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Crimen de Quiroga en Iglesia: así están los dos acusados a seis meses del asesinato

Ambos están en el penal de Chimbas. Ella pidió ver a su hija, mientras que él espera el cambio de carátula. 

16 de diciembre de 2020

Pasó poco más de seis meses desde que Rubén Darío Quiroga desapareció en el departamento Iglesia. El albañil, de 53 años, no dejó rastros y desató un amplio operativo de búsqueda que incluyó hasta el helicóptero de la provincia. Sin embargo, el 19 de junio Glenda Aciar, de 23 años, rompió el silencio. La mujer se presentó en la sede de la Comisaría 22º y contó que su pareja, Luis Montaño de 31 años, lo había matado.

El tiempo pasó y más allá de las divergencias entre las versiones de los dos investigados por el crimen, los abogados defensores de ambos sostienen que la causa quedó “frenada”.

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Juan Fonzalida, defensor de Aciar, insistió en que el juez Javier Alonso a cargo de la Segunda Circunscripción Judicial no hizo lugar a los reiterados pedidos que presentó. Uno de ellos era un psicodiagnóstico integral a los dos involucrados y también el juzgamiento del hecho por medio de la perspectiva de género. El último ítem se debe a que la mujer señaló que su pareja era violento con ella.

Por su parte, María Filomena Noriega, asesora legal de Montaño, aseveró que, por temas relacionados con la pandemia, el juzgado con asiento en Jáchal estuvo dos semanas sin atender al público para evitar la proliferación de la enfermedad.

La abogada pidió el cambio de carátula en la investigación hacia su defendido. Entendió que, de acuerdo al relato del hombre, cuadraba solamente el delito de encubrimiento poniendo en cabeza de Aciar todo lo respectivo a la planificación y ejecución del crimen.  

Luego de contar lo sucedido, la pareja quedó alojada en el Servicio Penitenciario Provincial. Fonzalida contó que su defendida es “fuerte”, aunque está transitando por momentos de “soledad”. Aseguró que extraña mucho a su familia, pero principalmente quiere reencontrarse con su hija de apenas 2 años.

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Por otro lado, Noriega comentó que no tuvo contacto directo con su cliente, aunque sí lo hizo con una de sus hermanas. La mujer le explicó a la letrada que el presunto implicado en el hecho está “tranquilo”, pero quiere salir de la cárcel para recuperar la tenencia de la pequeña. Actualmente la menor se encuentra con la familia materna. Es más, la hermana de Montaño le relató a la abogada que el hombre llora por la distancia que tiene con sus familiares.

Aciar está más complicada en materia judicial. Alonso la está investigando por el delito de homicidio doblemente agravado por mediar un vínculo afectivo con Quiroga y también por alevosía. Mientras que a Montaño solamente se le endilga el último agravante.  

Fonzalida contó que Glenda padece Mal de Chagas en su fase aguda y todo este tiempo que estuvo alojada en el penal de Chimbas temió contagiarse de coronavirus. Más allá del miedo que le genera la pandemia, la mujer le confesó a su defensor que “tiene temor que Montaño la mate”.

En medio de la investigación para determinar las responsabilidades, Aciar denunció que su pareja la celaba con distintos hombres, pero con Quiroga era distinto debido a que antes de que tuviera a su hija, al parecer, la mujer mantuvo distintos encuentros sexuales con el albañil. En la causa figura también que Montaño la obligó a cortarse el pelo y que la golpeaba en distintas partes del cuerpo, aunque principalmente lo hacía en la zona de los genitales. El hombre, según contó la damnificada, lo ejecutaba como forma de castigo.

Quiroga estuvo desaparecido y el 19 de junio Aciar confesó que Montaño lo había matado. Foto: archivo.

Sobre este punto, Noriega indicó que Montaño negó todo. El presunto implicado desmintió que haya realizado estos actos violentos. Lo que sí insistió en que Glenda mató a Quiroga y le pidió ayuda para trasladarlo hasta la casa que compartían y arrojarlo a una letrina para luego rociarlo con ácido.

Fuentes judiciales aseguraron que el juez Alonso está pronto a cerrar la instrucción del caso. Esto significa que en todo este tiempo obtuvo las pruebas pertinentes para iniciar el procesamiento o dictar la falta de mérito de los involucrados.

El crimen: dos versiones

Quiroga apareció muerto, de eso no hay dudas entre los investigadores. Las pruebas de ADN sobre restos óseos que los peritos extrajeron del interior de la letrina corroboraron que era el albañil.

Sin embargo, Aciar puso en cabeza de Montaño el crimen diciendo que él utilizó el celular de ella para convocar a la víctima a un baldío cercano a la vivienda que compartían. Luego, usándola como carnada, el hombre le asestó un palo por la cabeza a Quiroga que lo dejó inconsciente. Acto seguido, lo prendió fuego junto a la bicicleta que lo trasladaba. En ese lapso, Aciar amamantó a su hija mientras que él contempló toda la noche el cuerpo del albañil entre las llamas para luego introducirlo en la letrina.

Este relato se contrasta con la postura de Montaño. El detenido contó que todo fue pergeñado por Aciar. Luego de que la mujer lo convocara al baldío, lo matara y le prendiera fuego, solamente le pidió que la ayudara a esconder el cuerpo, es por eso que Noriega insiste en la figura del encubrimiento.

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