en la que cada uno se encuentre, no es lo mismo alguien que consume desde toda su vida a alguien que lo hizo un par de veces”.

Así, Vives indicó que lograr la abstención depende de cada paciente, no solo de su forma de dependencia a las drogas, sino de su situación contextual.

El futuro del tratamiento, conforme afirmó Castore, va, inevitablemente, hacia la política de reducción de daños. “La abstención no va más, la mayoría de los pacientes a los que se los encierra en una comunidad terapéutica se escapan y vuelven a reincidir. Se tiene que empezar de a poco, nadie puede cortar con la dependencia de golpe”, explicó el especialista.

En este mismo sentido, el médico psiquiatra comentó que la Iglesia, que se ocupa mayoritariamente de estas instituciones, debe dar un paso al costado.

“Los de la Iglesia se hicieron cargo del tratamiento a personas con drogodependecia cuando el Estado no estaba ahí y nadie se hacía cargo. Yo he trabajado en la Villa 1-11-14, donde no había ninguna ayuda estatal, pero sí estaba la Iglesia. Eso se agradece, pero es hora de que le den lugar a profesionales con otras metodologías más allá de la abstención”.

Finalmente, Castore manifestó que se siente esperanzado con respecto al giro del paradigma que está sucediendo en la provincia. En este sentido, dijo que, a partir del cultivo de cannabis por parte de CANME y diversos estudios que se están realizando en San Juan en relación con los usos medicinales de la planta. “Realmente se nota que los sanjuaninos estamos cambiando de pensamiento”, cerró.

Qué es la política de reducción de daños

Castore, quien es partidario de la política de reducción de daños, aclaró de qué se trata este paradigma. Según expresó, es un modelo que surge en algunos países de Europa, a partir de la década de 1990, cuando la pandemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) comenzó a gestarse.

En ese momento, las drogas más populares eran las inyectables, como la heroína. Las personas adictas compartían, en su mayoría, las jeringas con las que se inyectaban las sustancias. Esto produjo que la trasmisión de SIDA/ HIV (virus de la inmunodeficiencia humana) fuera más acelerada.

Al observar esta situación, aseguró el médico psiquiatra, las autoridades comenzaron a repartir jeringas y aconsejar las maneras de inyectarse la droga. Entendían, entonces, que el accionar debía proteger la salud de las personas con consumo problemático y que la prohibición no hacía nada por ellos.

De esta manera, desde esta perspectiva, existen diferentes formas de consumir: uso, abuso y consumo recreativo. Cada una de ellas, se trata de diferentes maneras. “Que una droga sea veneno depende pura y exclusivamente de la cantidad de consumo y de los contextos en las cuales esto se realiza”, detalló.

Para terminar, el especialista dijo que, desde algunos sectores y para deslegitimar el paradigma, se quiere hacer creer que esta tendencia es algo nuevo, pero que la verdad es que es un paradigma creado y estudiado por países europeos desde 1990.

Dato

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Argentina es el país con mayor consumo de cocaína de América Latina. El 2,6% de la población comprendida entre los 15 y los 64 años, toma esta sustancia. 

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