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Waikiri, Kuntur y Sariri vuelven a volar los cielos altos de la región

Las tres gigantes y sagradas aves fueron liberadas en el valle de Pedernal.

10 de mayo de 2021

En medio de la mayor crisis sanitaria que atraviesa la humanidad; en el momento de mayor incertidumbre, desconcierto y desencuentro con lo esencial, lo básico y fundamental, en el sureste de San Juan tres cóndores andinos (Waikiri, Kuntur y Sariri) luego de años de rehabilitación, desplegaron sus alas, corrieron entre las piedras hacia el vacío, y justo en ese delgado y finito límite entre el abajo y el arriba, se elevaron para volver a empezar.

El salto y vuelo más esperado.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Volver a casa

La jornada comenzó temprano en la mañana con el traslado de las tres aves desde el Centro de Rehabilitación y Conservación para la Fauna Silvestre (Parque Faunístico de Rivadavia), hacia la zona de liberación: el dique Las Crucecitas, en la localidad de Pedernal, departamento Sarmiento.

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El equipo de la secretaría de Ambiente coordinó el traslado de los tres cóndores y un águila mora que también fue liberada en el lugar.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Allí esperaban en silencio, expectantes, un reducido números de invitados; entre los que se encontraban funcionarios provinciales y municipales; técnicos de la Secretaría de Ambiente y el Parque Faunístico; medios de comunicación del departamento Sarmiento; DIARIO HUARPE; y los miembros de la Comunidad Warpe del Territorio del Kuyum, quienes con su máxima representante, Amta Paz Argentina Quiroga (a finales de enero cumplió 82 años), fueron los encargados de celebrar la ceremonia ancestral antes de la liberación.

“Siento una felicidad inmensa en mi corazón, porque todos los que hoy estamos aquí, seremos testigos de la liberación de nuestros hermanos mayores", dijo a DIARIO HUARPE Amta Paz Argentina Quiroga.

La ceremonia sagrada se hizo en una de las explanadas intermedias del dique Las Crucesitas, a unos metros del Río del Agua.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

El cóndor andino, es el ave voladora más grande del mundo. Cumple un rol ecológico clave en los ecosistemas naturales. Y para los pueblos originarios de América latina, el hermano mayor, el nexo sagrado entre la madre tierra y el cosmo, entre la humanidad y los dioses.

La ceremonia antes de la liberación

Con la colaboración de los demás miembros de la comunidad huarpe, Amta definió primero el centro, el corazón de la ceremonia; y a partir de allí, a su alrededor, comenzó a colocar en diferentes puntos los objetos consagrados: plumas, piedras, semillas, cuencos con esencias y un mortero de arcilla de la cultura kamiare (comechingón).

Cada uno de los elementos elegidos para la ceremonia tiene un significado y una conexión con lo telúrico y lo cósmico. (Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Luego, Amta convocó al más fuerte de los elementos, a Kitek (el fuego); a los cuatro puntos sagrados (el norte, el sur, el este y el oeste); a los cuatro vientos; a la percusión como el elemento femenino de la cultura nativa; a las ñañas (las abuelas que están en otra dimensión e integran el consejo wuarpe); y al sahumo para unir el corazón de la tierra con el corazón del sol.

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(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Paz Argentina Quiroga convocando a los aliados del cosmos a las fuerzas y energías de la naturaleza. Foto: Gonzalo Medina DIARIO HUARPE.

"Hoy necesitábamos hacer una ceremonia sagrada fuerte, porque estamos atravesando una de las mayores crisis de la humanidad", dijo Amta ante los presentes. "Y no solo por una cuestión sanitaria o de salud, sino porque el planeta Tierra, la Casa Grande, ha llegado a un punto en donde la disyuntiva es la vida o la muerte", agregó. "Y así no podemos seguir. O respetamos la vida o vamos camino a la muerte".

Sanando y deseando buenos augurios a los que vuelven a casa. Foto: Gonzalo Medina DIARIO HUARPE.

El mensaje de la comunidad que llevaron al cielo los cóndores fue la necesidad de una guía para saber qué hacer ante esta crisis general tan terrible.

"Yo agradezco desde lo más profundo de mi corazón a todos los que hoy hicieron posible esto", dijo Amta. "Siento que hoy se hizo justicia, que se ganó una batalla más a la estupidez humana, a la deshumanización, que en definitiva, son las principales causas de que hoy estemos aquí".

Veneración al gran protector: taymenta (sol).Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE.

