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Opinión > Historia

Julio y un período presidencial diferente

Ha comenzado el mes de julio, que recibe su denominación del último dictador romano, Julio César, quien gobernó los destinos de Roma en el siglo I a.C. En efecto, fue Julio César el que, asesorado por el astrónomo Sosígenes, efectuó una importante reforma al calendario romano, partiéndose de la base que el año tenía 365 días y seis horas.

Ha comenzado el mes de julio, que recibe su denominación del último dictador romano, Julio César, quien gobernó los destinos de Roma en el siglo I a.C. En efecto, fue Julio César el que, asesorado por el astrónomo Sosígenes, efectuó una importante reforma al calendario romano, partiéndose de la base que el año tenía 365 días y seis horas. En ese entendimiento se decidió que las seis horas que sobraban a los 365, se agruparían, cada cuatro años, en un día que se agregaría al mes de febrero, naciendo el llamado año bisiesto cada cuatro años. También desde entonces, el año en el que había nacido Julio César (por entonces denominado “quintilis”) pasó a llamarse “Julio”.

Lo cierto es que, en nuestro país, en solo dos oportunidades el mes de julio ha sido escenario temporal de asunciones  presidenciales. Solo en 1989 y en 1995 un presidente argentino asumió la primera magistratura: fue Carlos Saúl Menem, el 8 de julio de esos respectivos años.

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Veamos. La fecha de inicio de los períodos presidenciales está vinculada con aquella en la que deben asumir y prestar juramento los primeros mandatarios, la cual no está expresamente determinada en nuestra Ley Fundamental. Dicho de otro modo, no está específicamente estipulado cuándo deben asumir los presidentes argentinos.

Obsérvese que los veintinueve períodos constitucionales que hubo en la Argentina desde 1854, incluyendo al actual que terminará dentro de seis meses, se iniciaron en diferentes fechas:

 

  • Trece comenzaron el 12 de octubre: Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Roca, Juárez Célman, Luis Sáenz Peña, Roca –segunda presidencia–, Quintana, Roque Sáenz Peña, Yrigoyen, Alvear, Yrigoyen –segunda presidencia–, e Illia.
  • Seis se iniciaron el 10 de diciembre: Alfonsín, De la Rúa, Kirchner, Cristina Fernández –en sus dos presidencias– y Macri.
  • Dos comenzaron el 5 de marzo: Urquiza, Derqui.
  • Dos lo hicieron el 20 de febrero: Justo y Ortiz.
  • Dos comenzaron el 25 de mayo: Frondizi y Cámpora.
  • Dos se iniciaron el 4 de junio: Perón en sus dos primeras presidencias.
  • Dos lo hicieron el 8 de julio: Menem en sus dos presidencias.

Ahora bien, la característica de uno de los dos períodos presidenciales iniciados en el mes de julio, es que tuvo una duración diferente al de todos los demás. Fue el iniciado por Carlos Saúl Menem el 8 de julio de 1995. Ese período no tenía previsto una duración de cuatro ni de seis años, sino de cuatro años y cinco meses.

Obsérvese que en su texto original de 1853, la Constitución Nacional establecía que el presidente de la Nación duraba seis años en su cargo. Así fue durante ciento diecinueve años, hasta que en la reforma del año 1972 se redujo el período a cuatro años. Cuando se produjo el golpe de Estado en 1976, el gobierno militar dejó sin efecto dicha reforma, y al recuperarse la democracia de la mano de Raúl Ricardo Alfonsín, se retornó a la Constitución de 1853, con lo cual el período presidencial volvió a ser de seis años.

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Once años después, mediante la reforma constitucional de 1994, se redujo nuevamente el período presidencial a cuatro años y así se mantiene en la actualidad.

Los seis períodos presidenciales cuya duración estaba establecida constitucionalmente en cuatro años, fueron los siguientes:

 

  • 25 de mayo de 1973 al 25 de mayo de 1977.
  • 10  de diciembre de 1999 al 10 de diciembre de  2003.
  • 10  de diciembre de 2003 al 10 de diciembre de  2007.
  • 10  de diciembre de 2007 al 10 de diciembre de  2011. 10  de diciembre            de 2011 al 10 de diciembre de  2015.
  • 10  de diciembre de 2015 al 10 de diciembre de  2019.

Tal como lo señalé, el único período presidencial cuya duración estaba prevista en cuatro años y cinco meses, fue aquel en el que se desarrolló la segunda presidencia de Carlos Saúl Menem, iniciada el 8 de julio de 1995.

En efecto, tal como lo establece la disposición transitoria Nro. 10 de la Constitución Nacional, reformada en 1994, “el mandato del presidente de la Nación que asuma su cargo el 8 de julio de 1995 se extinguirá el 10 de diciembre de 1999”. Eso fue lo que efectivamente ocurrió, ya que Menem ejerció su mandato, en ese período excepcional, durante cuatro años y cinco meses.

El motivo fue obvio: Raúl Alfonsín había sido el principal convencional constituyente en la reforma de 1994, y también el mismo presidente que renunció en 1989, después del cual cambió la fecha de inicio de los períodos presidenciales. Su anhelo de que los períodos presidenciales comenzaran y terminaran el 10 de diciembre (día internacional de los derechos humanos), había quedado trunco a partir de su renuncia. Fue entonces que logró insertar en el texto constitucional reformado en 1994, la antes referida cláusula transitoria, logrando que el período que se iniciara luego de esa reforma (8 de julio de 1995), terminara el 10 de diciembre de 1999. Ese es el motivo de la duración excepcional de ese período presidencial en la Argentina.

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