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Las políticas económicas de Moreno en Ecuador son "suicidas", según analista
POR REDACCIÓN
30 de noviembre de 2019
Las masivas protestas de octubre en Ecuador pusieron en jaque, principalmente, la política económica del gobierno de Lenin Moreno y, para el historiador e investigador Pablo Ospina, por ahora el presidente "ha disminuido su ambición, pero no su orientación" ya que las medidas que proponen "son suicidas". "El gobierno no entiende al movimiento indígena como un interlocutor, sino como un advenedizo, un enemigo y, por lo tanto, no hay diálogo. Se abrió el diálogo, pero fracasó al día siguiente. En realidad, en este momento no existen encuentros. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) ha preparado su propuesta de modelo económico y el gobierno ha preparado sus proyectos de gobierno urgente", describió Ospina en una entrevista con Télam en Buenos Aires. "Lo que motivó las manifestaciones de octubre fue un proyecto de reforma de 400 artículos, que incluía la eliminación de subsidios a los combustibles y proponía aumentar la recaudación del Estado en 2.000 millones de dólares adicionales", recordó el docente de la Universidad Andina Simón Bolivar e investigador del Instituto de Estudios Ecuatorianos. Por eso, desde que dio marcha atrás con esa reforma y logró frenar las protestas, Moreno intenta hacer aprobar una nueva reforma en la Asamblea Nacional para mantener su rumbo económico y, principalmente, su buena relación con uno de sus principales acreedores, el Fondo Monetario Internacional (FMI). "Envió una reforma que proponía recaudar 700 millones de dólares extras, pero fue rechazada, y ahora acaba de presentar una tercera reforma fiscal que propone aumentar la recaudación en 500 millones", relató Ospina quien no descarta que este proyecto de reforma también sea rechazado en el congreso. "El problema es que el gobierno mantiene siempre la misma tónica. La propuesta de la Conaie plantea un cambio en el eje de recaudación: aumentar los impuestos progresivos y disminuir los impuestos indirectos. Pero el gobierno se niega y está proponiendo toda una serie de exenciones, como la eliminación al impuesto de la salida de capitales y a aranceles. Moreno ha disminuido su ambición, pero no su orientación", sentenció. Para Ospina, "reducir aranceles es suicida". "En 2016, el déficit de la balanza comercial no petrolera era de 1.000 millones de dólares; en 2017, pasó a 4.000 millones y, en 2018, a 5.000 millones. Esto se logró moderar un poco este año porque subieron los precios del petróleo", explicó pero resaltó que la situación "es gravísima". "Es como la Argentina de la convertibilidad. Todo lo importado se vuelve más barato y toda la producción local se vuelve más cara. En una economía dolarizada, en la que el dolar se aprecia y las monedas locales de otros países se devalúan, Ecuador pierde competitividad externa", destacó. Y continuó con la comparación con Argentina. "En este momento hay una deflación. El panorama es como el de Argentina antes de la devaluación de 2002: llega un punto en el que el país es tan caro que ya no tiene mercado, entonces empiezan a bajar los precios. Si tienes déficit de balanza comercial y, además, de la balanza de pagos porque estas pagando deuda por aproximadamente 9.000 millones de dólares por año, el problema es que la única manera de sostener el circulante es contraer más deuda", describió. En este contexto económico difícil y con las elecciones a más de un año de distancia, parece poco probable que la propuesta de Moreno convenza a los sectores sociales que se movilizaron hace apenas un mes y hasta lo obligaron a trasladar la sede de su gobierno, por unos días, de Quito a Guayaquil. "La situación es crítica y la propuesta del gobierno para recuperar competitividad es una flexibilización laboral para reducir los costos laborales", explicó el historiador.
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