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La dramática historia de una familia que casi muere calcinada
Por Germán González
Hace 29 años que la familia Castro residía en la vivienda de calle Reconquista 941 oeste, perteneciente al barrio Libertador en Chimbas. Pero en cuestión de segundos quedó en la calle, producto de un incendio que devoró todas sus pertenencias y dejó a la casa con peligro de derrumbe. Sin embargo el destino pudo ser peor, si no fuera que Yanina Castro y su hijo de 16 años reaccionaron a tiempo para salvar al resto de los integrantes.
Cerca de las 4.15, todos los Castro dormían, cada uno en su pieza. No pensaron que se levantarían con el infierno tocando su puerta. Al parecer un cortocircuito en el comedor inició unas silenciosas llamas que se propagaron a las habitaciones. Por suerte para la familia, una de sus integrantes, Yanina (37), sintió un olor que le llamó poderosamente la atención. Se levantó de la cama, abrió la puerta y vio las llamas, que le tocaron parte de su cabello. Asustada se apresuró a despertar a su madre, Julia Romero de Castro (67), a su hijo de 16 y a las gemelas de 12. Los gritos despertaron a su hermano Daniel Castro (43), que dormía del otro lado de la habitación con su esposa Inés Páez y sus hijos de 16, 15 y 10 años. El más grande tiene discapacidad motriz y autismo, contaron.
Todos salieron a tiempo. El hijo más grande de Yanina ayudó a su abuela Julia a salir entre las llamas ya que no podía moverse con facilidad por un problema en las piernas. En el medio vieron cómo se consumían las piezas de la precaria casa. Los Castro intentaron apagar el fuego, pero ni la intervención de dos dotaciones de Bomberos ni de los patrulleros de la Policía pudieron evitar que el daño sea enorme. Perdieron parte del techo del comedor, tres heladeras, una moto, ventilador de techo y la mayoría de la ropa como los uniformes de la escuela de los chicos y de trabajo de los mayores. Por otra parte, el menor con discapacidad perdió su silla de ruedas, devorada por el fuego.
Ante el incesante frío, las lágrimas invadieron a las mujeres de la familia, que ya con la luz del día trataban de rescatar del barro y las cenizas, la ropa que aún servía y no estaba quemada. Mientras los hombres removían los escombros. La abuela Julia, sentada en una silla, observaba a los demás. Mucho no podía hacer, había perdido la facilidad de caminar hace mucho tiempo. Sus ojos se llenaron de lágrimas. “Jamás pensé que me iba a pasar esto”, dijo la mujer. “Perdí hasta el celular, ya no voy a poder escuchar radio y no tengo plata para comprarme uno nuevo”, añadió llorando.
Su nieto, que la rescató de las llamas, comentaba a DIARIO HUARPE que lo primero que se le vino a la mente fue rescatar a su abuela. “No iba a poder vivir sin ella, prácticamente es mi segunda madre”, expresó el muchacho.
Advertidos por Bomberos del peligro de derrumbe, los familiares tuvieron que mudarse del lugar. Daniel y su familia se fueron a casa de su hermano Javier Castro. A su vez, Julia, su hija Yanina y el resto de sus nietos se fueron a la casa de su otro hijo Segundo Castro.
Los Castro recibieron donaciones de módulos alimentarios de vecinos, medios de comunicación locales, de la Municipalidad de Chimbas y del ministerio de Desarrollo Humano. Sin embargo, aún la ayuda no basta para pasar los días de frío que quedan por delante. Por eso pusieron a disposición un número telefónico para cualquier ayuda: 2644576573.