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Provinciales > Historias sanjuaninas

Natalia Falcón, la sanjuanina que perdió el trabajo y hoy la rompe con su puesto de café

Ella dice que todo esto se lo debe a Dios. Es soltera y tiene tres hijos.

18 de noviembre de 2020

Ganas de reinventarse pese a la realidad que la rodea. Esa es la premisa que tiene la sanjuanina Natalia Falcón. La mujer de 38 años comenzó el 2020 con muchos sueños, pero en el mes enero se quedó sin trabajo y vio frustrada su posibilidad de concretarlos. Desde su adolescencia había pasado la mayor parte de su tiempo atendiendo a la gente en el comercio, aunque las puertas se le terminaron cerrando.

Nunca pensó en tirarse a la cama a llorar. Alejada de eso, Natalia buscó la alternativa para salir adelante. No solamente estaba preocupada por su situación económica, sino también con el sustento diario de sus tres hijos: Brisa, de 18 años; Ignacio, de 16; y Guadalupe, de 10. La sanjuanina es mamá soltera y la asistencia de sus ‘pichones’ quedó a su cargo.

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Hizo uso del dicho popular que realza la idea de que ‘el sol sale para todos’ y en febrero, cuando en San Juan se lo celebra con una fiesta nacional, ella tuvo una idea radiante. Con su instinto emprendedor le pidió a un amigo de su hermano el carro que tenía en su casa. El hombre aceptó su requerimiento y así fue como el 25 de febrero Natalia instaló su puesto de café al paso en calle Mendoza y Mary O’ Graham justo frente al Cuartel de Bomberos Central en el límite entre Capital y Chimbas.

“Nunca me gustó ser moza y eso que tuve oportunidades, pero nunca acepté. De todos modos, siempre me sentí cómoda atendiendo al público. No imaginé tener este puesto y que fuera con tanto éxito”, contó Natalia a DIARIO HUARPE.

Sus tres hijos son su guía para seguir adelante. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Todo iba bien. Ya nada podía fallar. Ella estaba trabajando y los clientes se iban multiplicando cada vez más. Taxistas, colectiveros, bomberos e incluso algunos vecinos de la zona se acercaban para tomar una infusión caliente y acompañarlo con una semita casera recién salida del horno. Sin embargo, todo cambió. A menos de un mes de la inauguración, el 20 de marzo el Gobierno provincial se sumó a la cuarentena estricta declarada por la Nación para contrarrestar los efectos del coronavirus y ella, como gran parte de la sociedad, cerró su negocio e inició el proceso de aislamiento.

“No tenía sueldo estable, por eso me puse este carro. Después cuando cerré otra vez tuve que atravesar una situación difícil”, explicó la trabajadora.  

Tienen muchos compradores. El café con dos tortitas lo tiene en $50. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Con el correr del tiempo, y de acuerdo a algunas flexibilizaciones que se fueron adoptando, Natalia puedo abrir el negocio nuevamente. Esa vez redobló los esfuerzos y puso algunas mesas en la puerta del pequeño local de lata para que sus compradores pudieran disfrutar más cómodamente del café.

La mujer sostuvo que con sus clientes tienen muy buena relación. Las veces que tiene su negocio cerrado cuenta que ellos se preocupan y le mandan mensajes. “Me dan mucha fuerzas y me dicen que siga para adelante con todo esto”, reconoció.

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Natalia relató que se levanta todas las mañanas a las 5:30 y espera a que llegue el panadero para tener las cosas ricas que venderá junto con el té o café, de acuerdo a las preferencias particulares. Más allá de atender bien a su clientela, la mujer tiene a sus hijos que siempre la esperan de nuevo en casa. Ella vuelve a su hogar cerca de las 11 para tomarse unos mates. Con lo que recaudó en la mañana manda a comprar los alimentos para luego cocinarlos mientras acompaña a sus pequeños con las tareas escolares.

“Los he criado bien, siempre con los valores más importantes de la vida. Ellos están a la par mía”, dijo entre lágrimas.

Las personas destacan en ella lo servicial y simpática. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Natalia se considera inquieta y ansiosa. Tiene ambiciones de mejorar en su rubro e involucrar una serie de pedidos que le hacen las personas que llegan a su local. Uno de ellos tiene que ver con los sándwiches de miga o milanesa. Sin embargo, ahora sostiene que no tiene impedimentos porque todo su trabajo se lo dejó en manos de Dios.

“Él me sacó de muchas malas que tuve que atravesar cuando me quedé sin trabajo o sola con mis hijos, por eso creo que todo me va a ir bien”, concluyó.

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