Provinciales > Aborto legal
Lágrimas y abrazos interminables, el festejo verde en San Juan por la aprobación del aborto
El grupo feminista terminó bailando al ritmo de Gilda en plena Libertador y Las Heras.
Por Facundo Merenda
No fue una madrugada más. Ellas sabían que la vigilia iba a tener la recompensa que buscaban. Esperaron por más de doce horas, lo mismo que duró la sesión en la Cámara de Senadores. Algunas estaban sentadas sobre el cruce de Avenida Libertador y Las Heras, mientras que otras llegaban desde distintos puntos al grito de ‘será ley’.
Pasaron algunos minutos de las 4. En San Juan no se movía ni una hoja, pero eso no aquietaba los pañuelos verdes que tanto las caracterizó en todo este tiempo. El ánimo empezó a levantarse entre las decenas de mujeres que llegaron cerca de las 16 del martes. El mate ya estaba frío. Los legisladores terminaron de hablar. Cantó Cristina Fernández y dijo que por 38 votos a favor, 29 en contra y 1 abstención el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo se convertía en ley.
Estalló la fiesta. Las lágrimas empaparon los rostros pintados de verde y violeta, colores típicos que representan la lucha feminista. Los abrazos y los besos no faltaron, pese a la pandemia de coronavirus. En ese momento la enfermedad quedó en un segundo plano. Lo importante, para ellas, era que después de dos años de que la iniciativa rebotó en Senadores, esta vez se les había dado.
“Es un día hermoso. Organizamos todo para poder celebrarlo con las pibas, con las que siempre estamos en las calles. Es inexplicable todo esto”, dijo Mariana Loyola a DIARIO HUARPE.
La sanjuanina tiene 25 años. Llegó a las 19 para pintarse. Mariana forma parte de las que comandan la murga. No fue sola. Su hermana Aldana, de 27, junto a su sobrino Valentín, de apenas 2 años, la acompañaron en esta jornada. Fue justamente con ellos con quienes se abrazó al momento de escuchar el veredicto de la Cámara Alta.
Loyola tomó el chango y caminó algunas cuadras hasta llegar a ese punto donde era la concentración. Contó que era una deuda familiar. Su hermana es madre soltera y para ella siempre fue un desafío cargar con ese mote. Explicó que Aldana estuvo signada siempre, por algunos familiares y conocidos, por falsos prejuicios y fue ella, junto a algunas mujeres del colectivo, quien logró sacarla adelante.
“En dos años todo cambió un montón. Fue hermoso que esto pasara. Ahora le voy a poder enseñar a mi sobrino que su novia va a poder decidir el día de mañana. Las mujeres comenzamos a ser un poco más libres”, señaló.
Loyola no fue la única. El lema de ‘no estamos solas’ se hizo sentir. Muchas que ni siquiera se conocían terminaron juntas, bailando. En esos minutos el tiempo se detuvo, estuvo ausente. La voz de Gilda en los autoparlantes encendió nuevamente los motores para movilizar a las presentes.
“Es un día muy emocionante. Estamos muy contentas. Esta lucha las ganaron las mujeres en las calles. Es un avance político sobre los derechos de las mujeres”, relató Celia Araya.
Los árboles no se quedaron afuera. Una brisa de viento norte comenzó a soplar. Las mujeres, con los pelos al viento y con menos ansiedad por la aprobación de la iniciativa, coparon la fuente de agua que se ubica en el frente del Palacio Legislativo.
“Las ‘cuerpas’ dimos todo para que esto se transformara en ley. La militancia fue fundamental. Ahora esperamos que se aplique sobre todo en San Juan”, señaló Ana Iturrieta.
Una custodia fija de al menos diez policías controlaba que la situación no se saliera de los límites permitidos. Los autos que pasaban tocaban bocina y eso volvía a replicar los aplausos de la concurrencia.
Otra sanjuanina, Gisela Cardín, no se guardó las lágrimas. Estudia para ser docente y quiere transformar a las futuras generaciones con la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), otro de los puntos contenidos en el proyecto.
“Muchas mujeres van a tener la posibilidad de no morir. Ahora el Estado debe estar presente para lograr que este proyecto se ponga en práctica”, concluyó.