Provinciales > Informe especial
Los hijos de las vías: cómo es vivir en San Juan con el paso del tren en el fondo de la casa
Vecinos de Albardón y Caucete dicen que es un “peligro”. Temen una tragedia.
POR REDACCIÓN
Son las 11 de la mañana y el ruido de la bocina del tren alerta a los niños en la zona de La Cañada, departamento Albardón. A 200 metros comienza a avizorarse la cabina que en escasos minutos pasará por la intersección de General Acha a metros de Sarmiento, donde la semana pasada Alan Tejada, un joven de 13 años, sufrió la amputación de sus pies tras colgarse de uno de los vagones.
Los perros ladran y la tranquilidad en el lugar se ve alterada por las vibraciones que emiten las vías. Un grupo de chicos toman algunas piedras, mientras otros recogen cañas que se apostan en las orillas. Están preparados para recibir el tren. Los espera una “aventura” que está signada por el peligro. A medida que los vagones avanzan, la bocina se hace eco entre las carcasas de lavarropas y heladeras viejas que ilustran los frentes de los domicilios.
“Salí, salí de ahí”, le dice uno de los niños a un perro que está parado en medio de las vías. El animal está confundido por el fuerte sonido y lo único que hace es ladrarle al tren que ahora está a menos de media cuadra de distancia de llegar a ese cruce donde inicia la travesura de los menores.
Finalmente el tren dice presente. Son más de 25 vagones los que salieron de la estación albardonera ubicada en calle Nacional y Uruguay. Las piedras dolomitas y la cal que transporta cubre con una estela blanca las vías. Ahí empieza la acción. Sin barreras de contención, algunos arrojan piedras y otros esperan a que pase la última parte de la formación para trabar un palo o caña en las ruedas traseras.
En esta oportunidad ninguno de los niños se colgó de la unidad. La tragedia reciente que sufrió su amigo Alan reflota en sus pensamientos y recuerdan cuando el pequeño padeció el accidente
“Él (por Alan) se quiso subir y nosotros le dijimos que no porque de ese lado el tren ‘te chupa’. Hay un escalón y a él el pie se le enganchó atrás del tren y lo comenzó a aplastar”, contó a DIARIO HUARPE Jesús Rivero, amigo del niño accidentado.
Jesús explicó que vio a su amigo lastimado. Alan lo llamó, pero él se resistió a ir. Dice que no podía verlo ensangrentado como estaba. Relató que varias veces su tío les había advertido sobre el peligro que el tren implicaba, aunque ellos lo tomaban como un juego.
“Yo no lo volvería a hacer, no sé los otros. Les aconsejaría que no se cuelguen más después de lo que pasó con Alan”, dijo.
Siguiendo las vías hacia el este, y a casi 150 metros de ese cruce, está el foco donde la mayoría de los chicos se congrega. A 50 metros de calle Sarmiento se abre un pasadizo entre las malezas que llevan hacia un sector en donde el tren toma más velocidad. Por el camino hay basura y perros callejeros, sin embargo en ese punto el desierto se apodera del paisaje. El transcurrir de la formación y el juego de los niños se baten entre el peligro y la diversión.
“Es una costumbre. Mis hijos también le tiran piedras al tren porque ven al resto de los niños. No tuvimos otro accidente más que el de Alan. Cuando lo veo pasar tirito entera, me agarra escalofrío”, comentó Olivia Olivera, vecina del lugar.
Adentro del tren está el maquinista, pero Olivera les dice que va la Policía. Con esta estrategia intenta frenar las acciones individuales de los pequeños, aunque a veces eso no surta efecto. Es ahí cuando recurre a llamarlos para que lo vean desde la ventana porque si no los pone en penitencia: “Yo siento la bocina y los meto adentro”, sostuvo Olivera.
El sitio de la tragedia que se cobró los pies de Alan queda en el fondo de su vivienda. Raúl Tejada, padre del pequeño, la adquirió hace cuatro años cuando sus hermanos se la cedieron tras el fallecimiento de su madre. Con la amputación que sufrió su hijo, Tejada estima que a partir de ahora deberán acompañarlo en toda sus actividades.
“Es un golpe muy grande saber que mi hijo no va a tener más los pies. A él le gustaba jugar a la pelota y al hockey, le iban a conseguir un stick, pero ahora no será posible. Es un dolor muy grande”, relató.
Raúl dijo que nunca pensó que eso le iba a pasar a alguien de su familia, pero que saben lo que el tren genera en esa zona debido a que los niños salen a tirarle piedras.
