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Gladys, la modista que combina su pasión con la joyería

En el Día Mundial de la Costurera, sale a la luz la historia de una mujer que potenció su emprendimiento con la realización de joyas.  

14 de octubre de 2019

“Estoy encantada con el curso que hice porque ahora a mis clientas de años puedo ofrecerles vestidos y también joyas”, dijo Gladys Castillo. Con esa frase sintetizó la apertura de posibilidades que tuvo gracias a la capacitación que hizo en joyería cuyos materiales los aportó el Ministerio de Minería. Las mismas duraron un mes y constaron de ocho clases de dos horas y media cada una, tiempo suficiente para aprender sobre el armado de las piezas, ofrecimiento en redes sociales y presentación de los productos.

Las mujeres que fueron parte de la iniciativa recibieron un kit con las herramientas básicas y primordiales y también recortes de alpaca, cobre y alambre. Tras las explicaciones de las coordinadoras se pudieron manos a la obra y crearon una gran cantidad de joyas, Gladys hizo más de 20 que las exhibe orgullosa en un muestrario. Luego todas diseñaron una marca para el emprendimiento y posteriormente la mayor parte de las asistentes comenzó a difundir sus creaciones en las redes.

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“Aurifacere”. Ese el nombre que le colocó Gladys a su nuevo proyecto, esto quiere decir orfebre en latín. La mujer nunca creyó que a sus 60 años iba a incursionar en un nuevo rubro pero está encantada con la joyería. Incluso, puede potenciar sus ventas ya que ella es modista y a sus “clientas de siempre” y a sus familiares ya comenzó a ofrecerles los llaveros, aros, dijes y anillos que comenzó a realizar tras la capacitación.

“Cuando me enteré que iban a hacerlo no lo dudé y me inscribí porque me encantan los trabajos artesanales”, comentó. A la primera clase fue con algunas dudas pero muchas expectativas, al terminarla quedó encantada, ya estaba por terminar su primera pieza, un elefante que iba a colocar en un llavero. Esta situación la sorprendió ya que, en un principio, “no tenía ni idea de cómo tomar las herramientas”, contó entre risas. Admitió que, si bien el proceso es complejo, a ella le pareció fácil y pudo descubrir que esta actividad la apasiona tanto como la costura.

Gladys es modista desde que tiene memoria, fue a los 9 años cuando confeccionó su primer vestido, un jumper color azul marino cuya característica eran los botones grandes con los que se prendían los breteles. Los mismos los sacó de un saco de su abuela y terminaron siendo lo “llamativo” de la prenda.

Desde ese momento nunca paró de coser, con el correr de los años los sanjuaninos se fueron enterando de su labor a través de la voz popular y las recomendaciones. Sus especialidades son los vestidos para egresadas, para novias, quinceañeras, academias de danzas flamencas y también árabes. Aunque, en los últimos años comenzó a realizar ropa informal.

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Gracias a esta capacitación Gladys decidió combinar sus dos pasiones, la creación de ropa y la de joyas así que cuando sus clientas van les ofrece el elemento que realzará el look de forma perfecta. Cuando realice una mayor producción abrirá una cuenta en Facebook para promocionar su marca, dice que de redes sociales no sabe mucho pero está dispuesta a aprender de la misma manera en la que lo hizo en el curso, con pasión y constancia, las mismas que la llevaron a realizar su primer vestido a los 9 años.

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