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Cultura y Espectáculos

A 50 años de Abbey Road, el disco que marcó a una era

Hoy se cumple medio siglo del disco de los cuatro de Liverpool que se convirtió en leyenda y en una referencia del universo musical, sin imaginar que también significará el comienzo del fin de la banda inglesa.

POR REDACCIÓN

26 de septiembre de 2019

Una banda, al borde de su disolución definitiva y con profundas grietas internas, grabó uno de los discos más importantes de la historia. Abbey Road, el álbum más vendido de la historia de The Beatles y de cuyo lanzamiento se acaban de cumplir cincuenta años.

Considerado hoy como uno de los picos creativos de la banda de Liverpool, Abbey Road se grabó en medio de un clima de tensión creciente, aún cuando Paul McCartney le había prometido a George Martin que los integrantes del grupo olvidarían sus diferencias en el terreno de los negocios, una de las razones más evidentes de los enfrentamientos de esa época. Sin embargo, los problemas aparecieron pronto, reflejados en discusiones muchas veces superfluas.

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Aunque anunciaron su separación en abril de 1970, las huellas del desgaste ya se notaban con claridad cuando terminaron Abbey Road. No hacía mucho habían concluido la tortuosa grabación de Let It be, publicado un mes después de la noticia de la disolución del grupo junto con un documental que fue la prueba concluyente de esos problemas insalvables.

Sin lugar a dudas, 1969 fue un año intenso para los Beatles. En marzo se celebraron dos bodas: Paul se casó con Linda Eastman y John con Yoko Ono, en una íntima ceremonia en Gibraltar que precedió al famoso bed-in de Amsterdam. El mismo día de la ceremonia de Paul, George y su esposa, Patty Boyd, fueron detenidos por posesión de marihuana.

También se resolvió ese año la incorporación de Allen Klein como director de Apple, una imposición de Lennon que le puso los pelos de punta a Paul. Meses después el grupo perdería el control de la editorial Northern Songs y, por consiguiente, del manejo de sus propias canciones, un desaguisado que unos cuantos años más tarde, en 1985, permitiría que Michael Jackson se hiciera con ese valioso catálogo.

La grabación de Abbey Road se llevó a cabo un mes después del histórico miniconcierto en el tejado de los estudios Apple en Saville Row, con George Martin -ausente en Let It Be, producido por el polémico Phil Spector- otra vez como socio.

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La modalidad de trabajo fue muy similar a la que habían dispuesto para The White Album: una vez grabadas las bases, cada integrante trabajó por su cuenta sus composiciones, como si se tratara de grabaciones solistas. La postura de McCartney, convencido de que para organizar ese pequeño caos era necesaria una apelación al perfeccionismo que Lennon detestaba, no mejoró el ambiente.

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Y los tiros por elevación estuvieron a la orden del día: "You Never Give Me Your Money" y "Carry That Weight" aluden claramente a la figura de Klein, un ataque no del todo sutil que empujó a Lennon a proponer que sus canciones ocuparan una única cara del disco para estar claramente separadas de las de Paul.

Lennon también se negó a seguir trabajando en "Maxwell's Silver Hammer", una canción de Paul que se había ensayado tantas veces como para colmarle la paciencia. Al mismo tiempo hizo instalar en los estudios una cama de buen tamaño, para tener cerca a Yoko, aquejada por una lesión en la espalda que le impedía moverse con comodidad. Munida de un micrófono, Yoko hacía comentarios filosos sobre el desarrollo de las sesiones, un actitud que irritaba especialmente a Paul y George.

Por primera vez en mucho tiempo ninguna de las composiciones de McCartney eran las indicadas para convertirse en singles. Los temas elegidos fueron entonces "Come Together" -un título cargado de un venenoso doble sentido en ese contexto de guerra interior- y "Something", de Harrison, que también exhibiría su talento como compositor con la dulce y refinada "Here Comes The Sun". En "Come Together" aún brillaba la virtuosa dinámica creativa de la dupla Lennon/McCartney. Perspicaz, Paul notó incluso que el verso inicial de la versión original de John se parecía demasiado a "You Can't Catch Me " de Chuck Berry y sugirió un arreglo diferente para evitar problemas. Hasta Ringo, quien cansado de los problemas había se había alejado temporalmente de la banda en agosto del '68, pudo incluir una canción de su factura, "Octopus Garden", una melodía sencilla con aires de country and western coronada con un inspirado solo de guitarra de Harrison.

Aún en ese entorno desfavorable, uno de los principios rectores de Martin fue el de llevar a la música del grupo a un nivel superior. "Tienen que escribir sinfonías o movimientos en lugar de las ráfagas de tres minutos de los temas pop", argumentó. De él fue la idea de armar un final extendido para el disco. Y con ese objetivo les propuso a Paul y John que recogieran fragmentos de temas inconclusos para arreglarlos bajo la forma de una suite clásica. Ese fue el origen del largo medley que va del track 10 ("Sun King ") al 16 ("The End"), donde Paul -fiel a su afán de protagonismo- se hizo cargo de pronunciar el epitafio colectivo de la banda: "El amor que recibís es equivalente al amor que das".

Para promocionar Abbey Road, los Beatles hicieron una última sesión fotográfica, teñida por la una inocultable melancolía, en la mansión campestre de John y Yoko, en Tittehurst Park. Quedaba poco de la pasión, el optimismo y el humor sardónico de la época en la que nació la beatlemanía, pero al mismo tiempo, entre esas ruinas, empezaba a forjarse un mito indestructible.

FUENTE: LA NACIÓN

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