Cerca de las 11:30, la ceremonia de agradecimiento y buenos augurios para los hermanos mayores que volvían a su casa, terminó. Y mientras comenzaron a sonar los palos de agua, los instrumentos de viento y percusión, las jaulas de los cóndores andinos se fueron abriendo una por una. Primero, la de Kuntur; luego, la de Waikiri; y por último, la de Sariri.

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Después de unos minutos de observar el lugar y el entorno, la primera que se animó al vuelo fue Waikiri, luego Sariri y por último, después de varios minutos de espera, Kuntur.

"Y no es casualidad que haya sido la hembra la que primero voló", dijo entre risas Amta.

Waikiri, en el momento preciso que se aventuró al vuelo. (Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Sobre los hermanos mayores liberados

Kuntur (cóndor en lengua originaria andina).

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Llegó al Centro de Rehabilitación y Conservación de Fauna Silvestre (Parque Faunístico de Rivadavia) en el año 2017, con síntomas de envenenamiento. Fue encontrado en un basural a cielo abierto del departamento Sarmiento, junto a otros cuatro que murieron en el lugar por la misma causa.

Waikiri (la elegida en Quechua).

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Llegó a finales del 2018, desde una zona rural de Pocito. La hembra, mostraba varias heridas en su cuerpo. La causa, había caído en una trampa para zorros.

Sariri (el que continúa en allentiac).

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Llegó en plena cuarentena en el mes de mayo de 2020. Al macho juvenil lo encontraron unos niños que pasaban por un basural a cielo abierto en el departamento de Valle Fértil. Sariri no podía volar a causa de una indigestión.

El proceso de cura y rehabilitación

Actualmente, el Parque Faunístico alberga alrededor de 1.300 animales de 190 especies. Cuenta con un equipo de casi 50 personas que se desempeñan en diferentes tareas y se basan en cuatro pilares fundamentales: la conservación, la investigación, la educación y la recreación responsable.

Cynthia González médica veterinaria del Faunístico, contó a DIARIO HUARPE que de los cientos de animales de diferentes especies que ingresan por año al Faunístico, un 10% llega muerto, un 20% muere a los 30 días (por las condiciones de salud en las que llegan), y el resto, recuperados. Y los que están aptos, reinsertados al ambiente.

“Lo primero que hacemos cuando llega un cóndor o cualquier otro animal al Parque es evaluar si puede o no rehabilitarse a su hábitat natural”, contó Cynthia. “Hacemos todos los exámenes médicos de rutina, como extracción de sangre, radiografías, y si el cuadro lo requiere, intervenciones quirúrgicas. En fin, todo lo que tenga que ver y esté relacionado con mejorar la salud del animal y descartar todas las condiciones que puedan influir negativamente en su posterior liberación”.

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

La médica veterinaria explicó que superado el proceso de recuperación física, comienzan con los trabajos y estudios psíquicos y comportamentales del animal. Es decir, cómo desarrolla sus aptitudes (en el caso del cóndor, por ejemplo: cómo vuela), cuáles son sus reacciones e instintos, la relación que establecen con sus pares, entre otros parámetros que van indicando el progreso para la futura liberación.

“Fue en el mes de abril cuando les hicimos los últimos chequeos médicos y los resultados no indicaron que los tres ya estaban listos y preparados para volver a su hábitat natural”, dijo.

Pedernal el lugar elegido 

Sariri.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Ezequiel Salomón, técnico de conservación y áreas protegidas de la Secretaría de Ambiente de la provincia, explicó que se eligió el valle de Pedernal para la liberación, porque además de ser paisaje protegido, reúne todas las condiciones que se necesitan para este tipo de liberación. Como por ejemplo, la existencia de condoreras, que serán los lugares donde los tres cóndores se podrán refugiar en los primeros días.

Sobre el cóndor andino

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Los cóndores llegan a medir casi un metro cincuenta (1,5 m) de alto.

La envergadura de sus alas promedia los 3,3 metros de largo.

El adulto macho alcanza los 15 Kg y la hembra los 10 Kg.

Pueden vivir hasta 80 años.

(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

Los cóndores han sido localizados en alturas de hasta 5.500 metros.

En un día, pueden volar hasta 300 kilómetros a través de las diferentes corrientes de aire y pueden alcanzar hasta los 6.500 metros de altitud.

Son monógamos (forman una sola pareja) y tienen un huevo por año.

Si bien el cóndor no tiene un depredador natural, el avance de la humanidad hacia las fronteras de los ambientes o ecosistemas naturales son su principal enemigo, ya que con el ser humano llegan todas sus taras y miserias.