“Tengan cuidado con los niños y que no lo hagan más. Que se alejen de la línea y que los padres lo cuiden. Yo sé lo que se siente tener un hijo sin pie”, aconsejó Tejada.
En Caucete
Situación similar ocurre en el Asentamiento calle Corrientes en Caucete. A escasos metros de la rotonda de ingreso al departamento y por Ruta 20, más de 65 familias viven con un peligro latente: el paso del tren.
Las casas precarias construidas en base de caña y barro “tiemblan” cada vez que la formación pasa por el lugar. Del fondo de las viviendas a las vías hay menos de 2 metros de distancia. Aseguran que el tren tiene cuatro frecuencias diarias: circula a las 8, 12, 18 y 00. Este transporte es el encargado de sacar parte de la producción sanjuanina hacia la provincia de Mendoza.
“Es un temblor cuando pasa, un peligro. Sentimos miedo, mi rancho está trizado entero”, contó Analía Pacheco, vecina del lugar. “Permanente hay niños que se cuelgan, se cae y tenemos que salir tras al tren porque los arrollan, pero no son graves”, relató.
La mujer hizo memoria de un caso que ocurrió hace algunos años cuando el tren arroyó a una niña que salía de la escuela. También recordó cuando la formación descarriló el año pasado y cayó sobre uno de los ranchos, aunque no hubo que lamentar víctimas fatales. En el mes de agosto esas vías fueron noticia porque un auto se salvó de ser embestido por el tren.
Los vecinos dicen que esos hechos son constantes. Sostienen que suceden porque la intersección de las vías que confluyen con la ruta no tiene barreras ni señalización. Hubo un pedido por parte del municipio de Caucete a la Nación, pero todavía no tienen respuestas.
“La sensación que tenemos es que el tren se nos va a caer encima. Pasa bastante rápido y los chicos como las personas grandes le tiran piedras. Según dicen que lo hacen para que nos entreguen casas. Ya pasó que un niño terminó lastimado cuando rebotó una de esas”, contó Gabriela Castro, otra vecina del asentamiento.
Ese sector será erradicado en los próximos meses y algunas familias tendrán casas de barrio al final de esa calle, mientras que otro grupo irá a un predio detrás del Hospital César Aguilar. Desde el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) confirmaron a este medio que trabajan en la construcción de 471 casas para ese asentamiento y otros que son de Caucete.
“Algunos maquinistas pasan muy fuerte, sentimos miedo porque las casas se mueven como si estuviera temblando. Acá también es un peligro, uno les dice a los niños que no lo hagan, pero no entienden”, agrega “Susy” Flores, vecina.
En esa misma situación también está Yésica Blanco. Ella vive en la mitad del asentamiento y junto a sus dos pequeños hijos tomaron la decisión de que cuando pase el tren salir de su vivienda e ir a la vereda de enfrente. Temen que la unidad descarrile y termine impactando en su rancho. A ellos simplemente los separa un metro de las vías.
Sistema de trenes en San Juan
En la provincia hay dos líneas de ferrocarriles: San Martín y Belgrano. La primera comprende desde el departamento Albardón hacia Mendoza para luego conectarse con el sector oeste del país hasta llegar a Buenos Aires. La segunda proviene de Córdoba y recorre los pueblos cauceteros de Marayes, Bermejo, Vallecito y Pie de Palo para luego salir a suelo mendocino.
Cabe resaltar que en junio de 2013 se conformó a nivel nacional el Belgrano Cargas y Logística SA. Esta sociedad tuvo como objetivo nuclear en una misma empresa las tres líneas de transporte de cargas más importantes del país, las ya mencionadas y la Urquiza. En 2016 empezó a llamarse Trenes Argentinos Carga. Esta empresa funciona en la órbita del Ministerio del Interior.
Refuncionalización
En noviembre del año pasado el Gobierno provincial invirtió $17 millones en la refuncionalización de la Estación de Trenes de Albardón que tiene 37,9 hectáreas. La puesta en marcha de algunas reparaciones en las vías y vagones trajo beneficios debido a que gran parte de la producción local se derivó a los centros de consumo con una reducción de costos en el transporte.
Dato
San Juan exporta principalmente áridos, piedras, carbón, vino y mosto.
Ahorro económico
Según datos del Ministerio de Trasporte nacional, la implementación del tren para el traslado de piedras dolomitas o calizas genera un 25% de ahorro en comparación si es llevado en camión. También genera una disminución económica del 24% en el caso del cargamento de vinos. En cuanto a cales y cementos, la baja en costo es considerable y alcanza el 54%.