Publicidad

Provinciales > Historias sanjuaninas

Una artista callejera en cuarentena: los malabares de Gloria Castaño

Cantaba arriba de los micros y ahora se las rebusca como puede.

17 de abril de 2020

Es mediodía en la San Juan de la cuarentena total. En una casa del barrio Conjunto 5, en La Bebida, está Gloria. Sentada, mira por la ventana y toma mate. Viste un jean celeste ajustado y un suéter rayado, de colores cálidos. Un solo aro cuelga de su oreja izquierda. Un piercing de 2 puntas le atraviesa la ceja derecha. Está descalza y tiene sus uñas pintadas en distintas gamas de rosa. El pelo enrulado, castaño -como su apellido- se contiene por una traba animal print y un pañuelo naranja. 

A sus 46 años se la ve relajada, pese a que le falta el sustento económico que tenía hasta hace poco, cuando todo se paró.

Publicidad

Después de cada sorbo de mate su mirada se detiene. Dice que piensa en volver a las calles, por donde pasa su vida. Los colectivos solían ser su escenario y la gente le pagaba por escuchar su música.

Hace 8 años Gloria Castaño se separó de su pareja y de Buenos Aires se vino a San Juan. Hizo algunas tareas esporádicas, pero su fuerte era el bombo y la guitarra.

Era encargada de un café en el Patio Alvear cuando dijo "Basta", porque así no podía seguir con el canto, que con el tiempo pasó de ser una pasión a una fuente de dinero para alimentar a sus 3 hijos: Belén de 29 años, Pedro de 18 y Malena de 16.

“Hace 2 años que salí a ganarme la vida como artista callejera”, cuenta a DIARIO HUARPE.

Gloria dice que su decisión de dedicarse a la música rompió con algunos esquemas un tanto conservadores en su familia y de un grupo de conocidos que la desalentaban porque "de la música no se podía vivir" y "buscate un trabajo serio".

Publicidad

“La gente te llena de dudas, pero yo me siento orgullosa porque les demostré que sí se puede. No me imagino trabajando 8 horas en un lugar donde era infeliz”, se ríe.

Gloria Castaño, artista callejera. Foto: Sergio Leiva/DIARIO HUARPE

Cuando podía subirse a los colectivos sanjuaninos no iba sola sino con Noelia Villarroel, que la ayudaba con la percusión mientras ella cantaba folclore latinoamericano. El dúo se llama Verde Jarilla y no andaban con un horario fijo para tocar. A veces iban al centro en la mañana y otras en las tardes: dependiendo del bebé de Noelia.

Además de cantar, Gloria y Noelia estudian Artes Escénicas en la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes. Ella recién está empezando y su amiga cursa el tercer año. Gloria dice que eligió estudiar actuación porque hasta ahora toda su vida fue "una gran obra de teatro”.

Por cantar en la calle, Gloria ganaba más que limpiando una casa. “En 3 horas, entre 600 y 700 pesos y quedaba satisfecha porque es lo que me hace feliz”.

La cuarentena afectó todo.

“Antes que se decretara la medida ya había menos gente en los colectivos y se ganaba poco. Después del anuncio del presidente ya no pude salir”, dice.

En medio de este aislamiento surgió un grupo de WhatsApp de artistas callejeros que se ayudan cuando alguien no está pasando un buen momento. Gloria se unió. Dice que ya compartieron desde azúcar hasta pan.

Gloria Castaño, artista callejera. Foto: Sergio Leiva/DIARIO HUARPE

Y ella no se quedó de brazos cruzados: sacó un recurso que aprendió de chica y fue por su vecindario ofreciendo cortarles el pelo a los perros. Si bien dice que no gana mucho, se suma un beneficio que cobró del Gobierno y puede “pucherear”. Además, desde Buenos Aires vino su mamá para ayudarla con el pago de algunos impuestos.

En el fondo del patio tiene una huerta orgánica donde plantó semillas de zapallos y algunas hortalizas para tener a mano en casos de ser necesario.

En su casa cuelga un cuadro de Ernesto "Che" Guevara: ese rostro también se ve en el cajón de percusión. "Es un regalo de mi hermano Oscar -dice-. Ver esa imagen me ayuda: la vida es una batalla diaria”. 

Publicidad
Más Leídas
Publicidad

ÚLTIMAS NOTICIAS