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Provinciales > Lluvia y desazón

La creciente arrasó con sus casas y, por culpa del agua, perdieron todo lo que tenían

Son vecinos de calle Mendoza entre 13 y 14, Pocito. Algunos negocios sufrieron pérdidas irreparables.

02 de marzo de 2021

La creciente del canal Céspedes en Pocito complicó la vida de varias familias. Vecinos que viven en Villa Funes por calle Mendoza entre 13 y 14 están desesperados. Sus casas quedaron colapsadas. El agua ingresó por la puerta y sin pedir permiso arrasó con todo lo que encontraba a su paso. Los damnificados se pusieron a salvo como podían.

Fueron horas de tensión las que vivieron desde la madrugada del lunes hasta este martes. El agua alcanzó casi los 30 centímetros e hizo que todo el esfuerzo de años se viera humedecido y empeorado.

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Ana Andrada tiene 44 años. La mujer vive con su marido y sus tres hijas. Hace cinco años montó un kiosco con el que tiene para subsistir. Esto ocurrió luego de que su marido dejara de trabajar como taxista debido a que sufrió una parálisis. Sumado a eso, el hombre tiene diabetes y los médicos le recomendaron hacerse un seguimiento en su domicilio.

La sanjuanina contó que con la plata que juntaron durante el tiempo que su esposo estuvo en actividad pudieron ponerse este negocio. “Estamos re mal, se nos ha caído la casa y no tenemos nada sano”, explicó.

Los elementos que hasta hace 48 horas eran su fuente de ingreso se transformaron en objetos flotantes llevados por la corriente. No quedó nada sano. “Hemos comprado las cositas para vender, pero perdimos todo”, sintetizó.

Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

La damnificada dijo que no puede trabajar mucho porque tiene dos hernias en las piernas. Esto se debe a que trabajó mucho tiempo en el campo para ayudar a la economía hogareña y así terminar de criar a sus hijos.

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“Esto no es común. El agua generó destrozos. Tengo todos los colchones mojados. Los sillones que adquirimos recientemente no nos servirán más”, relató.

La mujer estuvo contenida por sus familiares. Sostuvo que una vez que los invadió la corriente todas sus hijas fueron a abrazarla para tranquilizarla mientras veía como el agua arruinaba las instalaciones.

“Pasé muchos nervios y en mi casa me pedían que me tranquilizara, pero no podía concebir que tantos años de trabajo se vieran afectados”, contó entre lágrimas.

Salir a la calle fue una odisea. Su marido no puede caminar por sus propios medios por lo que requirió ayuda por parte de algunos vecinos. Se refugiaron debajo de la copa de un árbol. La lluvia no cesó. Las paredes de su casa estaban resquebrajadas, inhabitable. Andrada sueña, al igual que muchos, poder acceder a una nueva casa.

Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.   

Sin nada

María Brizuela, de 84, y Francisco Moreno, de 86, jamás vivieron una situación así. El hombre compró el terreno en el año 1961. Recién pudo comenzar a vivir veinte años después luego de mudarse desde el departamento Albardón. Desde ese momento viven con la presión de que alguna vez se cumpliera el mito de la creciente y en estas últimas horas la naturaleza hizo lo suyo.

Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Moreno contó que la lluvia los sorprendió mientras tomaban mate. Una vecina los alertó sobre la creciente y salieron con lo puesto. “Todo está anegado, lleno de agua. Las casas están inundadas. Es la primera vez que esto nos sucede”, explicó.

Los abuelos recibieron asistencia de sus vecinos y también de algunos agentes del municipio, pero María esperaba a su hija que vive en Punta Alta. La mujer no quería abandonar lo que tanto sacrificio les había costado.

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