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Educación inhabilitó para ocupar cargos públicos a la preceptora que truchaba títulos

María Natalia Arroyo estará prohibida de ejercer por seis años.

POR REDACCIÓN

26 de junio de 2021

Pasó más de un mes desde que la Justicia, por medio de un juicio abreviado, condenó a tres años de prisión en suspenso a María Natalia Arroyo, la preceptora que estaba acusada de falsificar títulos para que al menos cinco alumnos lograran graduarse. En las últimas horas el Ministerio Educación publicó la resolución en donde la inhabilitaron para ejercer cargos públicos por el plazo de seis años, tal como los acordaron las partes el pasado 18 de mayo en Tribunales.

La resolución, publicada en el Boletín Oficial, lleva la firma del ministro Felipe De Los Ríos. En la nómina se menciona que esta persona fue encontraba responsable del delito de falsedad ideológica de instrumentos públicos en concurso real, de acuerdo a lo que detallan algunos de los artículos que le endilgaron del Código Penal. Todo su accionar estuvo orquestado en perjuicio de la Administración Pública, según consignaron fuentes judiciales.

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La resolución está firmada por el ministro de Educación, Felipe De Los Ríos.

Esta inhabilitación fue comunicada a la Junta de Clasificación Docente y a la división sueldos para que Arroyo deje de percibir sus respectivos salarios. Su accionar se desarrolló en la Escuela Presidente Néstor Kirchner en el departamento Albardón. El procedimiento no lo realizaba sola, sino con la complicidad de la directora Patricia Salvatierra. La autoridad máxima del establecimiento está actualmente detenida en el Servicio Penitenciario Provincial y a la causa original de falsificación de títulos para beneficiar a alumnos se le sumó algunas irregularidades con docentes que obtuvieron los cargos porque ella les ayudaba con el puntaje.

En el momento de ser condenada, Arroyo contó que era una injusticia muy grande. “Hay gente muy arriba que tiene un montón de cosas gordas, yo soy una simple preceptora que estaba trabajando”, admitió. Sin embargo, se limitó a dar nombres más allá del de la directora.

“Nosotros llenábamos los registros porque no sabíamos. La supervisora se tendría que haber llevado las cosas incompletas como estaban. Mis compañeros no habían hecho las tareas. Se me ordenó y yo simplemente obedecí órdenes”, precisó.

También confesó que le agarró tortícolis porque tuvo que pasar todas las notas de lápiz a tinta. Reconoció que ella cerraba todos los libros. Los mismos estaban comprendidos desde el año 2015 a 2019. La preceptora explicó que Salvatierra le decía “dale, completá (los registros) que la semana próxima viene la supervisora. Tenés que tener los libros para ya”. La condenada dijo que era una presión constante.

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