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Provinciales > Historia sanjuaninas

La Cuchillería Guitiérrez cerró y todavía los clientes buscan el negocio

El famoso comercio dejó de funcionar luego de la pandemia del Covid-19.

24 de julio de 2022

Cuando la gente camina las calles del centro nota una ausencia que provoca desconsuelo por todos los recuerdos que guarda y la cantidad de años de antigüedad. Tras la pandemia, los sanjuaninos se despidieron de la Chuchería Gutiérrez, que cerró para siempre las puertas de su local ubicado en Rivadavia, entre Jujuy y Aberastain, aunque mantiene vivo su nombre en la memoria colectiva.

Un cartel inmobiliario de “Vendo” cuelga el frente de comercio y anuncia el fin de un negocio que tiene más de 100 años. Los comerciantes de la zona lo sienten como una gran pérdida e incluso aseguraron que muchos clientes todavía van al lugar y se sorprenden cuando ven que las puertas están cerradas. “Es una gran pérdida porque no quedan cuchillos en San Juan”, dijo Jorge Dallazuana, propietario de La Ley. “Es una gran pena que no hayan seguido”, continuó.

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Otra comerciante dijo que tenían muy buen trato y aseguró que mucha gente aún va al sitio porque hay productos que solamente se conseguían allí.

La empresa fue fundada a principios del siglo XX por el abuelo materno de Gerardo Gutiérrez, último dueño del local. En ese momento, era un negocio dedicado a ramos generales y bazar y se llamaba las Tres B. Se ubicaba en avenida Libertador y calle General Acha.

 Luego el padre de Gerardo, Ángel Gutiérrez, lo compró y así nació la Cuhillería Gutiérrez. Durante un tiempo continuo en el mismo lugar, más adelante se mudó a la Mitre y Tucumán y en 1983 abrió el local en calle Rivadavia frente a Tribunales, que sería su último destino.

Angel Guitiérrez, padre de Gerardo

“Me crié en el negocio, estudié y me recibí”, comentó Patricio Gutiérrez, hijo de Gerardo.  Dijo que allí pudo aprender conocimientos sobre administración que le ayudaron a crecer en su carrera de contador, profesión a la que se dedica actualmente. Contó que tiene muchos recuerdos junto a su padre y abuelo.

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Patricio se siente orgulloso de ser parte de una familia que es una marca indeleble del comercio local. “Eso te demuestra que hicieron las cosas bien. Me da orgullo y honor, pero me dio tristeza cuando se decidió cerrarlo, aunque después uno reflexiona y me di cuenta de que no podíamos continuar”, expresó.

“A mi viejo se lo quisieron comprar, pero él no quiso venderlo”, continuó y agregó que tenía un gran afecto por la cuchillería. Resaltó que era una persona muy tradicional. Siempre pagaba todo en efectivo y nunca utilizó tarjeta de crédito o cheques. 

El 2020 fue un año duro para el empresario por las medidas de aislamiento que obligaron a dejar la atención al público. Ese periodo atravesado por la pandemia sellaría los últimos días de la cuchillería. En ese período, Gerardo se contagió de Covid-19 y falleció producto de la enfermedad. “No tenía un mango y le llevaba remedios. Tuvo que afrontar costos y aumentos de sueldos. Nunca quería dejar de cumplir”, declaró su hijo.

El 4 de diciembre del 2020 cerró sus persianas. Patricio y su hermana no quisieron continuar con el emprendimiento porque tienen proyectos propios y, además, por la situación económica del país. “Es imposible sostener el negocio con empleados de muchos años, pagar salarios. Apenas me daría para vivir. Yo no iba a mantener el negocio solamente por la trayectoria”, explicó Patricio.

Por otra parte, el heredero de la cuchillerìa contó que es un rubro de ventas complicado por la baja rotación y también por los productos importados. Manifestó que muchas tiendas de bazar se comunican con él para comprarle mercadería que aún tiene, debido a las trabas a las importaciones impuestas por el Gobierno Nacional.

El Covid-19 se llevó la Chuchería Gutiérrez, pero su legado quedará en la historia local. Todavía hay personas que no saben que cerró y quedan sorprendidas cuando se enteran o pasan directamente por calle Rivadavia.

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