Las urbes avanzan sobre los espacios naturales y los ecosistemas naturales van desapareciendo. Foto de la ciudad de San Juan.

Los peligros que acechan al cóndor

Según Cecilia Rodríguez, técnica en biología del Parque Faunísitco, las estadísticas indican que los cóndores llegan a los Centros de Rehabilitación por: los basurales a cielo abierto; el uso de venenos y cebos tóxicos;  por los parques eólicos y tendidos eléctricos de alta tensión mal ubicados; y, básicamente, por el desconocimiento o ignorancia de la gente. 

"Los basurales a cielo abierto son uno de los escenarios creados por el ser humano que ponen en mayor riesgo la vida del cóndor", explicó. "Allí, el ave come lo que no debe y muere. Tal es así que se han llegado a encontrar en los aparatos digestivos de cóndores muertos, desde bolsas de nailon hasta partes de botellas plásticas o metales" .

Los basurales a cielo abierto son el resultado de una sociedad sin conciencia ambiental.

Los venenos y cebos tóxicos que el humano utiliza son otro de los enemigos invisibles a los que el cóndor se enfrenta; ya que el animal de otra especie que ingiere el veneno, una vez muerto en el campo, es comido por el cóndor y este termina corriendo con la misma suerte.

"Otros enemigos del cóndor andino son los parques eólicos y los tendidos eléctricos de alta tensión", aseguró Cecilia, "porque muchos de ellos están construidos justo en las rutas de sus vuelos". 

Los tendidos eléctricos de alta tensión, los parque eólicos y solares son construidos sin la mirada sustentable, sostenible.

En cuanto al desconocimiento o ignorancia de la gente, la técnica en biología contó que muchos matan cóndores por deporte, otros porque se asustan al verlos tan grandes o porque creen que se van a comer a sus mascotas o su ganado doméstico (cabras, ovejas, vacas).

“El cóndor es carroñero", precisó. "No caza. No come animales vivos y eso está comprobado científicamente. El rol que cumple el cóndor en el ecosistema es muy importante, porque esas carnes de animales muertos que pueden generar bacterias, hongos; se las come y limpia el ambiente. Es decir, el cóndor es un animal benéfico para los ecosistemas", concluyó Cecilia Rodríguez.

Datos que alarman

Por ser el ave de más bajo índice reproductivo en el reino animal, el cóndor se ha convertido en una especie en vías de extinción o en estado de conservación muy delicado en toda la región andina.

Aunque es difícil conocer su población total, algunos estudios estiman que hay entre 5.000 y 6.500 individuos distribuidos a lo largo de la cordillera andina, con mayor presencia en Argentina, Chile, y algo menor en Bolivia y Perú.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el cóndor andino está catalogado como Casi Amenazado, con una población en declive que posiblemente ya esté extinta en Venezuela.

En primera persona

Cynthia González médica veterinaria.

Cynthia González médica veterinaria.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

“Para nosotros, esto es un proceso muy emotivo porque uno descubre en cada instancia cosas nuevas. En esto hay mucha pasión, mucha vocación; y saber que uno fue parte de ese proceso que termina con la liberación, es maravilloso. Es como devolverle la identidad al animal”.

Cecilia Rodríguez, técnica en biología.

Cecilia Rodríguez, técnica en biología.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

“Todas las especies que cohabitamos en este mundo venimos con un rol específico a nivel natural y a nivel sistémico. Así que haber sido parte de esta rehabilitación, de estar, de poder ayudar para que estos animales vuelvan a cumplir su rol, te llena de orgullo".

Ezequiel Salomón, técnico de conservación y áreas protegidas de la Secretaría de Ambiente de la provincia.

Ezequiel Salomón, técnico del área de conservación y áreas protegidas de la Secretaría de Ambiente de la provincia.(Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

"Desde el punto de vista de la conservación, este hecho de la rehabilitación y posterior liberación es importantísimo, porque le estamos devolviendo al ecosistema uno de sus miembros fundamentales".

Amta Paz Argentina Quiroga, guía espiritual del "Pueblo Nación Warpe".

Amta Paz Argentina Quiroga, guía espiritual del Pueblo Nación Warpe. (Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE)

"Frente a esta realidad, pienso y pregunto... ¿Cómo nosotros, como personas, como seres  humanos, vamos a empezar a generar ese cambio de conciencia que la naturaleza y nuestra madre tierra necesitan?".

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