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Omar Mollo lanzó "Embretao", un tango expresivo y lejano al arquetipo
POR REDACCIÓN
26 de diciembre de 2019
El cantor Omar Mollo, cultor de una línea interpretativa expresiva y acaso heterodoxa, publicó un nuevo álbum, "Embretao", con el que consolidó su estrecho vínculo con el tango del que, afirma, ha logrado "despegarse del arquetipo" y desarrollar un perfil propio que "todavía no encontró su techo". "No toco con funyi, el saquito ajustado y un moño. En ese sentido, a esta altura puedo decir que me han aceptado en todo mi ser, con mis formas y no sólo en mi modo de cantar", reflexionó Mollo, desde Holanda, donde se encuentra radicado. Líder de MAM (Mente Alma Materia), una emblemática banda de fines de los 70, el hermano mayor y primer maestro de guitarra de Rocardo Mollo -líder de Divididos-, retomó en 2003 su vínculo con el tango y, desde entonces, ensayó un camino pausado, con más presencia fuera del país que dentro de él. Ese tránsito, parejo, registra títulos como "Tango" (2003), "Gola" (2006) e "Y que siga..." (2008); "Barrio sur" (2012) y "Tango Cosmopolita" -nominado para los Grammy Latinos 2018 como "Mejor álbum de Tango" y galardonado con el Premio Gardel a la Música "Mejor Álbum Artista Masculino de Tango". En esa línea, cuando se lo interroga por "EmbretaoTango y Milonga", Mollo sostiene que "lo que cambia de un disco a otro es el repertorio, porque nosotros somos los mismos y estamos muy aceitados en nuestra música". Ese "nosotros" evoca a Ernesto "Chino" Molina en bandoneón, Federico Maiocchi en contrabajo y, especialmente, a Diego Ramos, responsable del piano y de las versiones del álbum. "Sus arreglos son increíbles y me allanan y simplifican el camino", suelta Mollo a modo de elogio. "Embretao" revisita compositores como Carlos Gardel-Alfredo Lepera, los hermanos Expósito, las sociedades Astor Piazzolla-Horacio Ferrer, Aníbal Troilo-Homero Manzi, o José Dames-José María Contursi, pero también una milonga inédita de Atilio Stampone y Eladia Blázquez ("Fiesta y Milonga"). "Es un orgullo poder llevar al disco estos títulos. Me llena de enorme felicidad. Yo me limito a hacer lo mío y a tocar con naturalidad, sin imposturas, y la verdad es que soy muy bien recibido", dijo. "Lo que a mí se me ve en el escenario es la pasión y la interpretación. Puede ser que alguien del público en Europa no capte el lunfardo, pero en general el público es entendido y me reconoce que no participo de ninguna pose, me han aceptado en mi ser y no sólo en mi repertorio", reflexionó. "Realmente el tango se volvió una música cosmopolita. No es una música para tocar en San Telmo: en todos lados uno encuentra enormes músicos con capacidad para interpretar esta música", aseguró. A pesar de reconocer que es observado como una figura "atípica" dentro del género, Mollo asegura que la distancia lo mantiene "un poco desconectado" de la efervescencia del tango contemporáneo de Buenos Aires. "Llevo mucho tiempo acá, pero es evidente, que más allá de una cuestión de gustos, existe un movimiento que se las trae", dijo. Tras un 2019 durante el que se presentó en teatros de Bélgica, Alemania, Rusia, Portugal y, por supuesto, Holanda, Mollo se apresta a un regreso fugaz a la Argentina para presentarse en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín, el día 28 de enero y el 15 de febrero en el ND Teatro de la Ciudad de Buenos Aires. "Me dicen que soy uno de los pocos tangueros que ha pasado por Cosquín así que eso me genera un enorme orgullo. Llevo quince años con el tango y la verdad es que para mí cada etapa me trae algo nuevo y no veo el techo. El tango es una experiencia viva que no se termina".
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