Unos 1.399 alumnos rindieron en la Escuela Industrial y el Colegio Central. Mientras tanto, padres, hermanos y abuelos los esperaron afuera con ansias.
Cientos de padres se concentraron en la plaza Aberastain mientras sus hijos rendían. El mate fue infaltable, como así también, las charlas entre los presentes. Algunos llevaron hasta mantas para sentarse en el pasto y, otros, bancos y cómodas sillas.