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Sociedad

Anabel, la chimbera que se gana la vida con la costura

La joven tiene 23 años y sufre la enfermedad de EPOC desde su nacimiento. Pese a ello, siempre sale adelante avanzando en su labor de costurera. 

POR REDACCIÓN

08 de mayo de 2019

Una vida de sacrificios. No sólo por luchar por su salud y salir adelante, sino también por buscar un trabajo que la lleve a seguir su rumbo día a día. Se trata de Anabel Carrizo Cabaña, la joven costurera de 23 años  y oriunda de Chimbas que pese a tener una salud muy delicada por sufrir EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica) no es un impedimento para ponerle el pecho al país trabajando.

Es que Anabel contrajo EPOC cuando nació, tas un virus intrahospitalario. Estuvo mucho tiempo en tratamiento y peligrando su vida. Incluso al Hospital Garrahan fue llevada por sus padres y gracias a la buena labor de los doctores, pudo salir adelante. Ahora la alertan el viento Zonda y la excesiva tierra, pero ello no la perjudica a continuar con su labor.

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Tengo un tallercito familiar en mi casa. De este taller participan mi mamá y mi cuñada. También hay dos señoras a las que les enseño”, manifestó la joven, quién no sólo se dedica a coser sino también a enseñar a quién se lo pida.

Anabel conoció el mundo de la costura cuando asistió a la Escuela de Capacitación Laboral Arturo Illia, lugar en el que se formó para tener una profesión. Si bien su formación es muy amplia, la joven se dedica más que nada a realizar almohadones y cortinas de capitoné.

 “La mayor parte del tiempo estoy en mi casa cosiendo o enseñando. Hay gente a la que yo les enseño y ellos me dan lo que les alcanza. Esto empezó porque ofrecí almohadones cerca de casa y algunas personas me pidieron que les enseñara, y eso hago. Es a voluntad. Algunos me pagan 50 o 100 pesos la clase”, contó Anabel quién agregó que aquellas personas que deseen aprender con ella pueden comunicarse al teléfono 2645133442.

Es que gracias a la ayuda del gobierno pudo obtener su primera máquina, y luego de ahorrar y con la gran ayuda de su papá, se compró otra más. Fue así como hace un par de años empezó con su taller ubicado en su casa en el Barrio Costanera.

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“Es un pequeño taller de costuras en general, pero más hacemos almohadones de capitoné y cortinas de capitoné. También compramos tela y  hacemos manteles”, agregó la chimbera, quién sobrevive gracias a este taller y las clases que da porque su pensión por discapacidad apenas le alcanza para pagar sus remedios y vestirse.

Anabel es una mujer luchadora que busca, junto a su familia, la manera de seguir adelante y pese a los obstáculos de la vida, sólo piensa en el progreso y sigue adelante.

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